Contenido creado por Gastón Fernández Castro
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El milagro: la GNR. Jugando con la seguridad

El milagro: la GNR. Jugando con la seguridad

04.08.2009

Lectura: 7'

2009-08-04T09:35:05-03:00
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No nos hagamos los angelitos, estamos en plena campaña electoral y todos piensan, elaboran y proponen sobre esa base. Me incluyo. Junto con el objetivo total y absoluto de sacar a la izquierda del gobierno, el Partido Nacional y el Colorado han incorporado hace tiempo el tema de la seguridad como uno de sus principales caballos de batalla. Y sobre él se han lanzado a cabalgar nuevamente.

El otro día la fórmula blanca presentó su plan. Tiene – como no podía ser de otra manera - muchos puntos, pero el más notorio, del que más se habló es la llamada Guardia Nacional Republicana. La propuesta original viene del Dr. Jorge Larrañaga y con ajustes y cambios, lo que se mantuvo en el fondo fue el nombre.

Si se mira la realidad, o la sensación térmica, queda claro que hay dos delitos que son los de mayor impacto e importancia: las rapiñas, es decir los robos con violencia y los hurtos. El primer objetivo que debe proponerse un gobierno es contener el número de estos delitos que afectan a sectores muy amplios, en especial en el área metropolitana y luego hacerlos disminuir en forma importante.

Del total de delitos, los hurtos y las rapiñas representan el 79% del total. En el primer semestre del 2009, según el informe del Observatorio de Violencia y Criminalidad del Ministerio del Interior las rapiñas fueron 5379; los delitos sexuales 660; los daños 6.220; las lesiones 4.666; los homicidios 131 y los hurtos 46.824, es decir un total de 65.649 delitos en seis meses.

Otro dato interesante es comparar el crecimiento del delito en cada uno de los períodos de gobierno: En el primer gobierno del Dr. Sanguinetti el número de delitos contra las personas creció el 46.4%; en el gobierno del Dr. Lacalle creció el 14.9%, en el segundo gobierno Sanguinetti 54.5%; en el gobierno del Dr. Batlle creció el 45% y durante este gobierno (2005-2009) el crecimiento fue del 14.5%. Durante este gobierno, con los mismos mecanismos de medición de antes fue cuando el delito contra las personas creció menos. Eso no quiere decir que no asumamos que es un problema importante y prioritario para los uruguayos., pues se trata de un crecimiento acumulativo y lo que hay que hacer es frenarlo y disminuirlo.

Si nos referimos a los delitos contra la propiedad, la diferencia es todavía más pronunciada, Sanguinetti “uno”: crecieron 46.4%; Lacalle: 4.2%, Sanguinetti “dos”: 5.9%, Batlle: 91% y durante el gobierno Vázquez se redujeron en el 8.6%. Reitero, se redujeron en el 8.6%.

La lucha contra las drogas es sin duda un punto estratégico del combate contra todos los delitos y por la seguridad del conjunto de la sociedad. Para tomar simplemente el último quinquenio, las cifras son incomparables.

En el año 2005 se incautaron drogas por un total de 30 kilogramos (de todo tipo de drogas) y en promedio del 2006 al 2008 se incautaron 2099 kilos, las personas procesadas fueron 353 en el 2005 y 667 en el año 2008. Un cambio radical. Y para analizar los temas relacionados al delito hay que partir de los datos y de la realidad.

Creo que el objetivo central del nuevo gobierno en materia de seguridad debe ser reducir el conjunto de los delitos, en particular las rapiñas y los hurtos. Eso impacta en todo. En lo principal: en la vida y en la sensación de la gente, en el total de los delitos y en el clima de seguridad del país.

La idea de darle jurisdicción nacional a la Guardia Republicana, la fuerza militarizada de la policía, se maneja desde hace tiempo, inclusive en este gobierno, pero no se puede buscar el reloj bajo el farol cuando se ha perdido en la oscuridad. No es una solución en absoluto para el principal problema que afrontamos.

Efectivamente, la idea de diseño de la fuerza, trae aparejada la claridad en las misiones que se le asignan. Una idea no es, de por sí, ni buena ni mala. La creación de una fuerza intermedia es una buena idea, pero, ¿con qué misiones? No ciertamente, para “sacarlas a la calle”, y con la confusa idea de “reprimir el delito”, como manifestó Larrañaga originalmente.

El RGM sirve para otras misiones, pero no resuelve los dos temas principales que enfrentamos para atacar estos delitos, la prevención a través de mayor presencia y vigilancia policial en las calles, en especial en la zona metropolitana donde se produce el 70% de estos delitos. Para ello se necesitan más efectivos en las comisarías y en el patrullaje callejero y más vigilancia tecnológica. El otro componente es potenciar la inteligencia policial, las unidades de investigación y de la policía técnica y científica y sus medios.

Me contestarán que se hará todo eso y más. No es cierto, cualquiera sabe que hay que priorizar, y la Guardia Republicana Nacional deberá competir por recursos y prioridades con una visión de prevención y de represión más moderna, más próxima a la gente y más especializada. La GNR es esencialmente un cuerpo con misiones intermedias y especialmente de represión. El Uruguay, la propia policía nacional tiene amplia experiencia en este sentido.

Hay otro pequeño “detalle” que no debemos olvidar. Pasar efectivos de las FF. AA. a funciones policiales es la visión de determinadas políticas impulsadas desde el exterior, en especial por parte de la DEA de los Estados Unidos, en una vieja concepción de que ahora la prioridad – la de ellos – es concentrar todo en la lucha contra el narcotráfico. Es una visión peligrosa y que hay que discutirla a fondo y en serio.

¿O se tratará de reducir nuestras FF. AA. y transformarlas en una en una Guardia Nacional, como se discutió, precisamente en el gobierno blanco? Porque si es así, es entonces más grave. Fuera de la demagogia más ramplona el Uruguay necesita FF.AA. para la defensa de la soberanía nacional y no para la represión interna y “algo más”.

Aunque pasen a depender del Ministerio del Interior, es un primer paso en esa dirección y lo que tenemos que discutir es si vamos a seguir caminando y hacia dónde. Esa es una dirección equivocada. La lucha contra las drogas – prioridad absoluta en la batalla por la seguridad – en especial contra la pasta base se gana o se pierde en la especialización y en la inteligencia. Obviamente ninguna de esas es tarea de la GNR. ¿O si? En ese caso la propuesta blanca debería ser más explícita.

Lo cierto es que la gran montaña de la seguridad como eje de la vida nacional, percherón de batalla de la derecha en todo el mundo y también en el Uruguay dio a luz un ratón cojo, desnorteado y más bien propagandístico. Las campañas electorales admiten muchas licencias e imaginación en las negociaciones, en las propuestas y el manejo de los recursos, pero no tanta.

La motosierra – de acuerdo a la propuesta de la fórmula blanca - no sólo no funcionará en los gastos de la seguridad, sino que aumentarán, seguramente para reparar su error de haber reducido los salarios policiales en un 33% durante su anterior gestión, de allí que surja espontánea la pregunta: ¿a que rubros está destinada la ya famosa motosierra de Lacalle?. Y la respuesta es inexorable: a los gastos sociales. Si eso no es derecha...