"La situación volvió a la normalidad y el agujero se cerró", dijo Nullis al subrayar que la desaparición del agujero no está relacionada con la disminución de la contaminación del aire debido a la pandemia del covid-19.
Indicó que la destrucción de la capa de ozono, que protege la vida en nuestro planeta de la radiación ultravioleta dañina, es un fenómeno que ocurre en el Ártico en primavera.
"El agotamiento de la capa de ozono en el Ártico alcanzó en marzo de este año unos niveles récord, un fenómeno raro, registrado por última vez en 2011", señaló Nullis.
La OMM vincula la aparición de un agujero tan grande con la continua presencia de sustancias como los clorofluorocarbonos, que destruyen la capa de ozono, y las condiciones meteorológicas, en concreto el invierno muy frío.
Los clorofluorocarbonos se usan en aerosoles y en la refrigeración.
"El agujero de ozono se cerró en abril con el aumento de las temperaturas en la estratosfera, lo que culminó con la afluencia del aire rico en ozono desde las capas más bajas de la atmósfera", explicó la organización en un comunicado publicado este viernes.
(Sputnik)