La situación del ex Vicepresidente del Ente, el Lic. Perera, ha estado plagada de cosas raras. Primero se hizo público que había contratado al novio de una boxeadora que, además, recibía un pago importante mensual por hacer publicidad de la empresa pública.
El Lic. Perera declaró que había contratado al novio de la boxeadora para que actuara como su guardaespaldas debido a que hacía tiempo que estaba siendo objeto de amenazas por ciertas investigaciones internas que él estaría realizando.
Un tiempo después el propio Perera terminó procesado por simulación de delito, luego de haber denunciado falsamente que habían querido asesinarlo. Tuvo que renunciar y fue procesado por la justicia.
Ahora se hace público el caso de una persona que fue contratada por el Directorio de ANTEL, supuestamente a pedido del Pro Secretario de la Presidencia, y que resultó ser un caso fraudulento. El sujeto estuvo casi dos meses trabajando en la empresa sin que nadie se enterara de que se trataba de un intruso.
Esta insólita circunstancia llegó a conocimiento del gobierno hace unos días y cuando se hizo público a través de los medios de comunicación, produjo la inmediata renuncia del Presidente de ANTEL.
Como si faltara algo para completar este insólito panorama, el Presidente también destituyó al único miembro del Directorio que quedaba, Gladys Uranga, al conocerse que su hijo había ingresado a la empresa como funcionario.
¡Cartón lleno! ¡Qué sucesión de circunstancias irregulares y anómalas! ¡Qué falta de criterio para gestionar la empresa! ¡Qué falta de sensatez en la conducción de la empresa de telecomunicaciones!
Lo ocurrido reviste una gravedad indudable. El gobierno ahora destaca una línea de investigación referida a eventuales casos de espionaje empresarial o político. La justicia no ha podido establecer aun si se trató de un episodio de engaño por parte de una persona que realizó un truco para poder acceder a un empleo en la empresa telefónica estatal o, por el contrario, si se trata de un caso sórdido de espionaje empresarial o político.
En cualquier caso, hay un hecho que ha quedado de manifiesto y no tiene remedio. Los jerarcas de la empresa pública actuaron automáticamente ante una llamada que creyeron que había realizado el hermano del Presidente solicitando la contratación de un asesor.
Este hecho en sí mismo reviste una gravedad evidente. El “telefonazo” desde arriba como procedimiento de contratación de personas a costo del Estado. Esto es lo que, aunque la motivación sea la que fuere, no puede ser desmentido.
Seguramente no se trata de una situación excepcional, por cuanto no llamó la atención de los jerarcas del Ente que el Pro Secretario de la Presidencia llamara por teléfono para solicitar una contratación. A nadie se le ocurrió corroborar la autenticidad de la llamada, a nadie se le ocurrió objetar este procedimiento “a dedo” de contratación de personas en el ámbito del Estado.
Es muy probable que haya cosas raras en ANTEL, veremos que surge en los próximos días; pero lo que lamentablemente no es nada raro es que los procedimientos del gobierno parecen ser los mismos que históricamente realizaban los viejos partidos tradicionales. El viejo clientelismo político, el pago de favores contratando gente “recomendada” a costo del Estado parece ser una situación frecuente en esta administración. De otro modo, los Directores de la empresa no habrían obedecido “sumisamente” y sin chistar al llamado telefónico del supuesto Jorge Vázquez.
Este es uno de los tantos efectos negativos de las mayorías absolutas en el ejercicio del gobierno. Nadie sabe lo que pasa en la gestión de la Administración cuando solo los representantes del partido de gobierno ocupan todos los cargos de gestión en el Estado.