Pero no conocía toda la situación.

Los aspectos legales sobre las potestades de ANTEL, la Intendencia y la Junta Departamental para avanzar en ese proyecto estaban superados, ese no es ahora el problema.

¿De qué estamos hablando? porque no estoy en absoluto de acuerdo con que vayamos mostrando las cartas de a poquito para que nadie se “asuste”. Estamos hablando de un costo de obra civil de 54 millones de dólares si se agregan cargas sociales e impuestos, a eso debe agregarse la sanitaria, la eléctrica y el equipamiento acorde a un proyecto de ese tipo, en suma el costo total será de 80 a 90 millones de dólares. No es ninguna barbaridad, pero es ese.

La semana pasada el Gobierno decidió paralizar momentáneamente esta construcción. No decidió rescindir el contrato ni abandonar el proyecto. Y el directorio de ANTEL por unanimidad resolvió formalmente ante la indicación del Gobierno.

Se desataron todas las furias y leyendo algunas me tiento en contestarles por las rimas y recordar las causas por las que se tuvo que suspender esta obra, pero, como hay muchas personas serias, que aprecio mucho y respeto, me tomé el trabajo de estudiar a fondo la situación y dar una opinión fundada.

Proseguir con las obras y el calendario de pagos de esas obras hubiera sido una verdadera irresponsabilidad. Para tomar esa decisión, el Gobierno, luego de realizar todos los esfuerzos posibles y asumir lo doloroso de la resolución, tomó una determinación y lo hizo en base al análisis de círculos concéntricos de la situación económica y por lo tanto de su impacto social, como lo han hecho desde que asumieron los gobiernos de izquierda.

Primer círculo: la situación de ANTEL. Hoy ANTEL por su situación financiera, por los gastos ya comprometidos y las inversiones imprescindibles para una compañía de telecomunicaciones no está en condiciones de asumir ese gasto con recursos propios. Debe endeudarse.

He analizado los estados de resultados de ANTEL correspondientes a los ejercicios 2012, 2013 y 2014. El balance de ANTEL está ya disponible en www.antel.com.uy

Me concentré en la evolución y diferencia de los ingresos y gastos operativos del ente, y en la rentabilidad operativa y neta; además analicé la variación de las disponibilidades financieras temporarias, equivalente al dinero en caja y los bonos. Esto parece un estéril manejo de cifras, pero en estos casos hay que ser rigurosos y precisos. Disculpen.

Entre diciembre de 2012 y diciembre de 2014 los ingresos de ANTEL crecieron un 17 %, pero los gastos operativos aumentaron un 52 %. Por ello, la diferencia entre ingresos y egresos operativos, en relación a los ingresos, cae de un 35 % a un 16 %. En el sector telecomunicaciones, un margen de 35 % se considera aceptable, nada más que aceptable, pero un 16 % no lo es, es muy malo.

Si se toman en cuenta las amortizaciones, el resultado operativo, en relación a los ingresos cae de un 18 % al 1 %. Hay que considerar que este resultado operativo es fundamental en relación a los ingresos porque tienen que ver con una empresa de telecomunicaciones, donde los márgenes son muy importantes en cualquier lugar del mundo.

Con estos resultados la rentabilidad neta de ANTEL pasa del 24 % en el año 2012 al 9 % en el año 2014. Una caída muy importante pero que no baja más por las utilidades financieras (de las reservas que se redujeron drásticamente) además de la devolución de impuesto a la renta que recibió el ente en el 2014.
En este momento ANTEL verá caer drásticamente sus rentas financieras porque sus reservas cayeron a finales del 2014 en 10.000 millones de pesos, en relación a los bonos disponibles en el 2012.

No hay nada ilegal, nadie se quedó con un peso, si yo pensara que esa es la situación lo diría con todas las letras y a los gritos, son consecuencias de una gestión y una visión de la empresa que todos los uruguayos tenemos derecho a conocer. Es nuestra empresa.

No es ningún secreto, en: https://www.mef.gub.uy/540/1/mef/informacion-de-resultados-del-sector-publico-a-abril-de-2015.html se puede ver el resultado operativo mes a mes (con un déficit operativo casi todos los meses desde inicios del 2013).
De continuar por este camino se llegaría al año 2015 con un importante déficit del balance. Y ni ANTEL ni el país están en condiciones de afrontar esta situación.

