La cumbre sobre cambio climático cerró tras debatir más sobre dinero y menos sobre gases invernadero. Otra vez no se acordaron las acciones más necesarias, y una vez se anuncia que los gobiernos lo intentarán el próximo año.

Se reunieron en Bonn (Alemania) representantes de todos los países firmantes de la Convención Marco sobre Cambio Climático. Este es el acuerdo para reducir las emisiones de gases con efecto invernadero que causan el cambio en el clima global, y para lidiar con sus impactos.

La discusión estuvo ensombrecida por varios hechos: el reporte de un nuevo aumento de esos gases en el año 2016, una nota de miles de científicos alertando sobre un inminente colapso ecológico a escala planetaria, y la repetida exigencia de reducir el uso de combustibles fósiles, como petróleo y carbón, para no caer irremediablemente en un planeta inhabitable.

Esta cumbre gubernamental debía precisar unos cuantos mecanismos, especialmente aquellos conocidos como Acuerdo de París, que requerían planes voluntarios en la reducción de los gases invernadero de cada país. Las evaluaciones científicas de ese conjunto de planes demostraban que eran insuficientes para detener las emisiones invernadero y un aumento demasiado peligroso en la temperatura planetaria. Es más, en el caso de Uruguay, aunque contribuye con una fracción muy pequeña de emisiones, su plan de reducción de emisiones según lo interpreta el Ministerio del Ambiente permitiría bajar las emisiones (1). Pero un examen atento del plan uruguayo muestra que en realidad como sus metas son proporcionales al crecimiento económico, en los hechos esto llevaría a emitir más toneladas de gases. Esto lo ha dejado en claro una revisión de Gerardo Honty, al descubrir que por ejemplo, el país podría pasar de 30 millones de toneladas equivalente de CO2 en 1990 a 42 millones ton equivalentes CO2 en el 2025 (2).

Esta táctica de decir que se reducirán las emisiones para en realidad aumentarlas, se repite en otras naciones. Allí está una de las razones por las cuales se sigue agravando la problemática del cambio climático.

Paralelamente, la cumbre navegaba con otras incertidumbres políticas, y entre ellas estaba la decisión del presidente Donald Trump de retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París. Como Trump cree que el cambio climático es un "cuento chino", lo que no es una metáfora sino que repite una de sus afirmaciones, se ha lanzado a promover los hidrocarburos y el carbón. No olvidemos que cuando se queman esos combustibles se generan el dióxido de carbono y otros gases que alimentan el efecto invernadero. Es por ello que la información científica indica que es necesario disminuir drásticamente esas fuentes de energía.

En América Latina también hay unos cuantos gobiernos pro-petroleros. Algunos como Bolivia, que tienen fuertes discursos ambientales pero que apuestan buena parte de su economía a ese rubro, y otros, como Uruguay, más discretos, pero que también buscan y buscan en tierra y mar sus propios yacimientos de petróleo. Todo esto a pesar de que los planes de acción para detener el cambio climático exigen que buena parte de esos hidrocarburos no puedan ser quemados.

Un avance concreto fue el lanzamiento de una alianza de una veintena de países que se comprometieron a eliminar el carbón como combustible fósil al 2030. Participan Francia, Italia, México, Inglaterra. Esta medida no fue respaldada por los tres grandes quemadores de carbón (China, India y Estados Unidos), ni por otros países clave como Alemania o Argentina.

Como en otras cumbres gubernamentales pasadas, las discusiones rápidamente se empantanaron no necesariamente en cuestiones ecológicas, sino en las económicas. Por un lado, unos cuantos países industrializados, especialmente europeos, reclamaban medidas más efectivas para reducir las emisiones de gases. Por el otro lado, naciones en desarrollo, incluidas las latinoamericanas, sostenían que debían recibir dinero desde el norte para financiar la reducción de emisiones y los planes para lidiar con los impactos del cambio climático. En suma, discutían por dinero. Entreverando todo un poco más, China, que es el primer contaminador global, en unos momentos se exhibe como potencia económica, y en otros momentos aparece como un país más del sur, reclamando todo tipo de beneficios y ayudas.

En la conferencia de Bonn mucha energía se gastó en discutir los mecanismos de asistencia financiera para lidiar con el cambio climático, y muy poco en medidas efectivas para realmente reducir las emisiones. A juzgar por las declaraciones de nuestra ministra del ambiente, Uruguay no escapó al mismo problema, reclamando acceso al dinero (3). Debatieron, por ejemplo sobre el llamado Fondo de Adaptación, aunque está casi vacío, con apenas US$ 93 millones, lo que como señalan los activistas ciudadanos no equivale ni a la mitad del pago por la transferencia de Neymar Jr desde el Barcelona al París SG. La controversia sobre el dinero se vuelve espinosa e interminable por la resistencia de las naciones ricas a financiar los planes de otros países, y por la decisión de Estados Unidos, el principal donador, de abandonar este convenio.

Y como ha ocurrido en tantas otras conferencias, se llegó al final en sesiones maratónicas, a altas horas de la noche, con muy pocas decisiones concretas, dejando muchas preguntas abiertas, y anunciando que el próximo año, en una nueva reunión, se tomarían las necesarias decisiones para realmente detener el cambio climático. Y en algunos temas ni siquiera eso, ya que por ejemplo los compromisos en financiamiento comenzarían a ser reportados en el 2021.

Ante estos empantanamientos que se repiten una y otra vez, son las alertas y demandas desde la sociedad civil las únicas opciones para realmente detener un colapso ambiental planetario.


Notas

1. Uruguay quiere reducir sus emisiones de CO2 entre 24% y 29% de cara a 2025, AFP, 15 noviembre 2017, http://www.180.com.uy/articulo/71662_uruguay-quiere-reducir-sus-emisiones-de-co2-entre-24-y-29-de-cara-a-2025

2. Aumentar las emisiones cumpliendo el Acuerdo de París, G. Honty, 13 setiembre 2017, http://energiasur.com/uruguay-aumentara-sus-emisiones-en-cumplimiento-del-acuerdo-de-paris/

3. Uruguay subrayó en Alemania derecho al acceso a instrumentos financieros del Fondo Verde del Clima, Presidencia, 16 noviembre 2017, https://www.presidencia.gub.uy/comunicacion/comunicacionnoticias/eneida-de-leon-cop-23-alemania-acuerdo-paris-cambio-climatico