Se jugó con Austria en Viena.
Fue un nuevo amistoso, destinado a afiatar el juego de conjunto y a probar jugadores.
El partido empezó con una falla colectiva de la defensa uruguaya que terminó en gol austríaco.
Uruguay se repuso rápidamente, sus hombres de mediocampo dominaron el partido con su toque fluido, aunque Cavani estaba muy solo adelante.
De a poco fue creciendo la figura de Urretavizcaya, que jugando libre y apareciendo sorpresivamente, representó un problema que la defensa austríaca no pudo resolver. De una de sus jugadas surgió su centro preciso y el gol de Cavani.
Uruguay siguió mejor y tuvo varias oportunidades de gol, que no se aprovecharon. En particular, De Arrascaeta tuvo dos goles hechos: en el primero le erró a la pelota y en el segundo, después de hacer una magnífica jugada y pasar entre los dos backs quedando sólo frente al golero, tuvo la mala suerte de que su buen remate rebotara en el palo.
El primer tiempo debería haber terminado con Uruguay ganando por 2 o 3 goles de diferencia.
En el segundo tiempo, Tabárez trató de probar a varios jugadores y el equipo se desdibujó, con lo que Austria emparejó el juego e, incluso, pasó a tener mayor posesión de la pelota.
El partido se volvió aburrido: Austria atacaba más pero sus jugadores jamás pisaban el área penal uruguaya, pareciendo siempre resignados a lo que pudieran darles los tiros libres, bastante escasos por otra parte. La salida de Cavani animó más al rival, pero nada ocurría y el partido se dirigía a un empate 1 a 1.
En el final mismo, ante un tiro libre lejano desde la banda izquierda, la defensa y el golero uruguayo, fallaron increíblemente y se produjo el segundo gol austríaco. No daba tiempo para nada más: Austria nos ganó 2 a 1.
Era un amistoso, pero de todas formas el resultado fue un poco amargo: perdimos contra un equipo bastante inferior por dos errores defensivos gruesos, uno al principio y otro al final del partido.
Pero no hay consecuencias negativas de esta derrota. Espero que haya consecuencias positivas: estos errores defensivos no se pueden repetir.
Creo que los dos amistosos jugados han sido provechosos: cuando se tiene la pelota el juego de conjunto sigue mejorando. Además se han probado nuevos jugadores algunos de ellos se destacaron (Lemos y Urretavizcaya) otros estuvieron correctos (Varela y Maximiliano Pereira) y, sobre los demás, hay pocos elementos para opinar.
Al mismo tiempo, y a beneficio de inventario, digo que he leído mucho lo que dice la prensa italiana con respecto a su eliminación del mundial. Cada caso es un caso, pero me interesaron algunas reflexiones y voy a citar una idea bastante repetida y que ha sido muy bien sintetizada en la edición de Referí de hoy:
"Italia perdió su identidad. ¿Por qué? Porque dejó de lado su histórica escuela defensiva - el catenaccio - y se embarcó detrás de la quimera de jugar como el Barcelona de Pep Guardiola."
Estoy seguro de que no es el caso de Tabárez, pero puede ser el de algunos jugadores, algunos periodistas y de muchos aficionados en nuestro país. ¡No perdamos nuestra identidad!