Qatar Airways se asoció con SpaceX para dar a dos pelotas oficiales de la Copa Mundial de Catar la patada definitiva hasta el espacio exterior. Los balones de fútbol llegaron a 76 millas (123 kilómetros) sobre la Tierra mientras estaban dentro de la primera etapa del Falcon 9.
Las pelotas blancas, azules, rojas y amarillas luego descendieron con el propulsor de regreso a un dron de SpaceX, donde completaron la primera etapa de su viaje de 800 millas (1300 km).
“Un viaje legendario para un torneo legendario, desde el espacio hasta el inicio”, declaró Qatar Airways en un video que revela la hazaña.
Los balones, fabricados por Adidas para la Copa del Mundo, son los primeros en utilizar tintas y pegamentos sostenibles a base de agua. Su nombre, “Al Rihla”, significa “el viaje” o “la excursión” en árabe.
El vuelo de las pelotas de SpaceX fue, en parte, una promoción para el servicio de internet satelital Starlink de la compañía. Un sitio web asociado invitó a los asistentes a la Copa del Mundo a visitar la oficina de Starlink en Doha.
“¡Gracias a la Copa Mundial de la FIFA y a Qatar Airways por confiar en SpaceX y al equipo de Starlink para volar dos balones de la Copa Mundial al espacio y de regreso!”, escribieron en Twitter funcionarios de SpaceX.
Estas pelotas fueron el primer ejemplo conocido de SpaceX usando la primera etapa de su Falcon 9 para volar una carga útil comercial en un vuelo suborbital. Sin embargo, no son los primeros balones de fútbol que vuelan al espacio.
En 2018, los cosmonautas rusos volaron una pelota Adidas “Telstar 18" a la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés) antes de que se utilizara para el inicio de la Copa del Mundo en Moscú. La pelota, que fue autografiada por la tripulación a bordo del puesto orbital, viajó más de 50 millones de kilómetros (31 millones de millas) durante sus 74 días en el espacio.
Otro balón de fútbol que quedó en la estación fue utilizado por los astronautas y cosmonautas para organizar su propio juego en celebración del torneo en tierra.
Un año después, SpaceX lanzó varias pelotas de fútbol Adidas a bordo de una nave espacial de carga Dragon contratada por la NASA para su estudio en el laboratorio de la ISS. Las pruebas tenían como objetivo obtener una mejor comprensión de las características de vuelo de las bolas más allá de lo que es posible en un túnel de viento con base en la Tierra. Se esperaba que los resultados permitieran una mayor libertad de diseño para la forma y la textura de los paneles.
Entre otros ejemplos a lo largo de los años, un balón de fútbol que fue recuperado entre los escombros del desafortunado lanzamiento del transbordador espacial Challenger en 1986 fue volado a la ISS 31 años después, en 2017. La pelota voló como un homenaje a los astronautas caídos y a los estudiantes para quienes su vuelo original se pretendía.