Los precios de las materias primas, en especial los granos y los metales como consecuencia de un crecimiento sostenido de la demanda se han disparado en el mercado mundial ¿Hasta cuándo? ¿Cuál es el techo?
La inmensa mayoría de los uruguayos nos enteramos de esta situación por el impacto en los precios internos, por la inflación. Tomemos un solo ejemplo para ver las dos caras de la moneda: el trigo, su aumento impacta en productos de amplio consumo.
En 2005, el precio de la tonelada de trigo era de 110 dólares, a principios del 2007 estaba en 197 y hoy está en torno a los 300 dólares, y creciendo. Como sucede con otros granos. Lo mismo pasa con el precio de la leche en polvo, la carne, la pasta de celulosa o el cobre. Estamos hablando de precios record. Esto produce un doble efecto, un crecimiento del valor de nuestras exportaciones y por lo tanto mejora nuestra balanza comercial y nuestro crecimiento, por otro lado genera presiones inflacionarias.
Los mayores precios también impulsan el crecimiento de la producción, en el caso del trigo este año produciremos 800 mil toneladas. El consumo nacional es de 400 mil toneladas. Uruguay importó trigo durante varios años, en el 2004 produjimos 296.400 toneladas. (1)
El campo ha reforzado su condición de ser el sector que genera a nivel de commodities y de productos manufacturados industrialmente a diversos niveles la gran mayoría de nuestras exportaciones que también están alcanzando cifras record en toda nuestra historia. Este año superaremos los 4.500 millones de dólares de ventas al exterior.
Según los especialistas, el futuro de los precios internacionales de los granos es sólido. Ricardo Baccarín, de Panagrícola afirma: “Tal vez no vaya a darse el ritmo de crecimiento de los últimos años, pero se mantendrán por encima de los niveles históricos".
Otro especialista en temas de granos, el argentino Gustavo López, explica cuál es el cóctel que explica este boom. "El dinamismo de la demanda a partir del crecimiento económico mundial, particularmente del sudeste asiático, sumado a los nuevos usos de las materias primas, como obtención de etanol y biocombustibles, permiten asistir a un nuevo escenario de demanda y precios".
La hipótesis más aceptada sobre la escalada en el precio de las materias primas sostiene que la producción de biocombustibles está empujando la demanda de granos. Y lo que es unánime es que China está empujando al alza.
Así lo sostiene un trabajo de la CEPAL que se llama "La revalorización de las materias primas y sus efectos sobre América latina". Muestra como China se convirtió en un jugador clave no solamente en la demanda de productos agrícolas sino también de metales. Entre 2002 y 2005, explicó casi todo el crecimiento del consumo global de níquel.
Para los dos metales más comercializados del planeta, el cobre y el aluminio, el aporte de China al aumento del consumo mundial fue del 50%. En 1990 consumía el 2,2% de la producción mundial de petróleo mientras que en 2005 su participación había ascendido a 8%. Su participación en aluminio pasó de 4,9% a 21%.
Naturalmente que todos nos preguntamos ¿cuál es el futuro, la duración y el techo de este proceso? Hay quienes consideran que es coyuntural y que el factor determinante son las fuerzas especulativas en los mercados. En particular en los metales y minerales.
El porcentaje de compras a futuro, es decir especulación sobre los precios de los commodities (las materias primas) aumentaron su participación en las inversiones. Por ejemplo, la participación en el NYMEX, el mercado de futuros de petróleo, se cuadruplicó desde 1995. Estos mecanismos son especulación pura, son parte de la ruleta global, los inversores, apuestan a los precios de futuro de los diversos commodities comprando en estos mercados a futuro diversas materias primas.
Yo creo que hay tendencias duras y que la demanda china y del sudeste asiático tanto por los metales como por los productos agrícolas es irreversible. Esta semana la empresa comercializadora Louis Dreyfus comunicó que China aumentará la importación de soja en 34 millones de toneladas en los próximos doce meses, debido a los altos precios locales.
