La multiplicación de voces en las redes es la tónica de la segunda década del siglo XXI, la que está terminando, y se viene una peor, que fue adelantada (como tantas cosas lamentablemente) por la serie "Black Mirror" en el capítulo final de la tercera temporada "Hated in the Nation".
En el mismo se planteaba una situación inicial en la que la extinción masiva de abejas era paliada con un enjambre robótico (1) que las reemplazaba en sus funciones de polinización, pero fueron hackeadas para un juego de las redes llamado "game of consequences" en el que - grosso modo - las hordas de las redes elegían al más odiado para que lo mataran. Así, lo que la "cancel culture" hace de manera simbólica y social, se lograba de manera material, pero en un giro, el castigo se reflejaba también en los odiadores, que no tienen nada así en la vida real.
En efecto, los guerrilleros de pulgar no tienen ni control ni consecuencias, y el comportamiento de enjambre hace que no tenga sentido la individuación, pero el resultado, como la manga de langostas, produce devastación en los medios artísticos, periodísticos y académicos, provocando el miedo en los principales actores, que se vuelven funcionales al sistema de ataque difuso, autocensurándose y en el proceso perdiendo la objetividad.
Si hablamos del odio y de temas artísticos, el daño ya parece irreversible: si han atacado a Walt Whitman ya no queda nada sagrado para estos seres de ofensibilidad explosiva, pero en los temas que atañen a la ciencia se vuelve algo más complejo.
Por un lado, la ciencia depende de resultados, además de una narrativa, mientras que el periodismo y el arte son, básicamente, solo narrativas, lo que los hace más vulnerables.
Se me dirá que el periodismo es factual también, pero para el consumidor llega solo la narrativa, pero en cuanto a la ciencia lo que llega es un profesional o un elemento tecnológico, y si bien la gente puede discutir si compran las ideas coreanas o las de Cupertino, nadie va a sostener que es mejor un celular analógico de 1996. Bueno, quiero creer que nadie, pero es posible...
Igualmente ante un caso de apendicitis se va a operar con un cirujano certificado por una Universidad y una licencia, no con un "Doctor en medicina alternativa y biofísica natural" que obtuvo su diploma en la "Open University of advanced sciences, Inc" (2) .
El tema es que si bien ante un caso de neumonía o de bloqueo intestinal nadie duda, en otro tipo de enfermedades menos agudas ahí la gente puede ser víctima de las "narrativas antisistema" que siempre tiene su poder de seducción.
Por un lado, ocurre porque la gente se enorgullece de ser un salmón rebelde que nada contra la corriente (en realidad eso es lo que hacen todos los salmones y lo hacen para morirse luego de desovar) en vez de una oveja del sumiso rebaño. Eso tiene mucha resonancia en la fantasía de las ovejas, por supuesto, y las hace vulnerables a casi cualquier cosa que se oponga al "sistema" de las farmacéuticas malignas y la OMS servil (a Trump o China según el consumidor de turno) porque la única cosa que acerca al hombre masa a ser un semidios es darle click a un post antivacunas, terraplanista o del MMS.
Por otro lado sí hay un problema en el hecho de que en un mundo de opiniones es un trago duro de pasar el hecho de que la calificación existe, y la mía no vale lo que la de Rafael Radi, si hablamos de ciencia, pero eso no me complica, porque la jerarquía (palabra nefasta en las redes) del conocimiento es obvia.
Como decía Asimov, hace más de treinta años, el antiintelectualismo es un problema, porque siempre el ignorante va a desconfiar del que supone que sabe más (3) , porque nadie quiere sentirse menos; como dijera el Buen Doctor, se impone un axioma: "mi ignorancia vale tanto como tu conocimiento" (4) . Y por esas estamos (5) ...
O sea, ser antisistema en los sesenta era agarrar un rifle y meterse en una tatucera. No salió bien, de hecho, fue una pésima idea, pero es indiscutible que se jugaban la vida. Hoy en día, ser antisistema es ampararse en el anonimato y lloriquear en las redes. El problema es cuando se mezclan las figuritas.
El problema con la anticiencia (llamémosla como lo que es, no se puede ser "alternativo" en la ciencia sin ser parte del sistema de validación) es que denuncian ser cancelados (porque las redes están en una campaña de cancelación de las noticias falsas) porque "el sistema" teme sus verdades mientras se desgañitan declamando que tienen pruebas, estudios (que "pronto" harán públicos pero nunca lo hacen) y casuísticas que son inverificables.
Como el público general no puede diferenciar la jerga de la ciencia real, estas declamaciones "suenan legítimas, Rick" pero "no es más que una sombra, una historia narrada por un idiota llena de ruido y furia que no significa nada" (6) .
Así, se multiplican mensajes como el siguiente tomado de Facebook:
"ATENCIÓN, POR FAVOR, OJO AL DATO MI GENTE!!!
Más del 90% de los ingresos hospitalarios en todo el mundo de casos respiratorios agudos (incluyendo todos los catalogados como covid-19), corresponden a personas que se habían administrado la vacuna antigripal en los meses previos. Esto incluye a los decesos producidos en los hogares de ancianos.
