Marjorie Taylor Greene, una congresista novata de Georgia (Sur) que no oculta su afinidad con el movimiento de conspiración QAnon, tuiteó el domingo pasado sobre las elecciones al Senado de ese estado, alegando fraude.
Los mensajes de Taylor Greene fueron entonces etiquetados con una mención especial en Twitter: "Esta afirmación de fraude electoral está en disputa, y este tuit no puede ser respondido, retuiteado o dado me gusta debido al riesgo de violencia".
El domingo por la tarde, Twitter decidió prohibir a la congresista durante 12 horas. "La cuenta en cuestión ha sido temporalmente suspendida por múltiples violaciones de nuestras reglas éticas", dijo un portavoz de Twitter a la AFP en un correo electrónico.
La iniciativa es la última de una serie de esfuerzos de los gigantes de la tecnología para purgar sus plataformas de extremistas pro-Trump después de los violentos incidentes en el Capitolio el 6 de enero.
Dos días después de los disturbios, en donde los partidarios de Trump invadieron los edificios del Congreso, Twitter suspendió permanentemente la cuenta del mandatario. En la cuenta de su red social favorita, Trump tenía más de 88 millones de seguidores.
Twitter además eliminó 70.000 cuentas de afiliados de QAnon el fin de semana pasado.
Por su parte, Facebook se comprometió a eliminar todos los mensajes relacionados con el eslogan "Stop the steal" (Paren el robo) -que hace referencia a un supuesto fraude electoral en detrimento de Trump en las presidenciales de noviembre- y ha suspendido el perfil del inquilino de la Casa Blanca por un período indefinido.
Google y Apple han excluido a la red social Parler de sus plataformas de descarga de aplicaciones.
Y Amazon ha enfatizado el punto al expulsar a la red conservadora, popular entre los partidarios de Donald Trump, de sus servidores, lo que equivale a sacarla de internet.
Con información de AFP