El Ministro de Defensa ha emprendido una compleja y comprometida tarea asumiendo la necesidad de investigar y hacer caer las responsabilidades por una serie creciente y asombrosa de irregularidades que afectan al funcionamiento de la Armada Nacional.
La capacidad de asombro parece superar todo límite, un día sí y otro también, se suceden nuevas y numerosas denuncias, en la mayor parte de los casos anónimas que ponen al descubierto prácticas y costumbres que están notoriamente reñidas con la legalidad.
Nadie sabe hoy, a ciencia cierta, hasta donde llegarán las consecuencias y las derivaciones de las investigaciones judiciales en curso; ni tampoco tenemos clara conciencia de las responsabilidades personales e institucionales que estarán implicadas como resultado de este proceso. Todo indica que se trata de un "modus operandi" bastante generalizado y con ciertos niveles de tolerancia interna que asombran y preocupan.
También parece bastante evidente que se ha desatado una suerte de "reacción en cadena" que refleja un "fuego cruzado" difícil de estimar con respecto a su alcance y profundidad.
Lo que sí está claro es que tanto las autoridades ministeriales como las autoridades judiciales han actuado con responsabilidad, seriedad e inflexibilidad. Lo que también está claro es que el Ministro ha mantenido, durante todo el episodio, un diálogo abierto y franco con el Poder Legislativo, al que ha mantenido informado en tiempo y forma, y con los partidos de oposición dando garantías de que las actuaciones son transparentes y pertinentes.
En estas circunstancias no existe otra conducta posible que el apoyo total e irrestricto a la actuación del gobierno. Se está dando un paso difícil pero ineludible que tiene, por un lado, el impacto directo de generar un proceso de saneamiento en una institución del Estado; pero por otro lado, y quizás más estratégico aun, es una señal muy fuerte hacia el conjunto del aparato del Estado sobre la necesidad de controlar, corregir y eliminar los comportamientos irregulares que afectan el debido cumplimiento de las reglas de juego.
No tenemos dudas de que esta actuación enérgica y firme del gobierno tendrá repercusiones inmediatas sobre el funcionamiento del aparato del Estado, en el sentido de ajustar conductas y evitar "aflojamiento" de costumbres que siempre son tentaciones presentes en el funcionamiento de los aparatos administrativos.
También surgen lecciones hacia la Administración que obligan a incorporar procedimientos de control más afinados y permanentes. El contralor de la gestión pública es otra dimensión de la reforma del Estado que merece destaque y especial preocupación. Nuestros sistemas de contralor son, muchas veces, rutinarios y antiguos; es imprescindible avanzar en la construcción permanente de nuevos sistemas de controles recíprocos y auditorías de gestión.
Acerca de los comentarios
Hemos reformulado nuestra manera de mostrar comentarios, agregando tecnología de forma de que cada lector pueda decidir qué comentarios se le mostrarán en base a la valoración que tengan estos por parte de la comunidad. AMPLIAREsto es para poder mejorar el intercambio entre los usuarios y que sea un lugar que respete las normas de convivencia.
A su vez, habilitamos la casilla [email protected], para que los lectores puedan reportar comentarios que consideren fuera de lugar y que rompan las normas de convivencia.
Si querés leerlo hacé clic aquí[+]