Hubo un tiempo en que todo era juntarse y arrancar. El siglo XX nacía y con él un Uruguay a fundar. Montevideo veía extender sus límites hacia el Este en un proceso de crecimiento vertiginoso, como crecía su población con la llegada de la emigración europea. Esta es la historia de un cuadro de fútbol que nació ''frente al mar y el rugir de las olas''. Un cuadro que pudo llamarse Solís o que pudo incluso nunca haber nacido. Quienes la vivieron la contaron más o menos así: Tu! Central que surgiste al deporteCon la ciencia del juego más noble
Acunado en un barrio gloriosoAl que siempre llevaste por norte. En Ejido e Isla de Flores, allí donde todavía está la antigua jabonaría de Strauch, crecieron los hermanos Alfredo, Manuel y Alberto Caballero, hijos del español Manuel Caballero, quien regenteaba en el lugar una barraca de acopio y sebo. Los hermanos Caballero ocupaban las horas que dejaba libre la jornada laboral jugando al fútbol en el campito que estaba frente al Cementerio Central. Junto a Antonio y Manuel Fernández Valdez, José Paladino, Modesto Veira y otros muchachos del barrio fundaron un club al que llamarían Central. Algunas cuadras más arriba, frente a donde hoy se encuentra la Intendencia Municipal, vivía la familia Dacquó. Don Adolfo Dacquó fundó el Club Solís, una institución que veía prosperar, con la cantina y la cancha de bochas, el infaltable cuadrito de fútbol. Y con él la rivalidad con el vecino Central. Se denominaban mutuamente ''los de arriba'' y ''los de abajo'', en virtud de su ubicación geográfica. Oh! Palermo que así te llamaronAl formar esos Guapos legiónDónde quiera se mete tu nombreSiempre habrá quien coree este son. Además de los jóvenes Dacquó, el Solís contaba con otros muchachos, como Tilito Truco, los hermanos Méndez y los Laserre, también integrantes del Central de los hermanos Caballero. Alguien pensó que sería mejor fusionar ambos cuadros en uno sólo, seguramente con la intención de alternar en alguna de las ligas más importantes del fútbol de la época. La idea fue apoyada por todos pero no fue tan sencillo ponerse de acuerdo sobre el nombre que recibiría la institución a crear. La solución fue proverbial: jugarían un partido entre ambos equipos; el triunfador ganaría el derecho de ponerle su nombre. Decidieron que el partido se jugaría en una cancha neutral. El honor le cupo a un field ubicado en Punta Carretas, lugar conocido por todos, en especial por la gente de Central que tenía allí un rancho al que llamaban ''El Hongo''. Era una época en que no existía la rambla ni el 522 y el camino a la Estanzuela (hoy Gonzalo Ramírez) no iba mucho más allá del Parque Urbano. Así fue que los audaces deportistas emprendieron el viaje...¡en chalana! Salieron de la playa Santa Ana (donde hoy está el Club Atenas) y remaron hasta Punta Carretas, acompañados de José Vázquez, padre del legendario ''Carajito'' Vázquez. Todos menos Alfredo Caballero, que decidió hacer el trayecto a caballo porque le tenía miedo al agua. Ganaron ''los de abajo''. El cuadro, que había sido fundado un 5 de enero como hoy pero de 1905, se llamó Central. Frente al mar y al rugir de las olasGran Central, expusiste inquietaLo que sólo el recuerdo no olvida
Tus hazañas de Punta Carretas
En sus cien años de historia, el Central de Palermo registra resonantes hazañas. Aunque la vida le dio algunos tumbos, la estadística dice que nació para campeón. Así fue que en 1907 obtuvo el primer torneo que disputó y al año siguiente volvió a festejar, al lograr el campeonato de Segunda de ascenso. En las dos primeras décadas del siglo XX sería uno de los equipos más fuertes, junto a Peñarol y Nacional. En 1915 alcanzaría por dos veces la final, cayendo ante Nacional por la Copa Competencia (en un partido legendario y ante un extraordinario equipo de Peñarol nada menos que por la Copa Uruguaya. En 1944 obtendría la Copa Competencia y cuarenta años después, en su hora de mayor gloria, daría la vuelta olímpica como Campeón Uruguayo. Hasta la fecha, es el único equipo en obtener consecutivamente los torneos de la B y la A.Como ayer, como hoy, como siempre
Entonemos con voz singular
En procura de nuevas conquistas
La consigna de VIVA CENTRAL!
Entonemos con voz singular
En procura de nuevas conquistas
La consigna de VIVA CENTRAL!
De su cantera surgieron figuras extraordinarias como Juan Delgado, Venancio Bartibás, Nicolás Falero, Walter Gómez, Juan López, Víctor Rodríguez Andrade, Hugo Bagnulo y Obdulio Trasante. Pero mi padre admiraba al tuerto Fratechi. Orfeo Fratechi se llamaba y su nombre resonó en mi casa con un énfasis y una admiración sólo disputada por Emilio Frugoni. Quiso el destino que mi viejo ya no esté y que Central descendiera a la Divisional B hace apenas unas semanas, por eso no puedo evitar que los festejos del centenario me dejen un sabor doblemente amargo. Pero en este 5 de enero, voy a entonar esas estrofas que tantas veces le oyera cantar a mi padre con su voz prodigiosa. Después, habrá que volver a remar:
Central, CentralVieja enseñaQue flameasMajestuosa,Roja, blanco y azulEs tu emblema CentralQue inflexiblesSabremos cuidar. Suertempila.
Acerca de los comentarios
Hemos reformulado nuestra manera de mostrar comentarios, agregando tecnología de forma de que cada lector pueda decidir qué comentarios se le mostrarán en base a la valoración que tengan estos por parte de la comunidad. AMPLIAREsto es para poder mejorar el intercambio entre los usuarios y que sea un lugar que respete las normas de convivencia.
A su vez, habilitamos la casilla [email protected], para que los lectores puedan reportar comentarios que consideren fuera de lugar y que rompan las normas de convivencia.
Si querés leerlo hacé clic aquí[+]