El presidente de la Academia Nacional de Ciencias del Uruguay y miembro del Grupo Asesor Científico Honorario (GACH) Rafael Radi dio una extensa entrevista al programa Más temprano que tarde de radio El Espectador en donde hizo una minuciosa explicación sobre las vacunas que compró Uruguay.
Radi afirmó que la vacuna "es una herramienta en el control de la epidemia", pero la inoculación de pocos sectores de la población no será el fin de la COVID-19. El científico señaló que los inyectables "no son una varita mágica y no van a generar protección comunitaria en forma instantánea", pero agregó que "hay dos niveles" de acción. "Por un lado, hay un nivel de acción personal: si yo vacuno a un trabajador de la salud con una vacuna de alta eficacia, ese trabajador de la salud no se infecta y eso es muy importante. Son poblaciones focalizadas que tenemos que proteger porque son la primera línea de combate contra la COVID-19. Luego está la protección que se logra a nivel de la comunidad con un gran porcentaje de personas que se vacunen".
Sobre este segundo nivel, Radi expresó que ese proceso "lleva muchos meses y todavía no tenemos del todo claro cuán rápido se va a producir el impacto en la disminución del número de contagios", por lo que menos se sabe sobre el momento en que se podrían "relajar las medidas de distanciamiento físico, tapabocas, etcétera".
Radi expresó que si las medidas de contención de los contagios se relajan antes de que se logre inmunidad en la comunidad, "simplemente lo que va a pasar es que muchos no vacunados van a ser infectados". El científico sentenció: "Para que nosotros paremos la transmisión se necesita un piso no menor al 50 % de la población vacunada".
El presidente de la república, Luis Lacalle Pou, anunció el pasado viernes que Uruguay había llegado a un acuerdo de compra con los laboratorios Pfizer y Sinovac. Sobre estas vacunas, Radi hizo una extensa explicación de los beneficios y deseó que, con el correr de los meses, personas que no pensaban vacunarse finalmente lo hagan.
Radi señaló que "la vacuna de Pfizer tiene una base de ARN mensajero, una tecnología muy moderna" que "abre una nueva era en lo que es la vacunología a nivel mundial". En cuanto a la vacuna de Sinovac, dijo que "está basada en una plataforma muy utilizada que es la de virus inactivados".
"Una es muy eficaz, la de Pfizer. Es más cara, tiene requerimientos logísticos mucho más exigentes, como la cadena de ultrafrío, y si bien los efectos adversos agudos son raros, su seguridad a largo plazo, si bien todos estimamos que es muy alta, la verdad es que no la conocemos del todo porque no ha pasado el tiempo suficiente. (...) La vacuna china (Sinovac) tiene menos eficacia, una plataforma muy segura, muy demostrada en el pasado, inclusive muchas de las vacunas de influenza que nos dan están hechas a virus inactivados. Tiene un nivel de eficacia que es menor en cuanto a la infección, pero que no es tan menor en cuanto a la no aparición de casos graves", explicó.
En referencia al inyectable de procedencia china, dijo que, "si bien la eficacia está entre 50 y 55 %, eso es para la infección, pero para la aparición de casos graves es mucho más alta", es decir que, en los países en donde se ha aplicado, se logró impedir el ingreso a CTI de casi el 100 % de los vacunados.
"Se están acumulando más datos, y estas vacunas que tienen menos eficacia pueden ser muy útiles para la aplicación a la población que no tiene tanto nivel de exposición", señaló.
Radi dijo que Uruguay hizo una "combinación correcta" en las vacunas que acordó adquirir, y aseguró que "quizás este portafolio se enriquezca con otras". "Es una combinación que ofrece eficacia y seguridad tanto a los grupos más expuestos, donde hay que ir con las más eficaces, como la más seguras, o por lo menos cuya seguridad está más establecida a largo plazo, que puede ser a nivel poblacional".
En otro tramo de la entrevista, Radi fue consultado sobre un estudio de la Usina de Percepción Ciudadana, una iniciativa del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo con el apoyo técnico de la diaria Datos y de docentes del Instituto de Estadística de la Universidad de la República. Según este estudio, un 44 % de los uruguayos rechazaría vacunarse contra la COVID-19.
Radi señaló que "pensar en un 100 % de vacunación cuando una vacuna es voluntaria y ha tenido autorizaciones de emergencia y con este exceso de información y desinformación que hay, es muy difícil".
"Yo aspiraría a que se vacunara entre el 50 y el 70 % de la población. Ese sería un objetivo muy bueno, y quizás haya una parte de los que dicen que no se van a vacunar que van a esperar un cierto tiempo. Me consta porque en la propia área de la salud sabemos que hay colegas que plantean vacunarse en la primera tanda y otros que dicen: 'Vamos a esperar un poco'. Creo que también hay algo humano que considerar", apuntó el científico.
"Quizás ese 44 % baje en la medida en que se empiecen a vacunar personas en Uruguay y que la experiencia de vacunación en el mundo siga reclutando a millones y millones y que se vea que realmente los efectos adversos graves son muy raros y que empieza, en la vida real, a disminuir la transmisibilidad en los países", añadió.