Por Q.F. Bernardo Borkenztain
berbork
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Uno de los subproductos más extraños de la eclosión de las redes sociales es la irrupción de una horda de ignorantes ilustrados que sostienen teorías, o, más bien, postulados ya que teorías no son, apenas hipótesis sin verificar, sobre las más extrañas materias, como la geometría de la Tierra o la eficacia de las vacunas.
Más moderados, pero igualmente inverificables en sus propuestas, tenemos a los "virusplanistas" (Darwin Desbocatti dixit) que niegan la pandemia o a los inefables acólitos de la supuesta panacea, el dióxido de cloro.
El gran problema viene del lado de que es incomprensible que, en un mundo de jerarquías en el que nadie en su sano juicio intentaría pegarle a Mike Tyson (aún hoy), contrariando la misma lógica nadie entiende su lugar en la jerarquía del conocimiento, y eso que es categorial. O sea, mi ignorancia en temas de arquitectura o literatura de Finlandia es perfecta y completa, pero no me complica nada reconocerlo porque es así, y en otras áreas sí tengo conocimiento.
La ciencia no es una excepción, es una disciplina que requiere estudio y práctica en alguna de sus áreas (docencia, investigación, profesional) pero que por arte de prácticas tóxicas de pensamiento se ha vuelto blanco de críticas de tirios y troyanos.
Por un lado, las áreas más reaccionarias de la sociedad siempre la atacaron, desde el darwinismo o el copernicanismo por parte de la Iglesia o las técnicas de anticoncepción por parte de... bueno, de la misma gente. El tema es que por izquierda la ideología de género aplica técnicas de las ciencias sociales a la biología y la medicina con resultados tan esperpénticos como peligrosos, pero como en las universidades la izquierda es más fuerte que la derecha (no es un juicio, es más o menos lo que pasa en general más allá de que haya universidades de derecha obviamente) los ataques al darwinismo se repelían mejor que los intentos de explicar que dejar a los copos de nieve gobernar lleva a bestialidades como tirar una estatua de Walt Whitman...
Ahora bien, siendo la única institución (la ciencia) que aprende de sus errores y los publica, ¿por qué es tan atacada? La respuesta no es fácil, pero es claro que depende de intencionalidades políticas.
Lo primero es que - refiriéndonos a casos como el MMS o la pandemia COVID-19 - se ha impuesto en las redes la idea de que existen narrativas oficial (doxa) y alternativa (heterodoxa) y se pretende pintar un caso de David contra Goliath (1) en el que la heterodoxia es una suerte de revolución ideológica contra los malvados Gates, Soros, Superman y el Pato Donald del Club Bilderberg, reclamando a sabios como Jim Humble (que se hace llamar obispo y lleva una gema en la frente) o Andreas Kalcker (que se hace llamar doctor en biofísica pero la supuesta universidad que lo emitió no existe) o, quizás mejor a Didier Raoult que sí es científico pero que se conoce que sus métodos y procedimientos distan de ser prolijos, como muestra el fiasco de la hidroxicloroquina.
Porque el principal argumento que estos neorrevolucionarios de teclado tienen en común es que si bien "siguen el método científico" y "tienen estudios", estos nunca aparecen, y protagonizan un precioso paso de comedia que consiste en llorar que son censurados en las redes como Youtube y Facebook, haciéndolo en videos que comunican en Youtube y Facebook...
La mentira es que el perverso "relato" de la "ciencia dominante" quiere invisibilizar y negar el valiente y muy superior de la heterodoxia, pero la realidad es que nadie les impide presentar pruebas, solo que como no existen, no lo hacen. Pero fingen hacerlo; veamos cómo.
Un trabajo muy bueno de Diego Rodríguez, un perspicaz argentino preocupado por el tema, toma una página llamada "clorósfera" y que presume de tener 83 estudios científicos sobre dióxido de cloro, en realidad hipervínculos de internet, lo que para empezar hace que no sea un repositorio sino un sitio de opinión.
Lo que Rodriguez hizo, y yo repetí con iguales conclusiones, es tomar el trabajo de leer uno por uno lo que refieren esos enlaces y descubrir lo que nos temíamos: que detrás de la ausencia de pruebas, se escondía ... verdadera inexistencia de pruebas
En efecto, y resumiendo:
17 - No son estudios: patentes o comunicados.
22 - Repetidos.
O sea, se eliminan, repeticiones mediante, 49 de los 83.
De los restantes,
15- De uso externo sobre objetos y ambientes. No sobre personas y mucho menos por ingestión o enema (2) .
3 - Uso como enjuague bucal.
6 - No son sobre CDS sino otros productos.
7 - Potabilización de agua
1 - Tratamiento de aguas negras.
1 - Procesos industriales
1 - Uso como desinfectante de transfusiones.
9 - Dosis de seguridad (o sea cuando aparecen efectos negativos, pero sin estudio de actividad curativa)
1 - Sobre longevidad de abejas.
Recomiendo seguir el link del estudio de Diego Rodríguez, no tiene desperdicio, ´pero lo que vemos (y chequeamos) es que la totalidad de los enlaces llevan... a nada que se acerque a demostrar actividad curativa.
Sin embargo, hay otro aspecto, y es el legal. Es el Estado el que dice lo que se puede o no utilizar, y, hoy mismo el Ministerio de Salud Pública emitió un comunicado que declara sin ambigüedad que el MMS es peligroso, no cura el COVID-19 y no se puede usar. Por supuesto que si apareciera la nunca vista evidencia científica que siempre se alude y nunca se ve, se podría rever la decisión, pero por ahora la gema frontal de Humble parece empañada.
O sea, hemos abandonado el ámbito de la discusión. El producto es ILEGAL y por lo tanto punible el dárselo a terceros.
No podemos por extensión ver otros temas como el antivac, de igual irracionalismo científico, pero le dedicaremos una próxima nota.
De momento, una regla de buen cubero: si tiene cuatro patas, orejas largas y rebuzna, es pseudociencia. No caigamos en la trampa.
Q.F. Bernardo Borkenztain
(1) - Como David era judío y Goliath filisteo (de donde deriva el apelativo "palestino") capaz la polaridad de la metáfora no se entiende, porque probablemente el antisemitismo sea el único punto en común de la izquierda y la derecha irracionales. No de las racionales, obvio, que las hay y en ambos lados.
(2) - Una de las cosas más miserables es indicar (sin ser médicos) enemas de MMS a niños autistas porque el gurú sostiene que es una enfermedad (no lo es) producida por un parásito intestinal.
Por Q.F. Bernardo Borkenztain
berbork
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