Por Santiago Magni
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Mónica Brauer, Nibia Beoris, Estela Castillo y Flavio Zolessi, investigadores de la Facultad de Ciencias y del Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable publicaron recientemente un trabajo sobre los orígenes de la investigación en biología del desarrollo en Uruguay en un número especial de la revista The International Journal of Developmental Biology. Esta revista es editada en Europa y este número fue dedicado a la biología del desarrollo en Hispanoamérica.
En el trabajo dan cuenta de que en la década de 1980 se fomentó la diversidad de disciplinas de investigación, incluida la biología del desarrollo. En la investigación destacan las contribuciones clave de los investigadores pioneros y el importante papel que desempeñan las instituciones académicas y financiadoras nacionales en el crecimiento y consolidación de la biología del desarrollo en nuestro país.
En diálogo con Montevideo Portal, Flavio Zolessi, investigador de Facultad de Ciencias y profesor agregado de Biología Celular de esa institución, dio detalles sobre el trabajo y la importancia de la biología del desarrollo en nuestro país.
"Esto surgió por invitación. En su momento se hizo un llamado a artículos originales o revisiones sobre ciencia. En marzo del 2020 tuvimos la invitación de realizar un artículo histórico sobre la biología del desarrollo en Uruguay", explicó Zolessi.
"Nos pareció una excelente idea tratar de llenar ese hueco que todos teníamos y nos parecía que Uruguay tenía que estar presente en este número de la revista. Hubo cierto apuro en la publicación del texto y fue una experiencia interesante para todos", agregó.
Con respecto a la historia de la biología del desarrollo en Uruguay, el investigador admite que no era algo de lo que conocían demasiado, "más allá de historias que nos habían comentado nuestros mentores". "Fue interesante buscar y empezar a encontrar cosas. Históricamente la biología del desarrollo es un derivado de la embriología clásica, es una disciplina que existe hace mucho tiempo y de forma estable con embriólogos e investigadores que empezaron a hacer investigación en mediados del siglo XIX", explicó Zolessi.
"La prosperidad de nuestro país en 1950 tuvo que ver con los avances en la biología del desarrollo y el crecimiento de la ciencia en Uruguay", sostuvo el investigador.
Además, en el trabajo se destaca "el aporte que hizo la Fundación Rockefeller para que el Instituto Clemente Estable pueda comprar un montón de equipamiento y traer gente de afuera". "Luego una sorpresa para mí fue que el viejo Laboratorio de Cultivo de Tejidos, en Facultad de Medicina, nació por 1950 gracias a una visita del reconocido investigador italiano Giuseppe Levi. Levi estuvo en una visita en el Departamento de Histología y Embriología de la Facultad de Medicina invitado por el profesor Washington Buño, encargado de histología y embriología en ese momento de la Facultad de Medicina", agregó Zolessi.
Sobre ese laboratorio, el biólogo dijo que la incorporación de la técnica de cultivo de tejidos "tuvo muchas ventajas, como acceder mucho más fácil a hacer manipulaciones experimentales". "Eso estaba creciendo en el mundo y en Uruguay no se hacía hasta la creación de ese laboratorio. El laboratorio inicialmente estaba en Facultad de Medicina hasta 1999, que se mudó a la Facultad de Ciencias. Ese año yo estaba empezando mi tesis de doctorado en ese laboratorio. Fue difícil avanzar con los experimentos porque dedicamos mucho tiempo a desarmar el laboratorio de medicina y reinstalarlo en Ciencias en un espacio más pequeño", recordó.
PEDECIBA y recopilación de datos
En el trabajo los autores señalan que "una de las cosas más importantes al retorno de la democracia fue la creación del Programa de Desarrollo de las Ciencias Básicas (PEDECIBA". "El PEDECIBA permitió que se empezaran a formar por primera vez en Uruguay posgrados en ciencia. Se empezó a profesionalizar a la ciencia, ya que el programa permitió organizar al sistema", dijo Zolessi.
Además, el investigador reconoce que él es "un poco hijo de eso". "Fui de los primeros en aprovechar esa formación de posgrado en Uruguay, sin tener que irme del país. Eso permitió que empezaran a aparecer más biólogos del desarrollo", añadió. En ese sentido, destaca que "la historia en cuanto a la biología del desarrollo empezaba en Uruguay a mediados de los 80, 90".
Para recopilar información y realizar el trabajo acudieron a quienes podían conocer de la historia por haberla vivido o haber trabajado con alguien que lo haya hecho. "Buscamos de distinta manera, por libros escritos o trabajos científicos", dijo Zolessi.
"Fue difícil en ese momento porque marzo de 2020 marcó algo particular. No podíamos en ese entonces ir a las bibliotecas que podría haber sido interesante buscar documentos en facultades, por ejemplo en la de Medicina, que tiene un archivo antiguo interesante", añadió. En ese sentido, trabajaron "de forma virtual, conversando con gente, por lo que la investigación fue poco común".
"Escribimos esto sobre biología del desarrollo, pero en realidad lo que contamos tiene que ver con la historia de la biología, medicina o ciencias biológicas en Uruguay. Esto tiene que ver con la biología molecular, la fisiología o la biología celular, que son generales y hay nexos entre todas las áreas, por más que nos centramos en la biología del desarrollo", aseguró el investigador.
Los desafíos de la biología del desarrollo
El investigador señaló que "la biología del desarrollo se ha ido afianzando y se ha ido estableciendo, ahora con grupos que trabajan en esa área, por más que no somos muchos esos grupos". "Algunos son muy buenos y en temas diversos, eso es lo bueno", comentó.
"Sabemos de gente que está trabajando en el exterior y tiene intenciones de volver, eso podrá permitir, en caso de que haya un crecimiento de posibilidad financiera en Uruguay, un crecimiento en la comunidad de biólogos de desarrollo en cuanto a gente y laboratorios. Pero esto (el incremento presupuestal) por el momento no se ve", añadió
En ese sentido, destaca que "la Sociedad Latinoamericana de Biología del Desarrollo viene trabajando muy firmemente desde que se creó en 2003. Se siguen generando muchas cosas y se hacen reuniones".
En cuanto a desafíos, Zolessi sostiene que "la ciencia uruguaya está inserta en la investigación científica internacional, entonces hay muchos desafíos". "Tenemos la suerte de estar en un lugar en el que existen ciertas especies que no hay en otros lados, como por ejemplo los peces anuales del género Austrolebias", aseguró. Entre otras cosas, los embriones de estos peces detienen su desarrollo cuando se seca el charco en el que viven, a la espera de nuevas lluvias, y permiten estudiar mecanismos de envejecimiento de los adultos, vinculados con el clima.
Además, desde la biología del desarrollo trabajan en "entender el desarrollo del cerebro, ver cómo se forma el sistema nervioso, así como entender problemas sobre biología reproductiva, por ejemplo".
"Hay algo que se investiga en Uruguay hace años, pero está poco desarrollado todavía porque hay pocos laboratorios abarcando algunos aspectos, tiene que ver con las células troncales. Este tema ha ido creciendo y está llegando a un punto a nivel internacional donde se descubren cosas interesantes en distintos aspectos. Ahí hay un aspecto interesante para los biólogos del desarrollo y su trabajo", aseguró.
Fotos de archivo cedidas a Montevideo Portal
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