Las razones son múltiples y no solo la distancia en la intención de voto entre los dos precandidatos. Son razones más profundas y que no corresponden solo a la campaña electoral sino a nuestra acción política a lo largo de varios años.
Por lo tanto, fuerte y claro: convocamos a votar al Frente Amplio. La oposición y en particular el Partido Nacional utilizarán los resultados de junio como un fuerte impulso para las elecciones nacionales del 26 de octubre. Ejerzamos nuestros derechos pero también nuestras obligaciones.
Los que irán a votar saben que se define el candidato/a a Presidente de la República y nosotros, el FLS apoyamos con convicción a Tabaré Vázquez, por múltiples motivos que hemos explicado a lo largo de la campaña, pero resaltamos uno, fundamental, es la figura que por los resultados de su gobierno, de nuestro primer gobierno, está en las mejores condiciones para ganar las elecciones y para gobernar desde 1 de marzo del 2015 y frenar la fuerte corriente restauradora de la derecha. En política, ese es un argumento muy fuerte aunque esté asociado fundamentalmente al poder, al gobierno.
Sin renovar OTRO gobierno de izquierda se frenaría y retrocedería un proceso de cambios que ha producido fundamentales avances para los uruguayos y las uruguayas. En todos los terrenos, en la producción, en los indicadores sociales (pobreza, indigencia, desocupación, mortalidad infantil), en las inversiones sociales, en la economía asociada a un Proyecto Nacional y no a los modelos fracasados del pasado o a experiencias negativas en otras latitudes, en la cultura, en la inserción internacional. ¿Valdría la pena solamente seguir adelante por este camino? Si, porque la derecha no quiere discutir de economía y concentra en la literatura de un listado de promesas, porque ellos saben perfectamente lo que van a hacer: volver, con pequeños ajustes a la política económica tradicional y con las mismas figuras de gobiernos fracasados del pasado.
Pero no alcanza con seguir, no alcanza con mantener vivo el espíritu fundamental de la izquierda, su sentido crítico, su exigencia de seguir siempre avanzado y mejorando, necesitamos expresar en OTRO gobierno del FA, cambios y avances importantes, reconocimiento de lentitudes y de errores.
En estos 9 años aprendimos mucho, lo bueno y lo malo del poder y sabemos que el peor error, el más grave no es equivocarse sino hacer la plancha, administrar la flotación del país, hay que afrontar los problemas, con reformas de fondo, progresivas y en algunos casos con nuevas reformas. Necesitamos seguir cambiando mejor.
Comenzando por la política económica y social en la que debemos asegurar el crecimiento y la calificación de la producción, de los nuevos grandes proyectos estratégicos asegurando en todos los planos la sustentabilidad y la continuidad de nuestro crecimiento, podemos proponernos superar holgadamente los 60 mil millones de dólares de PBI en el 2020. (En el 2004 tuvimos un PBI de 14.000 millones...) Vamos a reducir la presión fiscal media y en especial en los sectores bajos y medios.
Debemos fortalecer los elementos fiscales y de inversiones sociales, de mejora de la gestión y del gasto en todo el Estado para profundizar la redistribución progresista de la riqueza, para que el trabajo siga siendo la gran herramienta del cambio y el crecimiento económico, social y cultural de la sociedad uruguaya. El Sistema Nacional de Cuidados es un gran aporte en la dirección justa.
Demos mejorar, en el funcionamiento general, en la coordinación y en la claridad de parte de todo el gobierno en los grandes objetivos estratégicos del futuro gobierno y tener claras las prioridades para el avance del Proyecto Nacional. No podemos perder tiempo en tensiones internas y en disputas.
Tenemos que asumir que a nivel de la seguridad pública hemos hecho grandes inversiones, mejorado en muchos aspectos, pero queda un largo y difícil camino por delante y que el objetivo debe ser muy preciso: invertir totalmente la tendencia del delito, hacer disminuir de forma progresiva y clara las rapiñas, los hurtos y el narcotráfico y que lo que le interesa a la sociedad no son las explicaciones sino los resultados. No se puede construir un país de vanguardia con los actuales niveles de inseguridad y así como resolvimos muy complejos problemas, también este lo encararemos y los resolveremos, para ello hay que fortalecer el abordaje integral, desde las políticas sociales, la educación, la legislación adecuada a estos nuevos desafíos, un sistema carcelario en el que hemos cambiado, mejorado e invertido mucho y tenemos que seguir y en la prevención, la represión y el uso de las tecnologías. Lo reiteramos lo importante son los resultados y los conseguiremos, de ellos depende la calidad de vida de nuestra gente, en el futuro inmediato.
La situación de la educación la asumimos en su doble condición de los avances y grandes inversiones realizadas pero de importantes retrasos y carencias que también se deben medir en el conjunto de los resultados y no en un solo indicador. Se hizo y se está haciendo mucho, el Plan Ceibal es un buen ejemplo en todos los sentidos, pero también como indicador de todo lo que podemos y debemos cambiar y mejorar en muchos aspectos y con un objetivo claro y fundamental: la calidad de educación que reciben los alumnos en todos los niveles. En el FLS mucho hemos trabajado elaborando y aportando ideas en los temas educativos. La educación siempre necesita dos condiciones, mucha democracia de calidad, participación y liderazgo de sus autoridades.
Necesitamos un fuerte shock en las infraestructuras físicas nacionales, en el transporte, en la energía, en las comunicaciones, en todo el sistema logístico y en todas las inversiones públicas y privadas y ya se está trabajando con importantes éxitos y avances en esta dirección, con grandes proyectos que cambiarán el país, lo harán avanzar en todos los planos.
Si hubiera que elegir un sector donde los cambios son más evidentes, medibles y concretos, este ha sido el campo, uruguayo, en el volumen y calidad de la producción, en el nivel de las inversiones y de la tecnificación, en las grandes perspectivas que tenemos y en las condiciones sociales de sus trabajadores.
Los servicios son otros de los puntales del avance productivo y de la innovación del Uruguay, desde el Turismo que ha tenido un comparativo en estos 9 años en sus cifras, internas y externas, en las inversiones y que forman parte central del Proyecto Nacional.
Nos faltaría un tercer frente al que tenemos que dedicarle mucha atención en el próximo periodo, el de la cultura, el de los valores, el de la promoción junto a los derechos también de los deberes de los uruguayos, frente al trabajo, a la solidaridad, a las formas más civilizadas de convivencia, de combate contra todas las formas de violencia y discriminación. Una sociedad avanza y mejora también en sus valores inmateriales, en la calidad de la convivencia de sus ciudadanos y todavía nos queda mucho por avanzar hacia una meta que deberá ser siempre inalcanzable.
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