Los maestros ucranianos de las regiones controladas por Kiev ofrecen clases online para los niños en los territorios ocupados por Rusia para que estos mantengan contacto con el resto del país y se reduzca la amenaza contra su identidad ucraniana derivada de la política de rusificación.
“Durante las clases los nombres de los niños se ocultan y sus cámaras se apagan. Los profesores no saben de donde vienen”, explica la cofundadora de la ONG ZNOvU Olga Koval.
Esta iniciativa ofrece a los niños de los territorios ocupados en el este y en el sur varias horas de clase a la semana de historia y lengua ucraniana y de matemáticas.
Cientos de miles de niños permanecen en los territorios ocupados, dijo Koval a EFE. Muchos están dispuestos a continuar su formación en colegios ucranianos vía online pero tienen muchos desafíos como la mala conexión de internet o el temor a ser descubiertos por los rusos y sufrir represalias.
“Los alumnos tienen miedo, los padres tienen miedo de dar sus datos para que participen en cursos online”, dijo y mencionó el riesgo de que los rusos rastreen las comunicaciones o encuentren en sus teléfonos aplicaciones con las que siguen los cursos.
Amenaza a la identidad ucraniana
Los niños en las zonas ocupadas están obligados a asisitir a colegios en los que se siguen los planes de enseñanza rusos. “Sencillamente no tienen opción porque ni lo hacen llegan los rusos armados a sus casas”, dijo otra de las cofundadoras de la iniciativa, Anastasia Beliaieva.
Los niños también son obligados a participar en actividades extraescolares que con frecuencia tienen un carácter militar.
“Los rusos adoctrinan a los niños en los territorios ocupados para prepararlos para que en el futuro presten servicio militar y participen en sus guerras”, dijo a EFE Olga Skripnik del Grupo de Derechos Humanos de Crimea.
El aprendizaje de la lengua ucraniana o no se ofrece o se impide de forma activa y las perspectivas ucranianas sobre la historia del país se reemplaza con la glorificación de una presunta “reunificación” con Rusia.
“La rusificación y el adoctrinamiento dirigidas a negar la identidad ucraniana son algo sistemático que apuntan al objetivo de destruir el pueblo ucraniano”, concluye un estudio reciente de la ONG “OPORA”.
“Son parte de Ucrania”
Pese al “continuo lavado de cerebro” hay alumnos que lo mismo que sus familias siguen teniendo una posición pro-ucraniana y buscan la posibilidad de estudiar en una comunidad con la misma convicción, dijo Beliaieva.
El equipo es consciente de que los alumnos, en especial los más jóvenes, están sometidos a una gran presión en la medida en que son confrontados con dos narrativas opuestas, la rusa y la ucraniana.
Por ello, buena parte de los esfuerzos está dirigido a ayudar a los niños a desarrollar un pensamiento crítico para que estén en condiciones de analizar y valorar información, explicó Koval.
Un gran desafió es difundir información sobre la iniciativa en medio de la censura y de un clima de miedo en las zonas ocupadas donde los vecinos están amenazados con ser llevados ilegalmente a la cárcel o con la deportación.
Aun así el equipo está muy motivado.
Para las fundadoras la iniciativa tiene una dimensión personal puesto que las dos vienen de los territorios ocupados. La ciudad natal de Koval, Lugansk, está controlada por los rusos desde 2014 mientras que Nova Kajovka, de donde es originaria Beliaieva, fue ocupada hace dos años.
“Es muy doloroso que la gente olvide que muchos ucranianos que no querían ni la guerra no la ocupación siguen en esas zonas”, dijo Beliaieva.
“La ocupación puede durar todavía años y otras regiones pueden caer temporalmente bajo ocupación rusa”, apuntó Koval.
“Por eso es tanto más importante mantener el contacto con los niños, para que sientan que son parte de Ucrania”, agregó.
Por Rostyslav Averchuk para EFE