El gato montés es el félido silvestre más común en Uruguay. Generalmente su pelaje presenta pequeñas manchas negras sobre un fondo amarillento o grisáceo, aunque algunos ejemplares son negros. Una publicación del Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable (IIBCE), tuvo como objetivo comprender la dinámica poblacional y el estado de conservación del gato montés en la sabana uruguaya, y proporcionar información de base para establecer un monitoreo de la población.
En diálogo con Montevideo Portal, Nadia Bou y Mariana Cosse, investigadoras del Departamento de Biodiversidad y Genética del IIBCE, explicaron cuáles son las características genéticas del gato montés de la ecorregión de la sabana uruguaya (Uruguay y Río Grande do Sul) y sus diferencias genéticas con los de la ecorregión contigua, la pampa húmeda Argentina.
"Se trata de mi proyecto de maestría y se enmarcó en un proyecto más grande sobre genética del paisaje, incluyendo otras especies", explicó Nadia Bou.
"Siempre tuve un interés especial en los felinos, que son animales difíciles con los cuales trabajar porque naturalmente tienen poblaciones pequeñas en comparación con otros animales y es difícil conseguir muestras. Las herramientas genéticas nos pueden dar mucha información a escala bastante fina sobre las poblaciones y los individuos utilizando muestras oportunistas, que fue lo que hicimos. Eso nos permite tener mucha información sin tener que ir a atrapar al animal en la naturaleza, que es un esfuerzo muy grande", aseguró la investigadora.
"El gato montés es un felino pequeño, silvestre, que habita solamente en Sudamérica. En Uruguay es el felino silvestre que consideramos más abundante. Si bien no hay estimaciones de tamaño poblacional es el que más comúnmente aparece atropellado o que más tiene problemas de depredación en gallineros. Es un animal que es bastante resiliente, logra adaptarse a los cambios del ambiente y se lo ha visto en ambientes cercanos a grandes ciudades como Montevideo u otras del interior", agregó.
Bou señaló que el gato montés tiene una "presencia clave en el ecosistema, porque los felinos son en general hipercarnívoros, su alimentación está centrada en la carne y en la caza de animales. Tienen una influencia muy grande en las poblaciones que son presa, como redores o aves más pequeñas". "Ayudan a mantener el equilibrio del ecosistema y en Uruguay el gato montés es el único felino que habita todo el país. Los otros felinos que tenemos, con poblaciones bastante abundantes, son el margay y el gato de pajonal. El margay solo en el este y el gato de pajonal no está muy claro en qué partes del territorio está. El gato montés es capaz de adaptarse a los cambios y el que más tiene chances de estar actuando en el ecosistema al tener poblaciones lo suficientemente saludables para ejercer esa regulación", añadió.
La investigadora señaló que "la idea fue ver la conectividad de este animal en el territorio de Uruguay, porque a veces las modificaciones del ambiente, o barreras naturales, pueden favorecer la conectividad generando corredores o generar restricciones al movimiento".
Por su parte, Mariana Cosse sostuvo que "en Uruguay las áreas protegidas son muy pequeñas en relación al territorio, entonces en todas las áreas más o menos naturales es importante hacer gestiones eficientes para conservar la biodiversidad,". "Para eso se precisa una información que en realidad en Uruguay no hay, o hay muy poca, por eso nuestro foco es comprender la dinámica de las especies silvestres, sus interacciones, y generar información que sirva para los tomadores de decisiones", comentó.
"Lo que busca conocer el proyecto es cómo los animales se mueven en una matriz con distintos ambientes y entender como el cambio en el uso del suelo, de algo que había, como puede ser un pastizal por un monte de eucaliptus, o una plantación de soja, afecta esa capacidad de los animales por el territorio. Los cambios pueden promover la circulación por esos nuevos ambientes o generar una restricción al movimiento y aislamiento", agregó.
En ese sentido, la investigadora señaló que "las poblaciones cuando quedan aisladas empiezan a tener problemas a nivel genético en cuanto a su diversidad". "Las poblaciones saludables tienen que poder intercambiar con otras poblaciones, tener conectividad entre los grupos. Es importante conocer esta conectividad en cada especie, por ejemplo, en el gato montés como estructurador y controlador de los ecosistemas", destacó.
La conectividad del gato montés
En el trabajo aprovecharon muestras que ya existían en el departamento de Biodiversidad y Genética del IIBCE, que se han ido juntando a lo largo de los años, otras depositadas en el Museo Nacional de Historia Natural y otras conseguidas durante el proyecto en salidas, al recorrer carreteras o buscando fecas en el campo. "Con ese material utilizamos una herramienta genética que se llama microsatélites, que son fragmentos de ADN altamente variables, entonces pueden discriminar a escala fina. Se pueden ver variaciones dentro de las especies y determinar si existen distintos subgrupos dentro de esa misma especie", dijo Bou.