El denominado virus sars-cov-2 aún no ha sido aislado y secuenciado en ningún laboratorio del mundo, de acuerdo al único procedimiento científico utilizado y autorizado para ello; a saber, el "Protocolo de Koch". Ni siquiera ha sido aislado y secuenciado en el famoso laboratorio de Wuhan, China. Todo lo que maneja la ciencia del mundo en torno a este patógeno, es una "suposición de virus", ya que su existencia no ha sido comprobada hasta el día de hoy (28 de Julio de 2020).
Si existe un virus capaz de producir la patología denominada "covid-19", la evidencia científica abrumadora (más del 90% de los casos registrados y de los decesos producidos) indica, sin lugar a dudas, que ese supuesto virus ha sido inoculado a través de la vacuna antigripal. Y, si el supuesto virus no existe como tal, lo que se denomina covid-19, es simplemente la reacción adversa a la vacuna antigripal, que es, en sí, un efecto intencionalmente diseñado por medio de la ingeniería farmacéutica y genética.
La vacuna antigripal es una vacuna totalmente innecesaria. Los virus de la gripe mutan permanentemente de estación en estación. Vacunarse contra virus que ya no existen, no tiene sentido ni efecto inmunológico alguno.
Debido a que el sars-cov-2 no ha podido ser aislado y secuenciado aún, es imposible desarrollar una vacuna que inmunice contra un virus que ningún laboratorio del mundo posee. Por la misma razón, tampoco es posible, desarrollar un test que lo detecte. Los tests que se utilizan poseen una ineficacia del 100% (o una eficacia del 0%). El test PCR (Polymerase Chain Reaction) no mide carga viral. Este test reacciona como positivo a decenas de miles de organismos, sustancias, elementos y presencias diferentes. Ningún resultado positivo puede ser tomado como real. Debido a que su eficacia es del 0% y que el supuesto sars-cov-2 no ha sido aún aislado y secuenciado, todos los resultados "positivos" producidos en el mundo, deben ser desestimados.
La vacuna contra el virus inexistente sars-cov-2 que se ha desarrollado y se intenta implementar en todo el mundo, es un ARNm (Ácido Ribonucleico Mensajero).
Esta vacuna, literalmente REESCRIBE el ADN humano. ¡¡¡Eso significa, que la persona que recibe esta vacuna DEJA DE SER UN SER HUMANO PARA SIEMPRE!!! Los efectos de este procedimiento son todos catastróficos e imprevisibles. De poder reproducirse, la persona podría procrear engendros monstruosos.
La vacuna contra el covid-19 es un genocidio mundial programado.
Normalmente, el desarrollo de una vacuna efectiva lleva hasta 10 años de investigación, experimentación, etapas y comprobaciones..."
Este es solamente un ejemplo, los resaltados son nuestros. Es una jerga absurda y típicamente pseudocientífica, llena de afirmaciones que son inverificables (como la eficacia o% de la PCR) y ridículamente insultantes para la inteligencia como que los tratados dejan de ser humanos. Pero, sin embargo, se replican ad nauseam porque se oponen al maligno "sistema".
Menos obvias pero más peligrosas, organizaciones como "Médicos por la verdad" o la impresentable COMUSAV apelan al "principio de autoridad" porque sus voceros son médicos, pero caen siempre en el mismo círculo vicioso, no tienen publicaciones arbitradas o presentadas para arbitraje, solo afirmaciones enfáticas que no son más que peticiones de principio.
El problema es grave; no vamos a sostener que la OMS es imparcial o infalible, no es ninguna de las dos cosas, pero a la hora de escuchar, siempre es mejor elegir a los que saben. Un gran acierto que ha tenido Uruguay es la conformación del GACH, eso no nos cansaremos de reconocerlo, y un comité de expertos siempre es mejor que quince indignados con celular.
Es importante entender que es, dijera Vaz Ferreira, una cuestión de hechos y no de palabras. No se trata de una "narrativa" oficial a derrocar sino de un problema de hechos demostrables. Lo que debe primar es el criterio racional.
La ignorancia no puede ganar.
Bernardo Borkenztain
(1) En este mismo momento, abejas robóticas están siendo diseñadas por esa misma problemática. No es un buen año para probarlas...
(2) El "Inc" en el nombre de la supuesta universidad que está ubicada en un entrepiso de Barcelona es un detalle delicioso. Huelga decir que es un ejemplo real...
(3) Salvo en el caso que comentábamos de la apendicitis, obvio
(4) Todos los gobiernos tiránicos, se han caracterizado por desconfiar o demonizar a los intelectuales, aún los que son de su misma ideología, porque son sospechosos de ser librepensadores, algo que para el tiránico es inadmisible. Y la "cancel culture", opera igual: todo pensamiento divergente y sus detentores deben ser eliminados, de ahí lo de "cancel", porque piden que sean borrados de las redes.
(5) Huelga decir que desde la dictadura militar y sus dirigentes iletrados, no hubo peor avanzada antiintelectual que la que protagonizó Mujica y su populismo, algo que a su partido le terminó saliendo carísimo.
(6) Macbeth, Shakespeare.