La Universidad Carlos III de Madrid (UC3M), en un estudio junto a la Universidad Estatal Paulista Júlio de Mesquita Filho (UNESP) de Brasil, está investigando la superficie y la dinámica del asteroide Apophis, que se calcula que pasará cerca de la Tierra en 2029.
Apophis fue descubierto en 2004 y está monitorizado desde entonces por su catalogación como "asteroide potencialmente peligroso", debido a que tendría un 2 % de probabilidades de impactar contra la Tierra, según señala la UC3M.
Pese a que se descarta un impacto, se intenta concretar los posibles efectos de su acercamiento a la Tierra porque, según las últimas mediciones, Apophis llegará al punto de su trayectoria más próximo a la Tierra (38.000 kilómetros) el 13 de abril de 2029.
Para esto, se analizan sus características físicas, ya que según el investigador Gabriel Borderes-Motta, del Departamento de Bioingeniería e Ingeniería Aeroespacial de la UC3M, "la colisión no es la única posibilidad en eventos de aproximación como este".
La interacción gravitacional entre un planeta y un cuerpo como Apophis "puede cambiar la forma del cuerpo, romper el cuerpo en pedazos, desintegrar posibles piedras sueltas en la superficie del asteroide o, incluso, eliminar otros cuerpos que orbitan el asteroide (como rocas, satélites o anillos)", insiste Borderes-Motta.
Por ello, el estudio se centrará en las dos últimas posibilidades: "lo que sucede con las posibles piedras de la superficie y la órbita del asteroide".
El equipo investigador realizó un conjunto de simulaciones numéricas -dos entornos de simulación con tres casos de experimentación cada uno- utilizando como muestra un disco de 15.000 partículas de diferentes tamaños en el entorno cercano de Apophis.
Se trata de predecir cómo reaccionarán las partículas que orbitan el asteroide ante diferentes situaciones y cómo podrán influir estos supuestos en el comportamiento del asteroide.
El primer conjunto de simulaciones fue diseñado considerando sólo la perturbación gravitacional de Apophis en periodos de 24 horas durante 30 años.
El segundo conjunto de simulaciones incluyó la perturbación producida por la presión de la radiación solar. En ambos conjuntos se propusieron tres casos en los que el asteroide tenía diferentes densidades.
"Consideramos un poliedro de 340 metros con una densidad uniforme en tres casos distintos. En cada caso, se partía de una densidad de partículas diferente, de mayor a menor", apunta el experto.
De acuerdo con estas simulaciones, el ángulo de inclinación del asteroide era mayor en las densidades bajas (4o) que en las altas (2o); además, a menor densidad de las partículas y mayor presión de la radiación solar, menos partículas continuaron intactas.
Así, suponiendo que Apophis tenga una densidad baja, se eliminaría aproximadamente el 90% de las piedras sueltas de su superficie durante el acercamiento a la Tierra.
A su vez, los resultados indican que el acercamiento del asteroide podría afectar de forma mínima las mareas y producir algunos deslizamientos de tierra en la superficie del asteroide.
En tanto, el equipo espera que el acercamiento en 2029 sea una oportunidad para perfeccionar el modelo 3D utilizado para simulaciones espaciales, para así predecir con mayor precisión los efectos sobre la superficie del asteroide. Estos conocimientos permitirían estar mejor preparados en el caso de que nuevos cuerpos celestes pasen cerca de la Tierra.
Nota con información basada en EFE
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