Ni siquiera Batman ha podido erradicar la inmerecida mala fama que persigue a los murciélagos desde hace muchos años en el mundo. Ya sea en culturas antiguas o en la cultura pop, se los suele asociar a características negativas, especialmente en el mundo occidental. La fila de asociaciones injustas es larga: enfermedades, Drácula, malos presagios, Halloween, satanismo y comparaciones perezosas con los roedores.
Sin embargo, los murciélagos son muy útiles para estudiar cambios ambientales de índole global, colaboran en la dispersión de semillas y la polinización (al menos algunas especies) y son excelentes controladores de insectos perjudiciales para los humanos. Están además entre los mamíferos más asombrosos: son los únicos capaces de realizar vuelo batido y tienen en la ecolocación un fabuloso sexto sentido. El murciélago es también -después del Homo sapiens- el mamífero que forma las congregaciones más grandes del planeta, algunas de ellas de decenas de millones de ejemplares.
En el mundo hay más de 1200 especies de murciélagos (es el segundo orden más diverso de mamíferos) y en Uruguay hasta ahora hay registradas 23 (20 insectívoras, dos frugívoras y una, el vampiro, hematófaga).
La investigación en murciélagos ha sido escasa en el país, aunque desde 2005 se conformó un grupo dedicado a la investigación y conservación de los quirópteros en el Museo Nacional de Historia Natural (el Programa para la Conservación de los Murciélagos de Uruguay, PCMU), que provocó un resurgimiento de la investigación especialmente orientada a la conservación.
Es que no solo la mala fama trae problemas a los murciélagos que viven en Uruguay, aunque esta colabore. Hay problemas concretos que están amenazando su existencia.
Gracias a un nuevo trabajo de investigación, a cargo del biólogo Germán Botto Núñez junto a Enrique González (responsable del área de mamíferos del Museo Nacional de Historia Natural) y Ana Laura Rodales, tenemos ahora el primer trabajo de investigación que analiza específicamente el estado de conservación de los murciélagos en Uruguay, con base en las categorías de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Estas son: CR (peligro crítico), EN (en peligro), VU (vulnerable), NT (casi amenazado) y LC (preocupación menor).
Los especialistas compilaron una lista de amenazas para la conservación de los murciélagos y analizaron la susceptibilidad de las especies a cada una de ellas. Hay tres especies con dificultades claras. De las 19 analizadas, hay una críticamente amenazada, dos vulnerables y una casi amenazada. Las 15 restantes se consideran de preocupación menor.
Los caballeros de la noche
En Uruguay, la especie que se considera en peligro crítico es Platyrrhinus lineatus, el murciélago de línea blanca. Las dos vulnerables son Eumops patagonicus (murcièlago de orejas anchas patagónico) y Molossus rufus (moloso castaño), y la casi amenazada es el Sturnira lilium (falso vampiro flor de lis).
El Platyrrhinus lineatus, el más complicado en cuanto a conservación, "ha sido registrado en el extremo norte del país, en las islas del Rio Uruguay al norte del lago de Salto Grande y en la costa frente a dichas islas", señala la investigación.
Los especialistas estiman que el número de individuos adultos sería inferior a 1.000 (menos de 200 en cada isla). "La especie habría sufrido una reducción de al menos un 80% de la población debido a la tala del bosque de las islas y la costa, y la desaparición de islas a partir del represamiento de Salto Grande", señalan los autores. "Los bosques de las islas han ido recuperándose paulatinamente y podría esperarse que en función de ello la población podría estar en aumento", apuntan.
El biólogo Germán Botto dijo a Montevideo Portal que es uno de los únicos dos murciélagos frugívoros del país (el otro es el mencionado Sturnira lilium, que complementa su dieta con insectos). "Para nosotros es raro, probablemente porque la disponibilidad de frutas en Uruguay es menor que en áreas tropicales y además mucho más estacional", señaló Botto.
El Eumops patagonicus, que está en situación vulnerable, se ha registrado en seis localidades en Artigas, en el extremo norte del país, asociado a los ríos Uruguay y Cuareim. La población se estima en menos de 10.000 individuos. El otro en esta categoría es Molossus rufus, registrado para Uruguay en 2010 en tres sitios del oeste de Artigas y en 2015 en el este de ese departamento, en el extremo norte del país. La cantidad de adultos es inferior a 2.500, según el cálculo.
Las cuatro especies que están más en riesgo tienen distribuciones restringidas al norte del país y para tres de ellas (P. lineatus, E. patagonicus y S. lilium) Uruguay representa el límite sur de su distribución.
¿Y ahora quién podrá conservarlo?
Con el fin de contribuir a diseñar una estrategia nacional de conservación de los murciélagos, los autores proponen cuatro amenazas principales: la producción de energía eólica, el control de rabia/caza de control, el turismo/perturbación de refugios naturales y la pérdida de hábitat (eliminación, modificación, fragmentación).
"La instalación de parques eólicos implica un riesgo para los quirópteros debido a la ocurrencia de colisiones y barotrauma", señala el trabajo de Botto , González y Rodales. El país contaba hasta abril de 2017 con 35 parques en funcionamiento, y existen cuatro proyectos en diferentes etapas de desarrollo. "Los murciélagos más expuestos al impacto de los parques eólicos son los que vuelan a gran altura al migrar o alimentarse", apuntan los autores.
La imagen del murciélago portador de rabia ha contribuido también a la eliminación de muchos ejemplares "inocentes". Hasta el presente se ha comprobado la circulación del virus de la rabia en cuatro especies de murciélagos de Uruguay: Desmodus rotundus, Molossus molossus, Tadarida brasiliensis y Myotis sp, indica el estudio.