Con un ojo hay que mirar este crecimiento de la demanda mundial y con el otro la evolución de otras variantes, como el petróleo. Su precio con influencias muy fuertes en nuestra economía (somos totalmente dependientes del exterior en materia de hidrocarburos) no está determinado sólo por el juego normal de la oferta y la demanda. Un ataque israelí, norteamericano o combinado a Irán – para tomar un solo ejemplo – podría tener un efecto explosivo en el alza del precio. Y no es un delirio. El fin del mandato del presidente Bush, la rigidez de la doctrina militar israelí y su agresividad y el integralismo del gobierno de Teherán no nos dejan tranquilos.
Por otro lado, la crisis hipotecaria de Estados Unidos podría influir negativamente en el precio de los commodities en un futuro. Hay quienes ven una similitud con los 70, cuando la crisis de los commodities fue resuelta por la Reserva Federal aumentando las tasas de interés, lo que desembocó en la recesión de la economía más grande del mundo.
El aumento de los precios de los granos impactan en los precios internos. Este es hoy el principal factor inflacionario pues influyen en los precios de los alimentos, es decir mucho más en la canasta de los sectores más pobres.
Lo que no podemos permitir en un gobierno de izquierda, es que una situación altamente favorable para el país, para sus productores impacte de manera negativa en una espiral inflacionaria o en los niveles de consumo de los sectores más pobres. Hay que estudiar y aplicar medidas impositivas o de subvención. El gobierno se está demostrando sensible y atento frente a este aspecto. Lo que no valen son los lamentos y los llantos eternos de los que ganan mucha plata y plañen.
Hay otro peligro y es que el fuerte impulso a las inversiones agrícolas afecte al crecimiento industrial, es necesario un adecuado equilibrio a través de políticas microeconómicas adecuadas. El fuerte crecimiento industrial no debe detenerse.
La volatilidad de los precios es invocada a veces como una barrera para el diseño de estrategias. "En las últimas dos décadas, el nivel de volatilidad cedió algo en parte gracias al avance de la tecnología, que permitió reducir la sensibilidad de los precios a shocks de oferta producidos por factores geopolíticos o desastres climáticos", afirma un trabajo de la CEPAL.
El crecimiento de la producción física agropecuaria, los proyectos que se reflotan a nivel minero en el Uruguay - de los que pronto tendremos noticia - el gran crecimiento a nivel regional tanto en granos, como en minerales que serán transportados por la hidrovia y estamos hablando de un crecimiento exponencial de los volúmenes físicos que serán transportados, tendrá un directo y gran impacto sobre las necesidades y posibilidades logísticas de nuestros puertos, actuales y futuros y de todo nuestro sistema de aeropuertos, carreteras, sistema ferroviario e infraestructura tecnológica.
En estas condiciones particulares es un momento excelente para profundizar el debate nacional a todos los niveles, político, legislativo, empresarial, social, académico sobre el proyecto nacional, para que podamos avanzar en el crecimiento a ritmos desconocidos para el país, pero también en la justicia social y en la cultura nacional.
Recuerdo que el presidente Vázquez en sus primeros discursos al asumir y en la presentación de Uruguay en algunas de sus giras en el exterior hizo referencia a las nuevas posibilidades que se abrían para los países productores de materias primas y en particular de alimentos. Yo no estaba muy convencido.
Hoy es notorio un cambio, profundo y constante: el valor del territorio, el valor de las comarcas y de los productores de alimentos y materias primas en un mundo cada día más exigente. Es una gran oportunidad como siempre llena de espinas. La más peligrosa para los uruguayos: el manejo del tiempo, no está en nuestras manos. El techo somos nosotros.
(1) Trigo Uruguay : área, rendimiento y producción.
Año agrícola | Área sembrada | Rendimiento (kg/ha) | Producción ton. |
2000/01 | 128.000 ha | 2354 | 324.352 |
2001/02 | 125.000 ha | 1149 | 146.625 |
2002/03 | 137100 ha | 1501 | 205.800 |
2003/04 | 114000 ha | 2600 | 296.400 |
Fuente: DIEA – MGAP