Hay noticias que por lejanías geográficas o culturales pasan desapercibidas. Robert Mugabe,  actual presidente de Zimbabwe, ex Rhodesia del Sur desde el año 1980 en base a represión, asesinatos y fraude electoral expulsó del balotage a su rival y se quedará nuevamente con el poder.

Es un dictador cruel, corrupto y su gobierno es uno de los mayores fracasos de Africa. Que tiene muchos. Casi no sería noticia.

Mugabe que encabezó el movimiento independentista ZANU PF pasó de ser considerado un héroe o  mejor dicho el prócer nacional, a ser el directo responsable de una dictadura sangrienta y de una tragedia económica para su pueblo, que alcanzó el record mundial de una inflación anual del 160.000%. Hay quienes lo consideran un desequilibrado. ¿Y que tiene que ver este tirano con el Uruguay?

Como país no tiene nada que ver, con la izquierda, con mi propia experiencia personal si tiene que ver y me siento obligado a asumirlo. Mugabe y Nkomo eran los dos referentes anti colonialistas de los años 70 en un país dominado por una minoría blanca, que se había independizado en forma unilateral en 1965 y era gobernado por la minoría blanca encabezada por un siniestro personaje: Ian Smith. Sólo el 8% de la población era blanca, y el resto eran africanos. Fue una dura lucha política a nivel internacional y de la guerrilla de la ZANU y de la ZAPU a nivel interno. Posteriormente ambos movimientos se unificaron y formaron el Frente Patriótico que conquistó el poder en 1980. Hace 28 años gobierna Robert Mugabe.

Los africanos tenían todo el derecho y hasta la obligación de conquistar la independencia de su nación y la comunidad internacional de apoyar esa batalla anticolonial y la izquierda de identificarse con esos movimientos. Lo que no tenemos el derecho es a callarnos ante el horror creciente que este personaje a causado a su pueblo y a la propia historia de la lucha anticolonial.

La frase más reciente de su esposa - parte importante de esta tragicomedia - la pronunció hace muy pocos días: " ellos podrán ganar las elecciones pero nunca pondrán un pié aquí en el palacio de gobierno". Es sólo la parte más obscena de esta dictadura que se siente dueña de todo.

La política económica, la destrucción de la agricultura que era muy próspera, ha hundido el país en la peor miseria. La esperanza de vida actualmente es de 36 años!!, la mortalidad infantil hasta los 10 años es de 650 niños por cada mil nacidos vivos!! En este año la inflación se estima en 160.000%. La carestía es tal que el gobierno acaba de emitir y poner el circulación nuevos billetes con un valor de 250.000 millones de dólares de Zimbabwe. Valor de cada billete.

No siempre fue así. Mugabe en sus primeros años de gobierno y con una importante cooperación de China (el ZANU era apoyado por los chinos) promovió que los granjeros de origen británico se quedaran en el país y Zimbabwe se convirtió en uno de los mayores productores agrícolas de África, el analfabetismo se redujo al menos del 10% y los ritmos de crecimiento económico del país fueron muy importantes. En 1990 cambió todo. No fue sólo la reforma agraria que le quitó las tierras a las colonos británicos, fue el desbarranque general. Además de comicios fraudulentos, del poder total en sus manos y la de sus partidarios, la economía se desbarrancó en toda la línea.

¿Y que tenemos que ver los izquierdistas uruguayos con Mugabe? Tenemos, porque lo valoramos, lo respetamos, lo apoyamos en su batalla anticolonial. Y eso estaba muy bien, pero  no decimos nada, nos hacemos los distraídos frente al desastre al que ha llevado a su país y a su pueblo, a la dictadura feroz que instaló, al fraude electoral y a los 28 años de gobierno a los que ahora se sumaran otros cinco años más porque logró su objetivo: expulsar a su oponente de la contienda electoral, en base a violencia, a expulsar a periodistas y observadores y a organizar un nuevo fraude monumental.

Y hay que hablar, hay que denunciar, hay que hacer autocrítica por los muchos años – desde los años 90 que el gobierno Mugabe no es otra cosa que una dictadura fracasada y terrible para su pueblo. Detrás de grandes causas, de objetivos históricos incuestionables, como la independencia de las colonias se han escondido personajes siniestros, que pasaron de próceres a verdugos. Mugabe es uno de ellos.

Y debe merecer todo el repudio, la denuncia y la reflexión crítica. Demasiados años de silencio y de desentendernos del asunto.