Kevin Miller, de 39 años, decidió grabar con su dron las gigantes turbinas eólicas de una central eléctrica de Rodhe Island. Y cuando hizo que el aparato volara sobre el molino más cercano, se encontró con la sorpresa: un hombre estaba tendido en lo alto, ajeno al peligro que supone estar en la parte superior de esta infraestructura donde no hay vallado de seguridad, tomando aparentemente el sol.

El hombre, de unos 60 años, parece despertarse por el sonido del aparato. Se incorpora y dedica unos segundos a estudiar al dron que lo está grabando, e incluso lo saluda. Al parecer, este individuo sería un trabajador de la central que habría aprovechado que el aerogenerador estaba apagado para subir por la escalera interior y tomar el sol en paz y a cubierto de miradas indiscretas. Aunque esto último no lo logró.

"Mi novia y yo estábamos de vacaciones en Rhode Island. Cuando nos encontramos con los molinos pensé que sería genial verlos de cerca. Fuimos hasta la central en coche y pude grabar uno de ellos desde arriba, aprovechando que no estaba funcionando", explicó Miller en declaraciones recogidas por La Vanguardia. Y se quedó de piedra cuando descubrió al individuo echándose una siesta a 60 metros de altura, sin considerar el riesgo que corría.