Se trató del primer vuelo espacial de la compañía desde febrero de 2019 y el tercero hasta la fecha. Virgin Galactic realizó dos pruebas de vuelos espaciales desde sus instalaciones en el desierto de Mojave, en California, antes de trasladarse a su base operativa en Nuevo México.
El avión espacial suborbital VSS Unity, cuyo uso turístico comenzará este mismo año, alcanzó una velocidad de Mach 3 después de ser liberado de la nave nodriza, VMS Eve, y alcanzó el espacio, a una altitud de 89 kilómetros de altura antes de deslizarse suavemente hacia una pista de aterrizaje en Spaceport America.
En la cabina de vuelo de VSS Unity estaban CJ Sturckow y Dave Mackay, mientras que Kelly Latimer y Michael Masucci pilotaban VMS Eve. La tripulación experimentó unas vistas extraordinarias de la brillante curvatura de la tierra bordeada de azul contra la negrura del espacio.
Virgin Galactic cumplió una serie de objetivos de prueba durante el vuelo, que incluyen experimentos de investigación científica que generaron ingresos como parte del Programa de Oportunidades de Vuelo de la NASA; datos recopilados que se utilizarán para los dos informes de verificación finales que se requieren como parte de la licencia actual de operador de naves espaciales reutilizables comerciales de la FAA, y la prueba de estabilizadores horizontales mejorados de la nave y los controles de vuelo y validó las reducciones de EMI (interferencias electromagnéticas), según un comunicado.
El vuelo del 22 de mayo fue uno de los cuatro que le faltan a la compañía para terminar el desarrollo de su sistema de cohetes SpaceShipTwo. En la segunda prueba la nave albergará a cuatro pasajeros para probar la cabina de la nave y en la tercera se espera que su fundador Sir Richard Branson volará junto con dos de sus hijos en el interior de la nave.
Con información de Europa Press