Contenido creado por María Noelia Farías
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Andrade/3. Los dueños de la izquierda

Andrade/3. Los dueños de la izquierda

La semana pasada otros temas me imposibilitaron seguir con el intercambio con Óscar Andrade. No me desanima que me agreda, que me dedique seis páginas “fraternales” destinadas a demostrar que solo aporto al pensamiento de la derecha e incluso que mienta sobre supuestos pronunciamientos unánimes de no sé qué bancada. Cada uno en lo suyo.

18.08.2015

Lectura: 9'

2015-08-18T06:00:00-03:00
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No creo que le convenga compararse con los ataques y el cariño que me ha dispensado la derecha desde hace mucho tiempo, en particular en la proximidad de las elecciones...

Él pone en duda que yo exprese al FLS, e insiste en ese argumento, tiene todo el derecho, como yo tengo el mío de comprobar que sus ataques son línea política del actual Partido Comunista y sus principales dirigentes sindicales, los fautores del "gobierno en disputa". Con una sola diferencia, ahora no se animan a mencionar ese concepto, lo practican hasta el fondo y de callado.

En seis páginas me dedica 14 ataques, siempre obviamente en el mejor espíritu del debate constructivo y para evitar que todo se "vaya al tacho". Naturalmente comienza con el supremo argumento que define toda una mentalidad: Valenti arrimando baldes al molino enemigo. 

Con esa mentalidad de no discutir los temas, de pensarlos y cuchichearlos en los pasillos pero no sacarlos a la luz del día, es que durante décadas -y para no llevar baldes al molino de los enemigos- barrimos bajo las alfombras, y un día debajo de los tapetes nos creció un árbol tan grande que derrumbó todos los muros. Que Andrade sea de otra generación no lo libra de seguir utilizando siempre esa mentalidad.

Mi anterior artículo se refirió en extenso sobre los serios problemas que enfrenta, en diversos planos, la cultura del trabajo en el Uruguay. Salimos de la crisis y creamos otras condiciones para nuestro desarrollo, ahora uno de los problemas más graves y complejos para seguir creciendo y distribuyendo es precisamente la cultura del trabajo en su más vasta expresión.

Si algunos compañeros sindicalistas creen que eso no tiene que ver con ellos, y que repitiendo todo lo que queda pendiente por mejorar y seguir avanzado en materia social se libran de sus responsabilidades, están en todo su derecho, como yo tengo pleno derecho a opinar sobre ese tema desde una visión que trato que sea de izquierda.
A los empresarios envenenados por el capitalismo parasitario se les cambió la perspectiva desde la política económica y financiera, desde los cambios que se introdujeron en los bancos y en la financiación, en particular en el BROU y el BHU, pero también a su nivel, es parte de un debate cultural nacional, de valorizar el nivel profesional y las capacidades de los empresarios, sobre todo los micro, pequeños y medianos empresarios que son la inmensa mayoría.

Conozco bastante directamente todo lo que hizo y hace el SUNCA como sindicato, entre otras cosas porque compartí muchas reuniones e intercambios con varios compañeros dirigentes del SUNCA de la lista minoritaria, esos mismos compañeros que Andrade y su gente sacaron de la peor manera de todos los programas, fondos y actividades posibles del sindicato, los echaron. Y en algunos casos también los echaron de las obras y no los dejan entrar a trabajar. ¿Eso es de izquierda, eso es sentido de clase, eso es sindicalismo URUGUAYO?

Y que me desmienta, total el papel soporta cualquier cosa, pero los testigos son muchos.

Incluso a pesar de esos atropellos sectarios -para ser suave- , valoro lo que ha hecho y hace el SUNCA en ese sentido, pero nuevamente se va por la tangente, no es de eso que estoy discutiendo, ni lo estoy cuestionando.

Los avances en los niveles salariales nadie los discute, lo mismo en las leyes sociales y todavía falta mucho, pero eso no tiene nada que ver con ciertas prácticas que Andrade conoce perfectamente en muchas obras, de parte del sindicato y en otros sectores de la producción privada y en el Estado. ¿Sólo a mí me han contado decenas de experiencias concretas, como por ejemplo, las que aplicaron en Montes del Plata? ¿O yo me animo a hablar y otros mascan bronca y nada más?

Yo manejé la cifra de 6 millones de dólares mensuales que gasta el BPS, de más, en seguro de enfermedad porque escuché ese día declaraciones en la TV de una directora del banco. Andrade me corrige, son 16 millones mensuales, ¡192 millones en un año! solo el 2 % del presupuesto del BPS... ¿y? Una conquista correcta justifica que se abuse y se deforme la razón de esa conquista, con miles y miles de certificados médicos algo más que dudosos y faltas al trabajo concentradas en un reducido número de trabajadores, como sucede en la enseñanza. ¿Faltar al laburo es una conquista social?

Leyendo los diversos artículos de Andrade está claro que a nivel de los trabajadores públicos y privados él no tiene la menor duda, la más mínima preocupación sobre el nivel de responsabilidad laboral, de cumplimiento de las más elementales normas de presencia y producción. Y eso es precisamente lo que yo le cuestiono a los dirigentes sindicales que tienen esa visión, explican y justifican una grave carencia para nuestro país.

