Contenido creado por Inés Nogueiras
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50 años de IPS

50 años de IPS

¿Más historia que futuro?

02.09.2014

Lectura: 8'

2014-09-02T06:21:00-03:00
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Este año se cumplen 50 años desde la fundación de la agencia internacional de noticias, Inter Press Service (IPS). Trabajé allí durante 6 años y fue por lejos el lugar donde aprendí más de periodismo en toda mi vida, junto a Roberto Savio, Pablo Giussani, Pablo Piacentini, José Pasquini Duran, Mario Dujisin, Estrella Gutierrez, Mariano Fernandez, Tito Dragoevich, Rafael Cribari, Abraham Lama, Phill Harris, Martín Machado, Ricardo Grassi, Juan Gelman, José Luis Alcazar, Deodoro Rocca, Patricio Tupper, Dina Nascetti, Benugopal Rao, y muchos otros que ahora no recuerdo y a los que les pido disculpas.

Mi visión es obviamente parcial e interesada. IPS fue desde su nacimiento una herejía, un imposible, una quijotada. Con el tiempo fue aumentando su carácter insólito. IPS es y sobre todo fue un bicho extraño. Con fuertes lazos con los organismos internacionales, en particular con los países en desarrollo (G-77 y No Alineados) pero totalmente independiente.

Tuvo convenios con diversos gobiernos, como el de Chile, Venezuela, México, Italia, Holanda, Noruega, Suecia, la Unión Europea y organismos de las Naciones Unidas. La lista es larga. Sin esos apoyos no hubiera sobrevivido y ese fue su mayor mérito, sobrevivir sin comprometer su independencia periodística y su lucha, su combate frontal por la calidad de su servicio, por el análisis, por confrontar con el sistema internacional de las grandes agencias en el plano de los contenidos, pero también en el de la calidad, el del rigor periodístico. El respeto y la referencia a las fuentes en IPS eran una de sus únicas religiones.

IPS era un equilibrio y como tal terriblemente inestable por lo que se anclaba a algunos sólidos principios. Sus finanzas eran inestables y sujetas a todo tipo de cambios. Y un quijote sin su Rosinante no existe. Y el rocín que nos transportaba era de vida o muerte. Hubo épocas de esplendor y expansión y de repliegue y reorganización, pero siempre cabalgando.

IPS vivió momentos particulares, obviamente visto desde mi propia experiencia personal. La etapa de las dictaduras en América Latina, de la que fue una férrea enemiga, por sus definiciones y porque decenas de muy buenos periodistas exiliados de Argentina, de Chile, de Uruguay, de Bolivia se incorporaron a la agencia y aportaron su profesionalidad, su estilo, sus sensibilidades.

Otra época importante, simultánea con la anterior fue el debate sobre el Nuevo Orden Informativo Internacional (NOII), que unía los valores generales de un orden económico más justo y la necesidad de construirlo con el aporte de una información más democrática, menos concentrada en las 4 grandes agencias internacionales de noticias (AP, UPI, AFP y Reuter) que junto a las agencias nacionales de los países desarrollados prácticamente monopolizaban el flujo de información internacional. Estábamos muy lejos de Internet, en el paleolítico de las telecomunicaciones.

En esa época transmitíamos el material periodístico por canales PBS a 50 baudios, (para ser más claros 3.000 palabras por hora de transmisión, sin acentos ni minúsculas o mayúsculas. La propia batalla contra las prohibitivas tarifas de conexión fue una titánica lucha democrática. Se cobraba en promedio 1.200 dólares por mes de cada lado de la conexión del canal. Roma-Mexico D.F. costaba 2.400 dólares mensuales y aspirábamos a cubrir decenas y decenas de países. Sobrevivir era una odisea diaria.

IPS fue un delicado y difícil equilibrio entre la producción periodística y la presencia y las acciones institucionales, los eventos y debates en los diversos foros internacionales y los recursos necesarios. Los costos fueron siempre una pesada espada del mercado sobre nuestras cabezas. Y sobrevivimos.
En ese equilibrio jugó un papel fundamental Roberto Savio, un excelente periodista, lector infatigable, minero de todas las informaciones globales, conferencista en todos los eventos posibles, conspirador a favor de las causas del Tercer Mundo y de los No Alineados y sobre todo del NOII y transportador de la mayor maleta 72 horas que yo haya visto en mi vida. Pesaba como una enorme biblioteca sin ruedas. Además era y estoy seguro que si se dispusiera lo seguiría siendo, un buscador infatigable de recursos para IPS. En inglés tiene un nombre muy elegante, en español vivía con la mano tendida. Y lo más complicado es que ofrecía solo ideas, defensa de proyectos complicados y polémicos. Pero se los compraban, durante muchos años.

