Esta semana la prestigiosa revista Nature destaca en su espacio "Where I Work" a la científica e investigadora de la Facultad de Ciencias Fernanda Cerdá, y el trabajo que realiza para construir celdas solares utilizando pigmentos naturales extraídos de la flora autóctona. El artículo en cuestión se titula "Power plants: making electricity from flowers and fruits" y habla sobre el trabajo de Cerdá y las condiciones en que lo realiza.
Según informa la Facultad de Ciencias, Cerdá, es docente investigadora en el Laboratorio de Biomateriales del Instituto de Química Biológica de la Facultad de Ciencias. Se ha especializado en el área Fisicoquímica y desde 2013 trabaja en celdas solares basadas en pigmentos naturales. Estas celdas sensibilizadas por pigmentos son conocidas como "celdas de Grätzel" en honor al investigador Michael Grätzel, residente en la ciudad suiza de Lausana, quien reportó por primera vez esta posibilidad y lideró el desarrollo de esta idea.
Desde la publicación de ayer en Nature, a Cerdá le han pasado cosas que jamás imaginó. No solo familiares, amistades y colegas hicieron llegar sus felicitaciones, sino que el propio Michael Grätzel, se comunicó con la investigadora para hacerle llegar sus felicitaciones y ofrecerle apoyo económico, informa la facultad en su sitio web.
"Hace un par de horas hubiera dicho una cosa, pero acabo de recibir un mail de Graetzel. Que me haya escrito, que me felicite, y que diga que me quiere hacer un donativo para que pueda continuar con mis investigaciones... que se yo, es más de lo que hubiera podido pedir o esperar", contó al citado portal. "Más allá de que Nature me eligió, por razones que desconozco, porque aclaro, yo no publiqué en Nature y ni siquiera sueño con eso, ellos me eligieron para un sector de la revista donde buscan resaltar determinadas personas. Solo sé que buscan que el mensaje que da esa persona, esa entrevista, sea motivador para muchos", agregó.
Como explica Nature, Fernanda Cerdá trabaja en la Universidad de la República desde hace 30 años. En 2019 desarrolló un panel prototipo que testeó durante casi dos años en la base antártica. Hace cuatro meses los resultados fueron enviados para su publicación y aún están en revisión.
Con respecto a su línea de investigación Cerdá dijo que "fue un gran desafío desde el comienzo. Significó un aprendizaje desde cero, lo cual a esa altura de mi vida fue una decisión ardua de tomar".
Además, la investigadora considera que es maravilloso tener que sentarse a estudiar una y otra vez, porque las preguntas a contestar siguen apareciendo y las respuestas son esquivas. Cuenta que siempre le maravilló la búsqueda de respuestas en un mundo en el cual vienen como datos parciales y en el que el gran desafío es armar el rompecabezas.