La sustancia activa de diversos herbicidas había sido clasificado en 2015 como “probable cancerígeno” por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer.
Los países de la Unión Europea (UE) no alcanzaron este viernes una mayoría para aprobar una renovación de 10 años en la autorización al uso del glifosato en el bloque, y la cuestión será sometida a voto nuevamente en noviembre.
La Comisión Europea (el brazo ejecutivo de la UE) propuso en setiembre renovar la autorización del uso del glifosato hasta diciembre de 2033, bajo determinadas condiciones.
Sin embargo, en una sesión a puerta cerrada en el Comité Permanente de Vegetales, Animales y Piensos, la moción no alcanzó el mínimo de 15 países miembros que representen por lo menos el 65% de la población del bloque.
Un vocero de la Comisión Europea, Stefan de Keersmaecker, dijo este viernes que no se había alcanzado una “mayoría suficiente”.
Marc Fresneau, ministro de Agricultura de Francia, dijo a AFP que ese país se abstuvo en la votación.
Aunque el detalle de la votación de este viernes no fue informado, Austria y Luxemburgo habían adelantado que votarían en contra de la propuesta, así como Alemania.
En tanto, Bélgica y Países Bajos habían adelantado que se abstendrían.
Según fuentes coincidentes, Suecia, Italia y Portugal están entre los países favorables a la renovación.
De esta forma, al no alcanzar los apoyos necesarios, la propuesta será enviada al Comité de Apelaciones, donde deberá ser sometida a voto en la primera mitad de noviembre.
Carrera contra el reloj
La actual autorización del glifosato en la UE, renovada en 2017 por cinco años y luego ampliada por un año adicional, expira el 15 de diciembre.
De Keersmaecker confirmó la presentación del caso ante el Comité de Apelaciones.
“Es necesario recordar que la actual aprobación al glifosato, expira el 15 de diciembre, y para nosotros es muy importare alcanzar una decisión (...) como máximo al 14 de diciembre”, expresó.
De acuerdo con el portavoz, hasta ese momento la propuesta podría ser modificada con aportes de los países del bloque.
En caso de que en esa instancia la propuesta fracase nuevamente, la Comisión Europea podrá decidir por sí misma la eventual extensión de 10 años.
La propuesta lanzada por la Comisión Europea se apoyó en un informe elaborado por un regulador europeo, que estimaba que el nivel de riesgo no justificaba la prohibición de la sustancia.
El glifosato, la substancia activa de diversos herbicidas, había sido clasificado en 2015 como “probable cancerígeno” por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer.
Sin embargo, en julio de este año la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria sostuvo que no había identificado ningún “área de preocupación crítica” en humanos, animales y el medio ambiente que pueda impedir la autorización del herbicida.
La entidad apenas observó “un alto riesgo a largo plazo en los mamíferos” para la mitad de los usos propuestos, y reconoció que la falta de datos impedía un análisis definitivo.
La propuesta de la Comisión Europea incluye salvaguardias como el establecimiento de “franjas de protección” alrededor de los terrenos donde el glifosato sea utilizado.
Además, impulsa la utilización de equipos que reduzcan drásticamente la “deriva de la aspersión”.
Si el uso de la sustancia activa se aprueba a escala de la UE, cada Estado miembro seguirá siendo responsable de autorizar los productos que contienen glifosato, estableciendo las normas de uso en función de los cultivos, las condiciones climáticas y las características geográficas específicas.
El grupo alemán Bayer, que fabrica el herbicida Roundup, expresó su confianza de que “en la próxima etapa, suficientes miembros apoyarán la renovación de la aprobación del glifosato”.