Por lo pronto es necesario separar dos cuestiones totalmente diferentes que no deben ser mezcladas o confundidas. Por un lado está nuestra situación ante la OCDE en la que se nos ha incluido desde el año 2009 en la denominada "lista gris" y en la que se nos ha mantenido, a pesar de los esfuerzos realizados, nuevamente en 2011. Por otro lado está la declaración leída por Nicolás Sarkozy a la salida de la reunión del G20 la semana pasada en la que se nos califica de "paraíso fiscal" junto a otros países que también están en la "lista gris" de la OCDE.
Con respecto a nuestra situación en la OCDE, Uruguay viene trabajando en las decisiones que permitirán, en un futuro más o menos cercano, superar las desventajas de esta calificación. De hecho, el juicio de 2011 aunque nos mantiene en la incómoda situación, reconoce los avances de Uruguay en la búsqueda de eliminar las causas que han provocado esta situación.
En tal sentido, el Ministerio de Economía ha avanzado en algunos caminos que permiten enfrentar esta situación. Sin embargo, se debe tener mucha cautela en las decisiones para que de ellas no se derive una afectación significativa sobre nuestra economía y su capacidad de captar inversiones.
La novedad generada desde la OCDE agregando que los acuerdos de intercambio de información tributaria con terceros países deben firmarse con los países de la región, es una nueva exigencia que, nadie duda, viene impulsada desde la "vecina orilla", empeñados en presionar a Uruguay para que brinde la información a ese país sobre las inversiones de los ciudadanos argentinos.
Firmes en la defensa de nuestros derechos, trabajando con inteligencia para compatibilizar nuestra situación con los parámetros de la normativa internacional para no sufrir los correspondientes efectos negativos.
Pero el segundo tema tiene relación con la declaración del G20 leída por el Presidente francés al culminar el último evento. Es indiscutible la gravedad de la ofensa y es totalmente razonable que nuestro país reaccione con indignación y energía.
Sin embargo, lo que a esta altura resulta evidente es que se ha cometido un evidente error de estrategia al concentrar el enojo y la indignación en la relación con Francia.
La declaración final, efectivamente, fue leída por el Presidente francés, pero la virulencia del ataque y la calificación de "paraísos fiscales" fue acordada en la reunión del G20 a impulso del gobierno argentino, según las propias declaraciones del Ministro de Relaciones Exteriores argentino.
Aquí está el verdadero problema, los responsables del daño a nuestro país, los instigadores de la declaración que provocó nuestra justa indignación, fueron los jerarcas del gobierno argentino.
Peor aún, el Canciller argentino se refirió ante la opinión pública en forma ofensiva calificando a estos países como "guaridas fiscales". Gravísima afirmación, mucho más grave que la lectura dada por el Presidente francés.
Claro, los franceses son capitalistas e imperialistas (que lo son, por cierto) entonces con ellos un gobierno que se define de izquierda puede indignarse, mandar llamar al Embajador y pedir explicaciones; pero con los argentinos que tienen un gobierno que supuestamente es de izquierda, hay que "mirar para otro lado" y "hacer la vista gorda" o, peor aún, acusar a los partidos de oposición de "sabotear la relación entre ambos países".
El que verdaderamente ha saboteado la relación entre Uruguay y Argentina ha sido el gobierno argentino que utiliza el foro de la OCDE y, ahora el del G20 para presionarnos y dañar nuestra imagen internacional.
La Cancillería uruguaya no registró que hace ya dos meses la presidenta argentina impulsó, en su visita a Francia, la inclusión de este tema en la reunión del G20; la Cancillería uruguaya no tomó medidas diplomáticas ni diseñó una estrategia para evitar la injusta situación en que nos vimos envueltos el pasado viernes.
La Cancillería uruguaya, en falsa escuadra, concentra su ira por el mal resultado en la figura del presidente francés tratando de evitar que los uruguayos nos demos cuenta de que el problema fue generado por nuestros vecinos, ante la impasividad de Brasil que nada ha hecho ahora, como tampoco hizo en oportunidad del conflicto por las plantas de celulosa.
Por eso es importante aclarar los tantos.
Por un lado, el Ministerio de Economía en su trabajo para ir removiendo los obstáculos en la búsqueda de "salir" de la "lista gris" con los menores costos posibles.
Por otro lado, la Cancillería uruguaya enredada en sus errores estratégicos, débil en el diagnóstico de la situación, equivocando el "foco" del problema y "con anteojeras ideológicas" anacrónicas, evitando reconocer dónde están los verdaderos adversarios.
Conviene entonces aclarar los tantos y separar las responsabilidades correspondientes dentro de la gestión de gobierno.
Escribe Pablo Mieres
Aclarando los tantos
Los hechos ocurridos en los últimos días con respecto a nuestra situación frente a la OCDE y la declaración final del G20 son suficientemente serios y graves como para evitar el "entrevero" y las confusiones sobre las responsabilidades que corresponden a cada uno y sobre los cursos de acción futuros.
09.11.2011 09:05
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