Todos conocemos ya las cifras del proyecto de Rendición de Cuentas con el aumento de los gastos fiscales para el año 2018. Total del aumento: 72 millones de dólares. Una cifra realmente exigua, si se la compara con el PBI (más de 53.440 millones de dólares) y los aumentos del "espacio fiscal" en años presupuestales anteriores. No es el único elemento que hay que considerar, el más complejo y urgente es el déficit fiscal, que se mueve en el entorno del 3.5% anual sobre el PBI. Demasiado alto y peligroso para todos, por eso coincido con el enfoque general del proyecto. En general.
En esta columna no voy a dedicarme al "espacio fiscal" sino a compararlo con otras cifras, como los 622 millones de dólares que tuvo que poner el Estado para capitalizar a ANCAP al iniciar la gestión de este gobierno, más los 150 millones de dólares de un préstamo garantizado y gestionado por el gobierno nacional y dedicado también a ANCAP.
La semana pasada se conoció un nuevo organigrama de la petrolera del Estado. Lo analicé detenidamente, pero sobre todo noté un pequeño detalle: no hay un solo nombre.
Las responsabilidades por la pésima gestión de ANCAP son diversas. La principal fue una visión equivocada de cómo se relacionan las empresas del estado y sus gastos e inversiones con el conjunto de la economía; la segunda fueron los que desde la presidencia de ANCAP ejecutaron un nivel de inversiones, aumentos de gastos endemoniados, ejecución de negocios deficitarios y, en algunos casos ruinosos y generaron un clima de descontrol en los gastos. Y la responsabilidad política de los directores que formaron parte de esa gestión, en primer lugar los del Frente Amplio, los míos y, a otro nivel, los de la oposición.
Pero hay un aspecto de esa responsabilidad que no se ha manejado adecuadamente, porque a algunos no les conviene a su "relato" y otros porque se lavan las manos de su responsabilidad de control, aspecto clave en una adecuada visión política y estratégica del funcionamiento de ANCAP, me refiero al papel de un grupo de altos funcionarios, gerentes, etc. Sin la directa participación de ellos no se podrían haber realizado esos desvíos y esos errores garrafales. Y llegó la hora de ver los cambios.
Durante el anterior directorio, el presidido por ingeniero José Coya, seguidor de la línea y la visión de Sendic, que nos hizo perder un año completo para realizar los mínimos cambios necesarios, no se podían esperar modificaciones ni en el organigrama ni en los nombres, pero desde el 14 de marzo del 2016, cuando asumió la ingeniera Marta Jara, es decir hace 15 meses todos esperamos cambios profundos.
La rebaja del 8% del gasoil es una señal importante, aunque todos sabemos que en la recuperación de las finanzas y de la economía de ANCAP un papel determinante, junto al aporte del Estado central, fue el precio de los combustibles. Pero es una rebaja que podía haberse postergado para seguir obteniendo resultados de esa fuente. Hay que valorar la rebaja.
Los resultados económicos de la empresa en el año 2016, donde se pasó de pérdidas de cientos de millones a una discreta ganancia de 15 millones, eran una buena señal, con muchas diversas explicaciones. Eso también hay que admitirlo. Yo, al menos me quedé esperando y, ahora nos enteramos del nuevo organigrama. ¿Y?
A mí me surgen muchas preguntas que considero importantes.
Si en toda la gestión y en algunos casos el despilfarro de ANCAP se cometieron ilegalidades, actos de corrupción y quien los cometió, quien debe establecer eso o negarlo es una responsabilidad exclusiva de la Justicia. Esperamos con una paciencia que Job envidiaría. Pero hay otros aspectos que tienen que ver con la gestión, con la mala gestión, con la pésima gestión en particular en algunas divisiones y secciones de ANCAP y, es por eso que voy, por ahora, a formular estas preguntas.
¿Se produjeron cambios en el sistema de la compra de crudo, que representa la mayor cifra de gastos de la empresa todos los años miles de millones de dólares, que durante los años críticos, 2009 en adelante tuvo un proveedor privilegiado, que vendiendo con su nombre o a través de otras empresas fue el ganador por goleada de todas las ventas? ¿Los diversos gerentes que estaban relacionados con este sector de negocios energéticos han sido cambiados o todos seguirán cómodamente en sus puestos?
¿Quién hizo operativo el negocio con Petroecuador, denunciado en su momento por el propio gobierno del presidente Rafael Correa, para refinar crudo y que arrojó resultados tan desproporcionados para ANCAP (6 millones de dólares de ganancia) y cientos de millones para Trafigura? ¿Seguirán al mando?
¿Los responsables de compras de otros combustibles refinados, que también representan cientos de millones de dólares al año, no tienen nada que ver con las pérdidas, en particular todo el tema del alije de esos combustibles?
¿Se revisó a fondo cuales empresas y con qué frecuencia hacen el control de la descarga de los combustibles? ¿Los gerentes responsables han cumplido con cabalidad y profesionalidad sus responsabilidades? ¿Hay alguna empresa que se repite con demasiada frecuencia en la realización de esos controles que son de gran importancia?
¿Los responsables de la parte logística marítima de ANCAP no tienen nada que ver con los altísimos costos que pagó la empresa y en particular por las demoras y el remolque en la boya petrolera? ¿En particular con el sistema de control (radar) y en los propios tanques de almacenaje?
¿No hay otras compras de productos químicos para las gasolinas realizados con extrema frecuencia en determinadas empresas en países vecinos? ¿Nadie tiene responsabilidades?
Ya sabemos la lavada de manos del presidente de ANCAP en esa fecha sobre los gastos de publicidad y el repique de varios integrantes del directorio de la época tirándole todo encima de los gerentes y funcionarios. Lo sabemos por la prensa y por la comparecencia en el juzgado.
Así como rechazo a los que distribuyen responsabilidades a otros integrantes del gobierno y nunca asumen las suyas y están "orgullosos" de su gestión en ANCAP, y también se distinguir responsabilidades políticas de gerenciales y funcionales, es muy injusto que haya absoluciones genéricas por imprecisión como inculpar a gente trabajadora y profesional por otros que no lo fueron y que participaron de una u otra manera del desastre.
Como sería de esperar que el sindicato de ANCAP con una gloriosa tradición de lucha, de resistencia de defensa del Ente contra los impulsos privatizadores y de liquidación, asuma sus responsabilidades ¿Además de los 9 años de un servicio médico fuera de la ley del Sistema Integrado de Salud, cuantos privilegios, cuantos salarios cobra por año, en particular los gerentes a los diversos niveles? Sería fundamental que la población sepa cuánto ganan, en el año, las diferentes gerencias.
Comprendo que detrás de los cambios necesarios hay mujeres y hombres, funcionarios y profesionales y todo lo que implican humanamente esos cambios, pero sería un profundo error, enturbiar un proceso de reencauzamiento de ANCAP y en general de la política en las empresas públicas.
No es un problema solo de justicia - que también lo es - es un tema más profundo, hay que hacer los cambios en serio en el organigrama y en los nombres y a fondo, para aprender, para incorporar de forma permanente un método de gestión y control y para dar señales de que efectivamente la izquierda en Uruguay aprendió que la gestión tiene y debe tener un profundo sentido estratégico y moral. Y para vacunarnos a fondo para el futuro, de lo contrario las señales son muy contradictorias.