Las empresas que brindan servicios de cruceros sufrieron un gran revés durante la pandemia. Sin embargo, los grandes jugadores del negocio sobrevivieron a la tormenta. Las reservas por fin empiezan a crecer y aparentemente las finanzas de la companía Royal Caribbean son lo suficientemente buenas como para invertir en internet de alto alcance, con el fin recuperar su clientela y atraer a nuevos visitantes.
SpaceX y la companía de cruceros anunciaron su alianza con las inmortales palabras del CEO de la popular empresa de internet, Elon Musk, quien prometió brindar a los pasajeros de estos superbarcos “un internet de la puta madre”.
Un crucero que viaja en mar abierto sigue siendo de los pocos lugares donde la conectividad todavía está ausente. Cualquiera que se haya subido a uno de estos buques puede dar fe de cuán terrible puede ser el servicio de internet satelital. Es caro y la banda ancha nunca es suficiente para aguantar una transmisión de video sin cortes constantes. Sin embargo, Starlink es mucho más rápido que la antigua internet que se usa, hasta no hace mucho.
Starlink puso en funcionamiento su servicio marítimo en el comienzo de este año, probando su servicio en yates privados y otras naves de lujo. La companía de la estrella promete un servicio de 100-350 Mbps de bajada y 20-40 Mbps de subida, para cualquiera que use internet en un crucero, pero estos barcos están hechos para que viajen centenas de personas.
Así que para ese problema, la solución que encontró Starklink es brindar a cada vehículo marino la posibilidad de conectarse a múltiples servidores.
El anuncio de Royal Caribbean muestra una salida al problema de conexión de la mano de Starlink.
Un consumidor que contrata un servicio de internet de este tipo tiene que comprar el acceso a un par de servidores que cuestan U$S 5000 dólares cada una, y pagar otros U$S 5000 por su funcionamiento mensual.
Presumiblemente, Royal Caribbean pagará mucho más que U$S 5000 porque va a precisar un montón de banda ancha para compartir entre sus pasajeros.