No descubro ningún secreto si digo que CUTCSA es un raro animal empresarial. Es la mayor compañía nacional de transporte y tiene 3800 dueños, la mayoría de ellos descendientes de españoles, en realidad de gallegos, que a los dos años de su nacimiento, es decir en 1939 tuvo que optar entre llamarse cooperativa o compañía y que su bautismo fue de fuego, de fuego graneado. Nació de un duro enfrentamiento con las empresas tranviarias inglesa y alemana que dominaban el transporte montevideano en los años 30 y contra el gobierno dictatorial de Gabriel Terra que las apoyaba.
Los ingleses y alemanes por aquellos tiempos pretendían que los pequeños propietarios de ómnibus se entregaran atados de pies, manos y también de boca a su monopolio.
CUTCSA es una creación bien uruguaya. Muchos emigrantes gallegos salían de sus pueblos, de sus casa en la campiña en busca del "nuevo mundo" y tenían una vaga idea del país de destino, pero tenían bien claro que venían a "CUTCSA". Era mucho más que una empresa o un lugar donde ganarse el pan era una posibilidad de cambiar su vida.
El lunes 20 la empresa festejó los 70 años de su nacimiento y organizó un gran acto en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo, ese monumento a los sueños monumentales de los uruguayos, ese desborde de mármoles, bronces, vitrales y majestuosidad republicana con buen gusto, con proporciones elegantes y la combinación de todas las técnicas constructivas de la época y con una clara inspiración en el genial arquitecto véneto Andrea Palladio. Allí festejaron su aniversario, adentro y afuera. Rodearon el edificio de diversos vehículos con servicios sociales, consultorios odontológicos y médicos, servicio especial para capacidades diferentes, plataforma para orquestas de rock, unidades ecológicas.
Cuando CUTCSA comenzó a ofrecer estos aportes a la comunidad, no se si ya existía el moderno concepto de Responsabilidad Social de la Empresa, pero lo cierto es se ha jugado en serio, y están permanentemente inventando cosas y aportes y la gente se lo retribuye con respeto y apoyo.
También han desarrollado programas de solidaridad, con el Hospital del Clínicas o ahora con el apoyo a la organización de jóvenes "Un techo para mi país".
El aporte más importante es sin duda su esfuerzo por brindarle todos los días a más de 600 mil uruguayos que viven en la zona metropolitana un buen transporte, incorporando unidades nuevas y tecnología electrónica y de seguridad de punta en el marco de un plan general de la Intendencia de Montevideo. Es justo reconocer que CUTCSA fue una avanzada en este proyecto.
Al transporte de Montevideo y de la zona metropolitana todavía le falta, racionalización, control de las frecuencias, seguridad para los pasajeros y los trabajadores y propietarios. La calidad de vida de nuestra capital depende en una buena medida de la eficiencia del transporte. Es y será siempre una construcción permanente, incansable y exigente. Los primeros controladores debemos ser los montevideanos.
Las cifras de la empresa son importantes, pero mucho más importante es la relación que se ha logrado entre 3800 propietarios y los 4300 funcionarios, que juntos y apelando a su inteligencia, a su visión de corresponsabilidad sobre el futuro de la empresa de la que todos viven, salieron de la crisis que comenzó en 1995 y se precipitó en el 2002, rompieron la espiral descendiente, del aumento del precio de boleto, reducción de la venta del número de boletos, aumento del déficit de la empresa, y nuevo aumento del precio del boleto en un proceso que llevaba seguro al despeñadero.
El "bendito fideicomiso" pero sobre todo la superación de la crisis económica y social y el crecimiento del país fueron la base, pero sólo con condiciones externas no se sale de los atolladeros, hay que ponerle inteligencia, sensibilidad y visión. Y todos juntos lo lograron sin sacrificar los roles y las diversas funciones. Había en el festejo patrones y trabajadores, además naturalmente de las autoridades de CUTCSA.
Hay emprendimientos económicos productivos o de servicio que dan el tono de una época, de una mentalidad, de una forma de entender las relaciones sociales, uno de ellos es CUTCSA, otro buen ejemplo es CONAPROLE. Los uruguayos deberíamos estudiarlos más a fondo, como procesos de identidad y de cultura social.
El enorme salón del Palacio estaba desbordado de autoridades nacionales y departamentales de Montevideo y Canelones, dirigentes políticos de todos los partidos, usuarios, empresarios, trabajadores y mucha gente. CUTCSA tiene una enorme capacidad de convocatoria. Hay que preguntarse ¿Por qué?
Toda la descripción anterior explica una parte, la otra es el liderazgo. El directorio de la empresa es una máquina tractora poderosa, entusiasta, que se las juega, que crea y organiza iniciativas múltiples mientras conduce la marcha diaria de la empresa. El directorio, la comisión fiscal y el presidente, Juan Salgado se eligen en una asamblea que se realiza en el Palacio Peñarol, donde cada propietario de un cuarto de ómnibus tiene un voto y son miles. Y todos sabemos lo complejo que es en este país gobernar una empresa en esas condiciones. Hay que ganarse el liderazgo todos los días, con esfuerzo y tesón, pero sobre todo con inteligencia. Es que los "gallegos" y sus hijos y descendientes además de mucho sudor, le ponen a CUTCSA muchas neuronas, muchas más ideas que gas oil.
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