La jueza penal Virginia Ginares lo procesó por el delito de abuso de funciones con cárcel, a pesar de que el fiscal no había pedido el encarcelamiento. Varios protagonistas han declarado que respetarán el fallo de la justicia. Es una obviedad, nadie se sublevará, nadie levantará las legiones contra el fallo de la jueza, pero eso no impide, en este caso obliga a opinar. Por encima de la opinión democrática de los ciudadanos no hay nadie, ni ningún poder del Estado. Sería como afirmar, luego de la aprobación de una ley de que los que están en desacuerdo la acatarán. Es obvio.

Así que luego de descartar el falso argumento del respeto a los fallos, voy a opinar.

Otra aclaración, tengo bien claro quién es Walter Zimmer y a diferencia de algunos medios "desinteresados" que publicaron la noticia sesgada y a pesar de ser del mismo partido, yo no me baso ni en su pasado remoto o cercano, ni en la guerra de patentes, pues nunca estuve de acuerdo con la política de Zimmer como la de otros intendentes, todos blancos y lo escribí blanco sobre negro. Mi opinión se basa en otras referencias que tienen mucho que ver con temas en debates en estos días.

Estoy profundamente en contra de este fallo de la jueza, no creo que los errores de carácter administrativo y político deban ser definidos por la justicia penal. Y esto está sucediendo con mucha, con demasiada frecuencia.

Los hechos son conocidos el 31 de diciembre del 2007, vencía el plazo para el empadronamiento de los vehículos y por las características de la fecha, quedaron mil propietarios de vehículos que estaban en las oficinas en tiempo y forma que no pudieron ser atendidos. Todo derivado de una política con las patentes que no compartí en su momento y que sigo criticando. Los balnearios del este del país estaban repletos de coches de altísimo valor, empadronados todos en Colonia.

El intendente Zimmer y el director de Hacienda José Ahunchain deciden prorrogar el plazo al 11 de enero del 2008. No voy a agregar más detalles del acto de acusación que es accesible para todos los interesados. ¿Alguien se quedó con dinero de la administración? No. ¿Hubo corrupción? No. ¿Se perjudicó a la administración?, al contrario, no hay duda que a la Intendencia de Colonia no salió perjudicada, al contrario. Y que yo sepa Zimmer era el intendente de Colonia.

No respaldo ni me parece bien en absoluto el procesamiento y menos con prisión del intendente Walter Zimmer, ni haber considerado una denuncia por rivalidades y odios políticos como parte fundamental del proceso penal. Se da un nuevo paso en la muy mala dirección de que ahora todos estaremos tentados un poco más en recurrir en la justicia, en los diversos niveles para dirimir cuestiones administrativas y políticas. Y eso es malo y grave, es una degradación más de la política, que ya bastante degradada está.

Sobre este aspecto escribí hasta el hartazgo sobre el caso Pluna, pero en este caso hay un nuevo elemento, no se trata de un gobernante de mi partido, al contrario, es del Partido Nacional y con otro elemento, yo desaprobé y critiqué la política concreta de las patentes en ese departamento pero si utilizara esta situación para tratar de aprovecharlo políticamente, me sentiría un miserable.

Además envían a prisión a un intendente en un nuevo paso de politización de la justicia. El que denuncia, Alfredo Martínez da un nuevo paso, ahora en una disputa interna en el proceso de judicialización de la política, pero procesar con cárcel a un intendente por una medida administrativa es un paso que introduce el poder judicial en la definición de aspectos políticos. Se politiza un poco más.

Y disculpen, pero la comparación me surge obligatoria, a los detenidos en el Parque Central por agredir y lastimar a varios policías, probado y comprobado, la justicia los procesa sin prisión. . .vamos. . .
No hay ningún peligro que Zimmer se escape, afecte las pruebas, o que genere alarma pública no tiene sustento y por lo tanto no hay justificativo para el encarcelamiento del intendente. Es más, el propio hecho de que sigue siendo inocente hasta el fallo definitivo del poder judicial en todas sus instancias refuerza mi rechazo a este fallo.

Además me llena de nuevas preguntas y de respuestas. ¿Por qué es posible este proceso tan politizado? Muy simple, porque existe un código penal envejecido y que contiene delitos tan imprecisos como el "abuso innominado de funciones" que permite la mayor discrecionalidad. Y en materia penal y basado en un principio fundamental de que todo lo que no está penado o prohibido por la ley está permitido, base de un ordenamiento jurídico democrático, todo lo que hace elásticos e imprecisos los alcances de una ley, es un factor muy peligroso.

Esta situación puede corresponder a momentos, a humores, a visiones y tendencias totalmente comprensibles en la sociedad y en la justicia en sus diversos niveles. Incluso enmarcadas en esos momentos, las decisiones de una jueza, pueden estar perfectamente explicadas. No me parece que este sea el caso.

Las responsabilidad de esta imprecisión del código y además del Código de Proceso Penal, todos a estudio del sistema político desde hace décadas no se ha logrado el menor avance. Allí están. Todos nos quejamos, fundamentamos y nos preguntamos ¿Y los legisladores?

¿Cuándo se decidirán a darnos a todos los uruguayos un derecho penal más justo, más preciso, más democrático y más moderno? ¿Cuándo les romperá los ojos que tener el 60% de los presos presuntamente inocentes pero detrás de los barrotes durante muchos años, es una vergüenza?

Y esto va para todos los partidos, pero los otros que hagan lo que quieran, el problema son los nuestros. Hace 9 años que tenemos mayoría parlamentarias, hemos aprobado decenas de leyes con nuevos derechos para los ciudadanos ¿no será hora de modernizar y hacer más justa y precisa la justicia uruguaya?

Si la señal que le transmitimos a la sociedad, al sistema político, a los gobernantes es que la justicia es la última carta para resolver los conflictos políticos, incluso los conflictos internos en los propios partidos y que lo que hay que hacer es primero, por sobre todas las cosas, es cuidar el pellejo y no arriesgarse en nada, dejar que la barca navegue, incluso a la deriva, no asumir responsabilidades porque quien nos juzgará no serán los ciudadanos sino la justicia. Vamos mal, muy mal.

La responsabilidad no es de los fiscales o de los jueces, la responsabilidad es nuestra, de los políticos, de una cierta mediocridad que nos hace transferir nuestros deberes, nuestras complejas relaciones con los ciudadanos a otros ámbitos. Algunos corporativos y otros institucionales.

Una nota final: existe una diferencia no pequeña, el caso Zimmer no fue el resultado de una denuncia, de una degradación política, de un nuevo aporte a la judicialización de la política de parte de la izquierda, de eso no debemos autocriticamos. Diferente es la situación del Partido Nacional, que ahora tendrá que hacer pininos y de los grandes para explicar su conducta.