En 1977, la NASA lanzó dos sondas gemelas que llamó Voyager, cuyo objetivo era estudiar el sistema solar exterior y más allá. Casi 50 años después, ambas naves continúan en actividad, pero la Voyager 2 sufrió un pequeño fallo que significa que la icónia nave no pueda comunicarse con la Tierra en este momento.
La sonda está, según informan los medios especializados, a 19.900 millones de kilómetros de nosotros, eso implica que esté más allá de la heliopausa que representa el límite de la influencia del Sol, por lo que esa distancia hace que requiera que su antena apunte con precisión hacia la tierra para mantener el contacto con la red de Espacio Profundo de la NASA.
El organismo nortemaericano informó que el 21 de julio se enviaron una serie de comandos que no tuvieron el efecto deseado, por lo que la posición en la que se encuentra actualmente no se puede recibir comandos ni transmitir datos a la NASA, según el medio ExtremeTech.
Los expertos entienden que la sonda está “en pleno funcionamiento” y transmite datos al espacio como si estuviera transmitiendo a la Tierra. Afortunadamente, hay una alternativa, algo que cualquiera de nosotros hace cuando la antena de wifi está andando mal: reiniciar la sonda. Esto ocurre cada pocos meses y está programado para que lo haga el próximo 15 de octubre, y es en ese momento cuando esperan que vuelva a estar en línea.
Esta sonda no es la primera vez que tiene un error ya que hace varios años se apagó temporalmente, lo que dejó inactivado todo sus instrumentos científicos. Asimismo, los expertos señalan que las dos naves se están quedando sin energía, algo que la NASA arregló con un equipo termoeléctrico de radioisótopos ya que está demasiado lejos para los paneles solares.
Finalmente, el medio anteriormente mencionado destaca que, en 2020, la NASA actualizó parte de su red de Espacio Profundo, algo que llevó tiempo, pero después de ocho meses, cuando la actualización se completó, la Voyager 2 estaba allí.