Por Santiago Magni
Santimagni93
En cada comienzo de temporada de verano hay días que nos topamos con temperaturas “muy frías” del agua en las costas uruguayas. Esto se debe al fenómeno oceanográfico es conocido como surgencia, afloramioento o upwelling en inglés, y se da en muchas partes del mundo.
En diálogo con Montevideo Portal, Dr. Leonardo Ortega, en Ciencias Biológicas y Profesor del Área Geociencias del Programa de Desarrollo de las Ciencias Básicas (Pedeciba), habló sobre las características de este fenómeno, por qué se produce y con qué frecuencia, entre otros temas.
Ortega sostuvo que las surgencias son “producto de la interacción del viento a nivel costero con la superficie del mar, sumado al efecto que produce la rotación de la Tierra que hace que la trayectoria del agua se desvíe y se aleje de la costa”. “De esta manera el viento arrastra las aguas cálidas superficiales alejándolas de la costa y afloran las aguas del fondo más frías”, agregó.
El investigador sostuvo que este proceso “se da principalmente en verano y es más notorio al comienzo del mismo y está asociado a los vientos predominantes del componente noreste o este.
“Hay que tener en cuenta que al principio del verano todavía tenemos aguasrelativamente frías, de la primavera, cerca de la costa. Cuando empieza a ingresar agua de la corriente de Brasil, que es menos densa se ubica en la superficie, lo que determina un contraste importante de temperatura con el agua de fondo”, añadió.
En enero el agua que llega a la costa de la corriente de Brasil ronda los 22 °C, incluso más y cuando sucede este fenómeno el agua que puede aflorar del fondo puede estar en el entrono de 19 °C. “Esa diferencia desde el punto de un bañista significativa”, sostuvo Ortega.
“Asimismo, se genera una diferencia en el color, ya que como nuestra costa es relativamente somera, acarrea sedimento del fondo y queda agua marrón, salada y fría en la costa y a 300 o 500 metros para adentro se ve una franja de agua verde”, explicó.
¿Con qué frecuencia ocurre?
El biólogo comentó que “este es un fenómeno más frecuente en los meses de inicio de verano, que es cuando más se nota el contraste del agua de fondo con la de superficie y los vientos predominantes favorecen estos procesos”. “Hay playas en las que estos eventos se ven potenciados y otras en las que no se da. Por ejemplo, la playa La Calavera de Cabo Polonio se caracteriza por tener el agua mucho más cálida que la playa Sur, porque esta última, por su orientación, favorece este tipo de fenómenos”, puntualizó.
También puso como ejemplo a playa La Aguada, de La Paloma, que “generalmente el agua está cálida, y en La Balconada o en Anaconda, cuando se dan estos procesos. “Lo mismo pasa en Punta del Este, puede estar muy fría en alguna zona de la punta y en otras más cálida. Esto pasa también en aguas del Río de la Plata”, aseguró Ortega.
Sobre la cantidad de veces que puede ocurrir esto en verano, Ortega explicó que “este fenómeno ocurre en el correr de días”. “Cuando el viento se sostienen constantes vientos favorable a estos procesos; pero si en el correr de esos días el viento rota trae de nuevo el agua cálida a la costa. la duración de unos pocos días, entre uno a cuatro, dependiendo de los vientos predominantes, expresó.
“Este fenómeno a veces es muy local, puede ser en pocos kilómetros de la costa o en extensiones más grandes. Puede haber diferencias en torno a uno y tres grados entre el agua de superficie y de fondo”, agregó.
Condiciones que favorecen su presencia
Ortega dijo que las surgencias son más frecuentes “durante el fenómeno climático La Niña donde se dan con mayor frecuencia vientos que favorecen estos procesos oceanográficos”.
También explicó que “en las costas de Perú y Chile este es un fenómeno recurrente, y potencia la producción primaria, secundaria y en consecuencia se dan pesquerías de pequeños peces pelágicos como la anchoveta”. “Las costas del Pacífico son muy profundas, por lo que los vientos que van de la costa hacia el mar arrastran el agua superficial y esta es sustituida por aguas del fondo, más profundas, por lo que trae nutrientes lo cual hace que sean zonas muy productivas desde el punto de vista pesquero ”, aseveró.
Por otra parte, el investigador contó que “cuando tenemos un evento cálido de El Niño, los vientos que van de la costa al mar se relajan, el agua superficial pierde los nutrientes, se torna mucho más cálida y hay colapso de la pesquerías, mortandad de peces y moluscos. En cambio, cuando se da el fenómeno de La Niña, las características se ven potenciadas, se pone mucho más fría el agua”.
Las formas que utilizan para determinar las surgencias es mediante imágenes satelitales, donde se observa la temperatura superficial del mar. En base a eso a estos métodos se puede seguir en el tiempo.
Otra forma de medición es en una embarcación que haga un monitoreo diario con perfiles de temperatura de la costa hacia una zona más profunda o con sistemas de boyas oceanográficas, pero son metodologías más costosas.
Por Santiago Magni
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