Por Q.F. Bernardo Borkenztain
berbork
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En la segunda entrega sobre la pseudociencia y el efecto Dunning-Kruger (DK en adelante) (ver la primera) volvemos sobre un tema que, en lo intelectual o científico no da para más. Pero los adeptos del CDS (clorito de sodio) o lavandina de la descarga, como también se lo conoce, han vuelto a las andadas intentando que - nada menos - la Asociación de Química y Farmacia del Uruguay, la organización que (nos) nuclea a los químicos farmacéuticos se expidiera a favor de este dislate pseudomedicinal. Y lo hizo. En contra, por supuesto.
En un comunicado reciente, se expide en línea con lo que venimos afirmando desde que tomamos conocimiento del tema:
1) No hay evidencia científica de que sea ni seguro ni eficaz para enfermedades, incluyendo covid-19
2) Sí hay evidencia de los riesgos que conlleva el consumo, y son graves.
3) El M.S.P. se expidió prohibiéndolo, lo que lo hace ilegal.
Lo anterior es inapelable, pero los acólitos de esta pseudo panacea, si bien invocan una ciencia que nadie más entiende, son personas que tienen adhesión por la fe, en especial en tres áreas que son comunes a la pseudociencia sesgada por el efecto DK:
1) Culto a la personalidad
2) Sesgo de confirmación
3) Actitud de hinchas de fútbol y sin entender el principio de parsimonia.
En cuanto al primer punto, se embanderan con sus gurúes como si fueran los seguidores de Osho o de Jordan Belfort, y niegan la realidad que rompe los ojos. En particular con Andreas Kalcker - objeto de sus más profundos sueños húmedos, spandex y cuero mediante - que se presenta como "doctor en biofísica" con un diploma emitido por un kiosco de Barcelona que tiene un entrepiso como dirección y se dedica a vender títulos de internet. Pero mientras le rezan, repiten una y otra vez que es doctor. No lo es.
Más cercana, Chinda Brandolino sí es doctora (en medicina) pero es una persona que se ha dedicado más a la política que la ciencia, y que llamó a votar a Biondini, un candidato argentino NAZI. No es un caso de teorema de Godwin. Biondini es - salvo en el nombre - literalmente un nazi, y si bien desde el punto de vista científico los nazis propiciaron innegables avances, sus criterios biomédicos no eran lo que se dice hipocráticos estrictos. Yo que sé, si alguien que apoya a un nazi me recomienda que pruebe algo no estoy muy afín.
El tema no es argumentar ad feminam (inevitable en este caso) sino demostrar que o bien una persona es un político que hace compromisos éticos yendo de patrocinar a Espert a Biondini, o una persona ecuánime cuya opinión merece atención. Obviamente, como diría Darwin Desbocatti, de todos modos "no es digno pero es legal".
El segundo punto es inevitable para quien está bajo el efecto DK, porque como se trata de personas que en el área en cuestión no son competentes, es muy factible que asignen valor diferencial a lo que les sirve para probar sus puntos o no. En otra nota analizamos un repositorio que presumía de "83 artículos científicos" que, una vez mirados no lo eran, salvo uno de la década del setenta que hablaba de abejas. Eso es el sesgo de confirmación a pleno: no tener criterio racional para separar lo relevante de lo irrelevante. Lo mismo les da declaraciones de opinión, patentes o artículos, todo en la misma e irrelevante bolsa.
Una variante son las "verdades de cuñado", que es el invocar a un pariente como fuente de doxa o de verdad, como si todos fueran los pariente de Fernando Paganini o de Rafael Radi. Ahí se juntan todas las formas, sesgo de confirmación y actitud de adhesión emocional. Personalmente, cuando me mencionan como fuente de evidencia u opinión a un pariente dejo de interesarme en el argumento.
Lo mismo vale para la aprobación parlamentaria (contra la recomendación del ministerio de salud del país) en Bolivia bajo el gobierno de Añez. Tomar eso como indicio realmente es muy aclaratorio de la forma de tomar posición de esta gente.
Lo que nos lleva al tercer punto. Inevitablemente esta gente empieza sus exposiciones con la fineza de un Julio Boca sobre el escenario y van derrapando a medida que avanza la argumentación hasta parecer el capitán de los pumas.
El principio de parsimonia obliga a los científicos a tener mucho cuidado de mantener la consistencia y coherencia interna del sistema, no aceptando nuevas verdades a tontas y locas, porque, a diferencia de lo que piensa esta gente, el plural de "anécdota" es "anécdotas" y no "evidencia científica" (1)
De momento, sigamos el consejo del cuñado del cuñado de Daniel Salinas: no tome esa porquería que ya murió gente innecesariamente.
(1) Oración de Edzard Ernst
Por Q.F. Bernardo Borkenztain
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