En medio de una coyuntura global que pone en riesgo la seguridad alimentaria, el mundo mira hacia América como una alternativa de supervivencia, pero se encuentra con que el Cono Sur del continente, una de la zonas con los campos más fértiles, está seco.

El Cono Sur americano, que ha sido tradicionalmente una despensa mundial tanto de cereales como de carne, está siendo sacudido por una sequía que, si bien coincide con el verano austral actual, los expertos temen que se extienda debido al cambio climático.

La disparidad de ciclos climáticos y la mano del hombre pueden hacer que la sequía se apodere definitivamente de la región, lo que ahondaría la crisis, justo en un momento en el que la pandemia y la invasión rusa a Ucrania han amenazado la cadena mundial de alimentos.

LA SEQUÍA “CUBRE” A ARGENTINA

La huella bien visible de los terrenos secos y casi áridos se nota en gran parte de los 2,8 millones de kilómetros cuadrados de Argentina, desde Jujuy y la Mesopotamia hasta Tierra del Fuego.

Los cambios en los patrones de ciclos como El Niño y La Niña, así como la "deforestación agresiva" provocada por el ser humano, son las principales causas de este fenómeno, según Darío Soto-Abril, director ejecutivo de la Asociación Mundial para el Agua (GWP, por sus siglas en inglés).

"(La sequía) afecta no solo la subsistencia de quienes producen, sino la inseguridad alimentaria de todos en la región, porque no tenemos acceso a los productos que se producen en la Argentina (...). Hay menos producción y la escasez va a contribuir a una inflación que vive la región por causas globales", afirma en una conversación con Efe.

La sequía es la responsable de las grandes pérdidas del sector agropecuario argentino, que ascendieron a 2.930 millones de dólares durante el verano del año pasado, de acuerdo con un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario.

En ese mismo periodo la proyección de cosecha de soja y maíz cayó en 9 y 8 millones de toneladas, respectivamente, en este país, uno de los mayores productores mundiales de soja.

Esta reducción de la producción tendrá un impacto estimado de 4.800 millones de dólares sobre el conjunto de la economía argentina, equivalente al 1 % del PIB potencial del país, que atraviesa serios desequilibrios macroeconómicos desde mediados del 2018.

La falta de agua en el suelo condiciona la producción y la calidad de los cultivos, especialmente la de arroz, que requiere grandes cantidades del recurso hídrico.

"En el arroz, como lo que se come es el grano que se cosecha, todas esas condiciones tienen un efecto directo en la calidad, así que se espera que no solo haya menos kilos, sino que probablemente la calidad no sea la ideal", señaló a Efe la ingeniera agrónoma María Inés Pachecoy, del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).

Según el propio INTA, en Argentina existen casi dos millones de hectáreas de cultivos con "daños severos" en la zona noreste del país.

CHILE, UNA TRAGEDIA HEMISFÉRICA

Según lo consignado por la oficina local de Greenpeace, Chile es el país más afectado del hemisferio occidental por la sequía y el 76 % de su territorio está impactado por la falta de agua.

El pasado 14 de marzo volvieron a saltar las alarmas cuando el recién posesionado presidente, Gabriel Boric, señaló en una entrevista que no se descarta el racionamiento de agua en tres barrios de Santiago, la capital del país.

Y el panorama tiende a empeorar: según la Dirección Meteorológica de Chile (DMC), 2021 fue el cuarto año más seco desde que hay registros y todas las regiones presentaron un déficit del 50 % en las precipitaciones, especialmente las de la zona central, que acoge a Santiago.

Los expertos aseguran, además que podría presentarse un tercer año consecutivo con el fenómeno de La Niña.

Pero aparte de los factores meramente climáticos, también inciden en esta crisis criterios como el régimen de propiedad del agua, que en un 80 % se encuentra en manos privadas, principalmente de grandes empresas agrícolas, mineras y de energía.

“El gran desafío que nos queda es dejar de entender el agua como un derecho de aprovechamiento privado y avanzar hacia su establecimiento como un bien común que debe ser protegido integralmente”, aseguró Estefanía González, coordinadora de Campañas en Greenpeace, en un documento de la ONG sobre la reciente reforma al Código de Aguas.

PARAGUAY: CON SOJA DERRUMBADA Y AFECTADO POR INCENDIOS

Paraguay es el sexto productor mundial de soja y el tercer exportador, según cifras de enero pasado del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, pero la sequía, al igual que los consecuentes incendios, amenaza con borrar al país suramericano de esas estadísticas.

Paraguay acusa una merma del 68,7 % de su producción comercial de esa oleaginosa en la zafra 2021-2022.

La Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco) prevé una producción de 2.970.000 toneladas frente a las 9.518.600 toneladas de 2020-2021.

Pero Jorge Meza, representante en el país de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), explicó a Efe que esta situación no es nueva, ya que se inició con algunas "anomalías" en 2018 hasta que en 2019 se confirmó como sequía en toda regla.

La prolongada sequía se ha hecho sentir no solo en la agricultura extensiva agroexportadora, sino en la agricultura familiar, con mermas que las autoridades estiman, según Meza, en el orden del 65 % y que alcanza en diversas zonas el 80 y hasta el 100 %. EFE

Luis Alejandro Amaya

Por Patricia Nieto Mariño desde Santiago de Chile, Laura Barros desde Asunción y Javier Castro Bugarín desde Buenos Aires.

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