IPS era un caldero en ebullición permanente. Siempre había una crisis en puerta, una expansión imprevista, un plan deslumbrante y muchos hechos y procesos que cubrir y analizar. Y debate político, cultural e ideológico. Desde su nacimiento fue acusada de todo y del contrario de todo. De agente de la Democracia Cristiana Internacional (en esa época los agentes estaban en el orden del día), agente de la CIA, de la izquierda y de varios países que estoy seguro que ignoraban alegremente disponer gratis de tan valiosa herramienta. Y me consta que fueron todos bolazos, muchos de ellos productos de la guerra fría.
Las guerras fueron, desgraciadamente, una materia bastante intensa en la vida de IPS. La lucha militar contra las dictaduras en Centro América (El Salvador, Guatemala y Honduras), Irán-Irak, Etiopía y Somalia y la lucha de liberación en el Eritrea, el Frente Polisario, las sucesivas invasiones sudafricanas y mercenarias contra Namibia, Angola, Mozambique, y la tensión entre choques y guerras en el medio oriente, con los palestinos siempre como las víctimas principales. Uno de los momentos más complejos y polémicos fue la guerra de las Malvinas. Nadie estaba, obviamente, con el colonialismo británico, el choque era sobre el resultado previsible de esa guerra y sus consecuencias.

Seguramente me olvido de alguna guerra, de todas maneras comparadas con la concentración, la violencia y ferocidad de las guerras actuales aquello era doloroso pero limitado. No existía todavía el terrorismo global, y obviamente no se había caído el muro de Berlín y sus alrededores. Cuando eso sucedió ya no estaba en IPS, me fui en 1984, hace 30 años... IPS tiene sin duda una larga y rica historia recogida en un libro muy interesante: "Los Periodistas que Voltearon el Mundo. Voces de otra información".

La historia de IPS está repleta de siglas, se las voy a ahorrar, si puedo decirles que en su ADN siempre estuvo la democratización de la información, el medio ambiente, la lucha contra todas las discriminaciones, el sur, el sur-sur, las mujeres, la infancia, las metas globales de la ONU, la paz, una información adecuada y equilibrada sobre los grandes conflictos, la cultura de la paz, el desarrollo, las tecnologías como factor de desarrollo y no de mayor desigualdad. Y una tenaz batalla contra las dictaduras.

Hoy la preocupación que tenemos muchos, no por nostalgia sino sobre todo mirando el mundo actual, es si IPS tiene futuro, si no será devorado por esa despiadada lógica del mercado y la crisis de la cooperación internacional. Si otro mundo es posible y necesario, en buena medida depende de la información, en sociedades y en un mundo donde la información domina el panorama cultural e influye de manera decisiva en los procesos políticos.

A 50 años, comparto unos pocos recuerdos. Uno de ellos tiene que ver directamente con Uruguay. En el año 1982 un grupo de exiliados con el apoyo de la Convergencia Democrática de Wilson Ferrerira Aldunate, Juan Raúl Ferrerira, el Frente Amplio en el exterior y algunos dirigentes de origen colorado dimos vida a PRESSUR, la agencia uruguaya de noticias. Su central estaba en Roma, en un pequeño hueco debajo de IPS, en Vía Panisperna, tuvimos corresponsales en más de 30 países y transmitíamos semanalmente de 12 mil a 16 mil palabras de información, que además de ser utilizada por las colectividades de exiliados en esos países, llegaba a muchos diarios y revistas directamente.

Todo eso fue posible porque IPS nos cedió gratuitamente el uso de sus canales telegráficos de comunicación todas las semanas y por el aporte voluntario de muchos de sus trabajadores técnicos. Sin ese apoyo de IPS de Roberto Savio, de los trabajadores técnicos de la agencia nada hubiera sido posible. Ser desagradecidos es miserable. La memoria es obligatoria. Como no puedo olvidar el aporte del corresponsal de IPS en Montevideo, Efraín Quesada y las interminables e invalorables conversaciones con el dirigente wilsonista, Fernando Oliú, hasta poco antes de su muerte en 1983, así como la oficina de PRESSUR en Buenos Aires, en la calle Perú dirigida por Mariela Genta, que fue un centro de coordinación de la resistencia democrática.
Inter Press Service fire dirigida en los últimos años por el periodista uruguayo Mario Lubetkin y a partir de abril 2014 por el periodista indiano Ramesh Jaura, en un proceso de reestructura y reducción de sus actividades. Es un gran esfuerzo acompañado de varios de los antiguos miembros de la cooperativa, como Phill Harris y Estrella Gutierrez.

Mucha gente, que ni siquiera lo sabe le debe mucho a IPS, porque su voz se escuchó en el mundo gracias a ese grupo de periodistas y hoy su existencia sería más necesaria que nunca. Globalización mediante, las grandes causas de la humanidad necesitan voceros potentes. IPS es parte de la mejor historia de esas voces que cabalgaron medio siglo y tienen por delante anchas planicies y escarpadas montañas para seguir empuñando las lanzas utópicas y los escudos reales y tangibles de los débiles.