La invasión rusa a Ucrania hizo que Taiwán se tensionara y mirara a China con más atención de la usual. Con la amenaza de una avanzada militar de Pekín, los ojos de las potencias occidentales se enfocan, con especial atención, en la industria taiwanesa del microchip, uno de los principales baluartes de su economía.

La principal preocupación es qué pasaría si el gobierno de China tomara el control de TSMC, la principal empresa manufacturera de microprocesadores. Según informó el portal Extreme Tech, Chen Ming-tong, jefe del Buró de Seguridad Nacional de Taiwán, dijo a los legisladores de su país que, si Pekín invadiera la isla, el gobierno chino no podrían continuar con la operativa de la empresa.

Así que los planes de contingencia como dinamitar las fábricas de TSMC no serían necesarios. Según el medio citado, el gobierno de Estados Unidos evaluó ese escenario, en caso de una invasión, así como evacuar a los ingenieros de la empresa.

“TSMC necesita integrar elementos globales antes de producir chips de gama alta”, dijo Chen y agregó: “Sin componentes o equipos como el equipo de litografía de ASML (empresa neerlandesa del rubro), sin componentes clave, no hay forma de que TSMC pueda continuar con su producción”.

Si bien no es el único fabricante de microprocesadores en Taiwán, es el mayor por diferencia. Según Extreme Tech fabrica más de la mitad de los semiconductores para empresas como Apple, AMD y Nvidia.

En el último tiempo, el gobierno estadounidense pidió a las dos últimas que dejen de vender equipo de alta tecnología a China, argumentando que este puede ser usado para diseñar armas.

“Hace unos años, Estados Unidos puso contra la pared a la megacorporación china Huawei, cortando de raíz su suministro de semiconductores. Hay un miedo mayor de que China pueda hacer una movida para tomar el control de Taiwán, como una forma de asegurar su futuro en el sector tecnológico”, asegura la publicación.