El 9 de setiembre el vicepresidente electo, Raúl Sendic, expresó su voluntad de renunciar, trámite que culminó con una carta ante la Asamblea General cuatro días después. Ya pasó un tiempo prudencial. Las aguas están calmadas. No hubo crisis institucional, por lo que es un buen momento para repasar algunos cambios del sistema político y su comunicación, que llegaron para quedarse.
La renuncia sólo podía efectivizarse desde el punto de vista formal ante el Poder Legislativo pero tuvo un derrotero comunicacional que da cuenta de la irrupción, ahora sí con incidencia real, de las tecnologías de la información y las redes sociales en la vida política del Uruguay.
En un sábado de expectativa política, la renuncia fue primero anunciada verbalmente al Plenario del Frente Amplio y posteriormente comunicada por el mismo Sendic a través de su cuenta de Twitter en un mensaje que al día de hoy tiene 2100 retweets, 3800 me gusta y 1500 comentarios.
En vertical
El primer acercamiento que tuvo la ciudadanía con la renuncia fue a través de un video, filmado desde un celular perteneciente a alguno de los asistentes al Plenario. Periodistas, influencers y ciudadanos tomaron contacto con este video a través de las redes sociales y posteriormente fue levantado por los canales de televisión, portales con trasmisión en vivo e incluido en las notas de los principales medios del país.
Los celulares cuentan hoy en día con capacidades tecnológicas como para que sea difícil distinguir entre una filmación realizada con equipos profesionales y aquellos hechos con un Smartphone. Salvo por el formato. Al estar hecho en vertical, el formato denuncia la cualidad amateur de quién lo registró. Es por eso que los medios tradicionales se ven hoy inundados de videos en formato vertical que registran momentos cotidianos, espontáneos o hechos en lugares a los que no puede acceder el periodismo, como el Plenario del Frente Amplio.
Entonces, la primera irrupción de las tecnologías de la información es en el formato en el que llega la noticia. Ya no es una fuente que le cuenta al periodista y que luego publica un medio, ya no hay que corroborar la noticia. Es un video que sale desde el celular un integrante del Plenario (realizado a puertas cerradas como algunos entrenamientos futbolísticos) y es subido a Twitter desde otro celular, de un periodista, antes de que llegue a los medios tradicionales.
No hay mediación, hay acontecimientos narrados por sus protagonistas con nuevos formatos.
Renuncia por Twitter
Tan sólo minutos después, acontecía el hecho de mayor trascendencia de la política en redes desde la irrupción de las mismas en el país. El Vicepresidente, que era además, el funcionario de más alto rango con presencia (real y activa) en redes sociales, renunciaba a su cargo por Twitter. Sí, en Uruguay un país con población envejecida y con una clase política especialmente gerantocrática, el Vicepresidente (de unos "jóvenes" 55 años) renunciaba en 135 caracteres.
Dentro de un oficialismo al que le costó, y le cuesta, encontrar en las redes un lugar de contacto auténtico y fructífero con la ciudadanía este episodio se convertía en el pico de mayor exposición en los nuevos medios de la "vieja" política.
Como ya dije, el tweet que confirmaba una confusa renuncia ante el Plenario, tuvo gran incidencia en las redes y Sendic como tema se convirtió en tendencia durante todo el fin de semana. La circulación discursiva así como la discusión política entre líderes oficialistas, opositores, periodistas y ciudadanos de a pie se canalizó a través de los nuevos medios, incluso antes que algunos canales de televisión prendieran una cámara.
He aquí el segundo indicio de una realidad político-mediática cambiante.
Esta cuenta no es responsable
El principal partido de oposición cuenta, por las características de su liderazgo actual, con un perfil más joven que el oficialismo y con una trayectoria más larga en redes. En columnas anteriores he explicado como la interpelación a los gobiernos siembra un campo más fértil para quiénes están en la oposición que para quienes están en el gobierno, cualquiera sea el lugar del mundo en el que se analice la dinámica política en redes.
El Partido Nacional tenía todo bajo control. La mayor crisis del oficialismo desde que llega al gobierno, una trayectoria e incidencia en redes mayor que cualquier otra fuerza política del país y una renuncia por Twitter.
Pero un error "involuntario de una compañera" en el manejo de las redes y dos tweets fuera de tono, ponen a los blancos en la incómoda situación de tener que dar explicaciones en un momento en el que debía (o podía) enfocarse en pedirlas.
Si bien toda esta situación marca un antes y un después en la historia de la comunicación política en Uruguay, tanto la ausencia de menciones explícitas a la renuncia de Sendic en la cuenta oficial del Frente Amplio como la reacción a los dos tweets (posteados por error) desde la cuenta oficial del Partido Nacional muestran la inexperiencia del sistema político en general en el manejo de redes y mucho más en el manejo de sus crisis.
Asistimos a una era en la que se reconfigura la institucionalidad dónde la comunicación de una renuncia se da por Twitter en 135 caracteres y su trámite legal a través de una carta cuatro días después.
El caso Sendic será un tema ineludible, cuando en el futuro queramos estudiar la comunicación política nacional. El día de su renuncia deberá ser tomado como el momento en el que las redes irrumpen de manera definitiva en la arena política uruguaya.
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