Tadarida brasiliensis. Foto libre de difusión
"La situación y su manejo mediático incrementaron la demanda del público a empresas para la eliminación de colonias alojadas en viviendas", informan los autores.
Cada vez que se confirman diagnósticos de rabia en murciélagos en el país, se toma como principal medida de control de la rabia paralítica bovina la reducción de colonias de murciélagos hematófagos, una estrategia cuya efectividad está en duda. ¿Cómo combatir esto? Los autores sugieren un mayor trabajo en educación para reducir la percepción del riesgo que implican los murciélagos para la población. Básicamente, esa idea arraigada de que cualquier murciélago se va a arrojar a nuestros cuellos en un arrebato draculiano y contagiarnos la rabia.
En cuanto al turismo, en Uruguay el asociado a cavernas está poco desarrollado, a pesar de lo cual puede tener un impacto importante sobre poblaciones de murciélagos.
La pérdida y degradación de hábitat, el principal problema que enfrentan los animales en Uruguay, ya es otra cosa. En su caso, están especialmente afectados por la eliminación de bosques por tala e inundación, urbanización y obras de infraestructura. Lo mismo ocurre con la expansión agropecuaria y la eliminación de bosques por inundación para construcción de represas y embalses. Si se le suma la tala selectiva y quema de palmeras caranday, la contaminación por agroquímicos, y el ramoneo y eliminación del sotobosque por pastoreo y pisoteo de ganado, el panorama para nuestros primos alados se presenta bastante complicado.
Hora de hacer algo
Los murciélagos, como ya vimos, viven en varias zonas del Uruguay y en contextos muy distintos. Los autores agruparon especies con características comunes de murciélagos para definir estrategias de conservación. Por ejemplo, "cavernas", "ciudades", "estancias del norte", "islas del río Uruguay" y "bosques de parque".
Las estrategias para protegerlos varían según el grupo, pero incluyen: el manejo de propiedades privadas (como son los cascos de estancias en el extremo norte del país, que proporcionan abrigos de importancia para ciertas especies), la protección para cavernas (como ya tienen las Grutas del Palacio y las Grutas de Salamanca), la protección para lugares privados como la Mina de Oro Campanero, la Usina Cuñapirú o Arequita (que ya cuenta con cierta protección), el desarrollo de más áreas protegidas (especialmente para las islas del río Uruguay en Artigas, donde se encuentra la especie más amenazada), la creación de una unidad de conservación en el conjunto de islas del río Uruguay al norte de Salto Grande y la protección de los palmares caranday (los autores comprobaron recientemente la quema y tala de palmeras en Soriano).
La principal amenaza en áreas urbanas es la eliminación de colonias en edificaciones, que se da por particulares y por empresas de control de plagas. Los autores sugieren un mayor control de las empresas por parte de las autoridades en materia de fauna, en especial para que los planes apunten a excluir a los animales en vez de directamente eliminarlos. Hoy en día muchas de estas empresas trabajan infringiendo la Ley de Fauna, que protege a animales autóctonos.
Conversar sobre conservar
Para enfrentar los problemas de conservación de los murciélagos en el país faltan muchas cosas, desde mayor investigación a mejores estrategias de comunicación y más controles institucionales. ¿Por qué tomarse todo este trabajo? Para Germán Botto hay varias formas de responder esta pregunta. Por un lado está el valor intrínseco de las especies; es decir, cada especie tiene un valor propio a preservar, ya sea por patrones evolutivos, diversidad genética, etcétera. Pero incluso si uno quisiera ser egoísta, hay motivos para salvar los murciélagos.
"Los murciélagos consumen toneladas de insectos que pueden ser plagas de cultivos, o transmisores de enfermedades. La remoción de insectos por los murciélagos implica un ahorro directo en insecticidas o agroquímicos, pero además implica un ahorro en los problemas secundarios que trae el uso de insecticidas. Dicho de otra forma, no solo me ahorro la plata que me cuesta echar el producto, sino que me ahorro lo que eventualmente gastaría en remediación ambiental si usara los agroquímicos", explica Botto a Montevideo Portal. El mundo se ahorra miles de millones de dólares al año gracias a los servicios ecosistémicos de los murciélagos, según una investigación del biólogo y autor Thomas Kunz.
Incluso quienes quieran tomarse un tequila un viernes de noche (o quienes lo venden) necesitan de ellos. O, más precisamente, de las especies frugívoras y polinívoras. Los murciélagos esparcen el polen del agave, necesario para la elaboración de esta bebida, y también colaboran en la recuperación de selvas a través de dispersión de semillas.
El escéptico dirá entonces: está bien, salvemos a estas especies, pero ¿para qué sirve el murciélago vampiro, que solo chupa sangre? Botto aplica aquí el "principio de precaución". "No tenemos claro los cambios en cadena que siguen a la extinción (o incluso reducción fuerte de tamaño poblacional) de una especie. Como ejemplo, hay trabajos que muestran que las estrategias de reducción poblacional de vampiros (más o menos indiscriminada) no solo no ayudan a contener los brotes de rabia, sino que los acelerarían", explicó, citando trabajos del grupo de Daniel Streicker en Perú. Precaución parecería ser lo mínimo que le debemos a este animal asombroso, que prospera desde hace más de 50 millones de años gracias a las herramientas que le dio la evolución.
Publicación: Botto Nuñez, G., E.M. González & A.L. Rodales (Aceptado). Conservación de los murciélagos (Mammalia: Chiroptera) de Uruguay: estado actual y perspectivas. Mastozoología Neotropical.
Martín Otheguy/motheguy@montevideo.com.uy