Hay un detallecito. Si hoy por arte de magia estuviera terminado y pronto el ANTEL Arena, ¿quién se hará cargo de los costos de funcionamiento? ¿En qué plan de negocios está basado la operativa, la cobertura de los costos y la recuperación de la inversión? Lo voy a investigar, considerando los antecedentes de la gestión.
Por todo lo anterior, ANTEL debería salir al mercado a endeudarse con préstamos para construir el ANTEL Arena y eso haría mucho peor la situación. Ya tenemos un ejemplo en ANCAP.

¿Qué debe hacer ANTEL ahora? En primer lugar recomponer en forma urgente la viabilidad económico-financiera.

El problema que vemos es que, por lo que se ha anunciado públicamente, ANTEL tiene el propósito de realizar, además de las habituales inversiones en redes y equipos de telecomunicaciones, otros proyectos que significan erogaciones muy importantes: ANTEL Arena, un nuevo cable submarino desde Uruguay hasta Estados Unidos, culminar el Data Center de Pando y finalizar el tendido de la fibra óptica.
Cada uno de estos proyectos implicará varias decenas de millones de dólares y, en conjunto, seguramente superará largamente los 150 millones de dólares.

Una compañía de telecomunicaciones además de mejorar substancialmente su gestión —el estudio del plan de negocios de todas sus inversiones— debe priorizar por encima de todo las telecomunicaciones, no puede detenerse. Por eso analizando a ANTEL y su actual situación hay que posponer la construcción del ANTEL Arena o buscar otras soluciones viables y que no afecten su endeudamiento y sus resultados de manera tan negativa.

El segundo círculo: la situación nacional. Como no faltarán los bien intencionados compañeros y amigos y los bastante menos juiciosos y responsables de la situación que piensen que debe ser el Estado nacional que ponga la plata, es bueno analizar algunos elementos básicos de esa mirada más amplia.
Gobernar es elegir prioridades en cada momento y no dejarse llevar por los impulsos, las corrientes y los entusiasmos, no paralizarse y afrontar las situaciones y sus consecuencias. Algunos gestionaron de otra manera. Cada uno podrá juzgar.

Además de los datos abrumadores de la necesidad de grandes inversiones en infraestructura vial y ferroviaria que tienen directo impacto con el país productivo y sus actuales limitaciones, y la búsqueda que el anterior y el actual Gobierno están haciendo para impulsar inversiones conjuntas con el sector privado para no poner en peligro las condiciones fiscales del Uruguay, y me refiero a cientos y cientos de miles de millones de dólares. Han aparecido nuevos problemas; el más agudo: el agua.

No estaba previsto y debería haberse previsto que para asegurar la provisión de agua para la zona metropolitana se requiere una urgente inversión de entre 50 y 70 millones de dólares. No es cierto que la plata de ANTEL Arena va para OSE, esa es una simplificación, el dato de OSE es un agregado de último momento a una situación acumulativa de muchos años, pero que hay que afrontarla.

No se trata en forma simplista de contraponer carreteras, puentes, dragados, agua potable con el ANTEL Arena, sino de tener una mirada global y una clara definición de las prioridades económicas y sociales.

Todos tienen derecho a especular que sería mejor dedicarle recursos a la cultura que a transportar cargas por el territorio nacional, pero no se trata de eso, sino de algo mucho más importante: nadie tiene derecho a juguetear con la situación de un ente del Estado que debería endeudarse en medio de una mala situación financiera y operativa, y poner en riesgo un sector clave de la economía y del progreso nacional y nadie tiene derecho a poner en peligro la marcha del país por más lirismo que le ponga a sus declaraciones.
Cuando ANTEL logre mínimamente recomponer su gestión y sus resultados de acuerdo a la media de las empresas de telecomunicaciones, con una rentabilidad adecuada y/o con formas de financiación adecuadas, se podrá culminar la construcción del ANTEL Arena.

Mientras tanto, en poco tiempo tendremos el Centro de Convenciones de Maldonado que ampliará la posibilidad de grandes eventos, convenciones y congresos en una zona con muy buenas condiciones.
Y si queremos acelerar la construcción del ANTEL Arena, además de los cambios en los resultados del ente habrá que buscar soluciones más creativas entre todos, incluso en el marco de las PPP con el sector privado.