Contenido creado por Gerardo Carrasco
Cybertario

Autocrítica

Autocrítica

El uso y la necesidad de la disculpa en diferentes tiendas partidarias.

03.09.2014

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2014-09-03T10:09:00-03:00
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El vicepresidente Danilo Astori reprochó a los partidos tradicionales que no hicieran ninguna autocrítica sobre su responsabilidad en "las crisis sucesivas que nos llevaron al desastre" de la década pasada. El reto tiene su lógica electoral por cuanto la crisis fue muy dolorosa y su salida coincide con el acceso al gobierno del Frente Amplio y el comienzo de una bonanza que perdura.

Sin embargo, los costos políticos de la crisis no fueron saldados de igual manera por los dos partidos históricos. Mientras el nacionalismo mantuvo su competitividad electoral y colocó a su candidato en el balotaje del 2009, los colorados cayeron a niveles de los que aún intentan recuperarse.

Quizás esto tenga que ver con las diferentes responsabilidades de gobierno en el 2002 pero también con la manera y los tiempos en los que se procesó la renovación de su liderazgo. Así, mientras que la candidatura nacionalista es fruto de un liderazgo emergente, inesperado y reciente, los colorados comparecen con un ex ministro de Batlle, a quien se le opuso en las internas otro ex ministro y estrecho colaborador del presidente durante la crisis.

Astori también le reprocha a la oposición que no hable de economía. Nuevamente, las diferencias entre ambos partidos son mayúsculas: los colorados se ufanan de contar con un equipo económico integrado por ex jerarcas de gobiernos anteriores mientras que los nacionalistas fueron a buscar a su eventual ministra de Economía en las filas de la propia administración frenteamplista.

Pero la idea de Astori sobre la necesidad de disculparse por errores del pasado (él ya lo hizo en el caso Pluna) abre dos escenarios interesantes. En uno, Bordaberry (que no sólo no tomó decisiones económicas en el gobierno de Batlle sino que fue un buen ministro de Turismo) y Lacalle Pou (que era adolescente durante la presidencia de su padre y diputado por Canelones en el 2002) piden disculpas por los errores de sus mayores. Sus comandos deberían pensar si semejante gesto no terminaría beneficiándolos, alejando de sus partidos la sombra de duda en la que los tienen muchos ciudadanos.

En el otro escenario sería Tabaré Vázquez quien debería pedir disculpas. Por cierto, no es la macroeconomía su punto más débil pero aun así, y si las encuestas no mienten, las capas medias y medias altas de Montevideo tienen algunas cuentas pendientes con el oficialismo y están dispuestas a cobrarlas en las urnas. Sienten que cargaron con el peso de las reformas y que, comparativamente, reciben menos y pagan dos veces para satisfacer servicios tales como la educación, la seguridad pública y la salud. A Vázquez no le vendría mal reconocer algunos errores de su administración, como la ley de educación, la liberación de los presos del ministro Díaz, el IRPF sin deducciones significativas y con malos servicios y el Fonasa de las largas demoras.

¿Será capaz de "hacerse cargo" de semejante autocrítica? No lo sabemos, pero no habría que descartarlo: tanto él como sus rivales buscan las señales que reclaman los ciudadanos para confiarles el gobierno del país.