|
08.06.2010 16:09
Medio ambiente, desarrollo económico y equidad El 5 de junio de cada año se celebra a nivel mundial, por resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el Día del Medio Ambiente y éste es un momento propicio para reflexionar sobre nuestras acciones y convocar y convocarnos a una participación activa en el desarrollo sustentable y en la mejora de nuestro entorno.
Hablar del medio ambiente es hablar de todos aquellos factores y condiciones que enmarcan la actividad y las relaciones humanas en sus aspectos psíquicos, sentimentales, técnicos, económicos y sociales y básicamente incluye dos grandes dimensiones: La vida de las personas se encuentra condicionada por el ambiente biológico y socio político y consecuentemente, el estado de la naturaleza y de la cultura, son, en definitiva, una traducción de las virtudes y también un veraz reflejo de las limitaciones y de los errores de los seres humanos. La misión de la política consiste en crear, propiciar, promover y eventualmente asegurar, las precondiciones sociales y ambientales para la realización personal de las mujeres y de los hombres. Para esto es preciso terminar con las ilusiones que se generan a partir de una discusión que artificialmente enfrenta y genera una falsa alternativa entre crecimiento económico y protección del medio ambiente. Es tarea de la política convertir esta relación entre desarrollo económico y cuidado medioambiental en un círculo virtuoso. El mundo, la sociedad humana toda, se descapitaliza toda vez que hay un consumo ilimitado del medio y de sus recursos. Pero además, la explotación inescrupulosa de estos recursos, definitivamente transgrede el principio de solidaridad intergeneracional y podría llevar a enfrentar a la humanidad a un escenario futuro de quiebra ecológica. Ahora bien, un adecuado cuidado del medio ambiente no se decreta. Es preciso también descontaminar conceptos y no reproducir esquemas. Manifestarse de acuerdo con la protección del medio ambiente no necesariamente implica actuar en concordancia con este precepto. Sólo la conjunción de una normativa ambiental racional, perseverante y estable, aunada con la voluntad de los empresarios, de los trabajadores, y de las ciudadanas y de los ciudadanos en general, desarrollando conjuntamente los esfuerzos y asumiendo (cada uno en su medida) también los costos, hará posible transformar un eventual futuro de quiebra ecológica, de vaciamiento de recursos y de violentas desigualdades sociales, en un horizonte esperanzador, estimulante para la vida y el progreso social. %%Noticias_asociadas_INI%%
|
|||||||||||||||||||||