"Lo que vimos es que el gato montés en Uruguay tiene una población bien conectada. No parecería que haya sido afectado por los cambios del ambiente hasta el momento. Sin embargo, hay que tener en cuenta que hay un tiempo entre que ocurre la modificación en el ambiente que los empieza a afectar y que esa señal se ve a nivel genético", agregó.
La investigadora explicó que el banco de muestras les permite observar "una foto de lo que pasaba antes del 2000 y justo coincide que a partir de esa año, y un poco más adelante, es que se dio la mayor modificación del ambiente". "Los últimos cambios donde despegó la soja y la forestación no estamos viendo si impactaron o no. Lo que tenemos es una información de base, de cómo estaba la población en el 2000 o antes. En algunos años si podemos conseguir un banco de muestras más reciente ahí vamos a poder ver cómo nos afectaron esas últimas modificaciones y poder comparar", aseguró Bou.
"Nos da bastante tranquilidad que esta población está bien conectada, no solo en Uruguay, sino también en el sur de Brasil, ya que es la misma población. Tenemos un corredor biológico con Brasil que nos conecta", señaló.
Un felino con identidad genética
Bou señaló que otra de las principales conclusiones del proyecto fue que detectaron "cierta diferencia con el grupo genético de gatos monteses de Argentina, de la Pampa Húmeda que es otra ecorregión". "La ecorregión de la Sabana Uruguaya abarca a Uruguay y la porción de Río Grande do Sul donde habita el gato montés", añadió.
La investigadora comentó que "en Uruguay el gato montés tiene una identidad genética que es particular de esta ecorregión". "Eso es interesante, porque cuando se piensa en preservar la diversidad genética de la especie, que es importante para que perduren las poblaciones de forma saludable y la especie en su conjunto. Es importante conservarlo acá porque tiene una característica genética que no está en otra parte del mundo", explicó Bou.
Cosse resaltó que "en las poblaciones hay que mantener la diversidad genética, cuando distintas poblaciones se mezclan se van uniformizando, la diferencia genética es lo que permite a los individuos tener una respuesta diferente a un cambio. Por eso es importante".
"Si se pierden, las poblaciones de gato montés que hay en Uruguay y Río Grande do Sul voy a perder parte de la diversidad genética que tiene actualmente la especie. Se empobrecería el acervo genético de esa especie", señaló. "La diferencia que hay no es muy grande entre el gato montés de Argentina y Uruguay, pero se observa que no es lo mismo, hay variabilidad genética y es importante mantenerla porque es característica", añadió.
Además, en el trabajo detectaron que existió un cuello de botella en las poblaciones de gato montés de por lo menos 12 generaciones atrás (previo a 1970). "Eso habla de que si bien es una especie que se adapta a los cambios, también es vulnerable a las presiones", comentó Bou.
"Ese cuello de botella quiere decir que la población se redujo mucho y eso se ve a nivel genético", dijo la investigadora.
En ese sentido, las investigadoras explicaron que hubo "dos eventos históricos de la humanidad que tienen relación con el gato montés que nos permiten hacer hipótesis de las razones que causaron que las poblaciones se hayan reducido mucho en el pasado". "Uno fue en la Segunda Guerra Mundial, que hubo un consumo grande de carbón vegetal y madera como fuente de energía y se redujeron mucho los montes nativos, eso pudo haber afectado las poblaciones", señaló Cosse.
Por otro lado, Bou sostuvo que "a partir de 1960 se dio un aumento de la caza del gato montés porque su piel era de las más solicitadas para hacer abrigos de piel". "Era la segunda piel más vendida a nivel mundial, sufrieron una caza masiva que luego en 1992 comenzó a disminuir porque CITES, que es la entidad internacional que regula el comercio de especies, prohibió la caza y el comercio del animal en general y para pieles", comentó.
"Ambas cosas pueden haber hecho que las poblaciones se redujeran. Por más que este animal ahora esté bien es bueno seguirle la pista y no esperar a que esté amenazado para hacer algo, porque después las acciones de conservación son más difíciles de llevar a cabo y requieren más recursos, por lo que la posibilidad de éxito es más baja", agregó.
Bou además, señaló que "la particularidad genética nos da a pensar que el gato montés que habita la Sabana Uruguaya puede llegar a ser una unidad de manejo". "Las unidades de manejo son poblaciones donde su estabilidad depende de los nacimientos o muertes que se den a nivel local y no tanto del flujo de animales que lleguen de otros lugares. Si es una unidad de manejo hay que tener una atención particular en esa población, generar políticas locales para preservar dicha unidad, y este trabajo nos da pie para investigar si se trata o no de una unidad de manejo", señaló la investigadora.
Por último, Cosse señaló que "es interesante ver las interacciones y la dinámica de esta especie junto con las otras, por ejemplo, los otros gatos que hay y la distribución del espacio". "Hay muchísimo para investigar a nivel de mamíferos de mediano porte en Uruguay. Para nosotros los conocimientos que se generen tienen muchísimas implicancias para la conservación de la biodiversidad en general", concluyó.