Nadie dijo que hay que reducir los salarios de los trabajadores del SUNCA para reducir el costo de la construcción de viviendas, el problema es si en lugar de 280 jornadas laborales, se necesitan 350 o cuando en una línea de montaje se produce al 60 % de la capacidad. ¿Ustedes no tienen nada que ver con eso? ¿Eso es redistribución del ingreso? ¿Eso es lucha revolucionaria?

Lo que dijo Richard Read aquel famoso 1.º de mayo ¿qué fue, un invento? ¿Una visión desde las patronales? No, en realidad apeló a las viejas y sólidas tradiciones de la clase obrera uruguaya, tan alejadas de otras prácticas, tan cercanas geográficamente y que hacen tan diferentes las historias sindicales de ambas orillas del Plata.

Ustedes pueden agredir a otros compañeros de izquierda tratándolos de neoliberales y de otras linduras, pero si se habla de temas que dan vergüenza a toda la sociedad uruguaya y en los que están involucrados dirigentes sindicales, eso es una agresión imperdonable. Si faltaba un elemento para preocuparnos por actitudes corporativas al cubo, basta ver el pronunciamiento de COFE defendiendo a Joselo López o al PIT-CNT designando una comisión investigadora. ¿Van a interrogar a todos los involucrados o a escuchar una sola versión, la del sindicato y la de Joselo López? ¿Qué tiene que ver eso con la historia del movimiento obrero uruguayo?

¿Un congreso del PIT-CNT está por encima de la decencia, de la ley, del respeto de los derechos humanos? Algunos viven en un microclima muy peligroso.

Todas las conquistas obtenidas por los trabajadores en estos 10 años, incluso la mejora notoria en la cantidad de trabajadores de la construcción que están por encima de la línea de pobreza, sin duda son el resultado de las luchas sindicales ¿y el gobierno de izquierda no tuvo nada que ver? ¿O consideran que eso lo impusieron ustedes a los sucesivos gobiernos en disputa?

"El más grande paro general de los últimos 30 años", dice la declaración de la dirección del Partido Comunista refiriéndose al paro del 6 de agosto. ¡Cuánto honor! hacerle el mayor paro general a un gobierno del FA. ¿Por qué no se lo hicieron proporcionalmente a los blancos y colorados cuando no había consejos de salarios, el 20 % estaban desocupados, había 20 mil obreros de la construcción (hoy superan largamente los 50 mil) y los salarios y las jubilaciones eran muy inferiores? ¿No se lo hicieron porque no estaba el gobierno en disputa?

Si lo calma a Andrade, declaro que soy un burro, que no sé nada de nada y me inclino ante su sabiduría infinita, pero al final, ¿es cierto o no es cierto que los salarios crecieron más que el PBI en estos 10 años? No se escape por los porcentajes. En especial ¿es cierto o no que esto fue particularmente notorio en la construcción? ¿Y eso se debió al viento de cola? ¿Las políticas públicas, la política, no tuvo nada que ver, todo fue sindical? ¡Qué retroceso ideológico!

No estamos conformes y no lo estaremos nunca con gente que gane poco, ni 15 mil ni 20 mil pesos mensuales, pero ¿es cierto que nunca hubo un periodo tan prolongado de crecimiento ininterrumpido de los salarios y sobre todo del salario mínimo nacional y de los salarios más bajos? Y no me corra con lloriqueos o con tangentes. ¿Es cierto?

Y se lo voy a repetir, sea o no parte de la discusión sobre la cultura del trabajo o pase la prueba inexorable que impone Andrade como dueño de la cultura de izquierda: si la política económica y social que se aplicó en estos 10 años, con la presidencia de Vázquez y de Mujica, hubiera sido la que se expone en los documentos del PIT-CNT lo que hubiéramos hecho es destruir riqueza, precipitar la crisis, polarizar al extremo la sociedad uruguaya y caer derrotados de la peor manera, por nuestros errores y fracasos. Siempre con las mejores intenciones. Ese es un modelo que se aplicó en otros países y está fracasando.

Y lo que se hubiera ido al tacho no era el debate, hubiera sido el país y arriba de él la izquierda.

Cuando llegan las campañas electorales todos se ponen super oficialistas, en especial de los resultados económicos y sociales, que son inseparables, pero... al primer trimestre del nuevo gobierno, a algunos les viene la fiebre del gobierno en disputa, de los nuevos derechos a conquistar, de la menor cantidad de obligaciones y de los mayores paros y movilizaciones de la historia sideral. Casualidades.

No me siento orgulloso de que tantos compañeros me digan que conocen innumerables situaciones de graves problemas en la cultura del trabajo, en el incumplimiento de las más elementales obligaciones laborales y esos temas no salgan a la luz. Se mastiquen en la oscuridad. Ese es un debate ideológico y práctico que tiene mucho que ver con el presente y el futuro del país y hay que afrontarlo.

Yo no soy operador de nada, nadie me paga para sacar notas o no sacarlas, yo pongo la cara y la firma detrás de mis opiniones, no le pido protección corporativa o partidaria a nadie, y eso me lo enseñaron de chiquito, en otro partido, que algunos lo nombran hoy pero les queda Introzzi. Muy grande.