Un equipo de científicos ha encontrado la manera de producir el elemento central de las baterías de flujo redox, es decir, el electrolito líquido, a partir de la vainillina, el compuesto primario de la vaina de la vainilla, lo que abre nuevas perspectivas para el almacenamiento sostenible de electricidad.
El proceso, que ha sido ya patentado, funciona a temperatura ambiente y evita el uso de catalizadores metálicos tóxicos y costosos, informó este martes la Universidad de Tecnología de Graz (TU Graz), en el sur de Austria.
Hasta el momento, lo que se había conseguido era que las pilas líquidas -que pueden tener graves impactos ecológicos negativos si su elemento principal, el electrolito, sufre alguna fuga- fueran más respetuosas con el medioambiente produciendo los electrolitos a partir de la vainillina que se obtiene de la lignina, un componente de la pared de las plantas.
El equipo dirigido por el catedrático de la TU Graz Ulrich Hirn, presidente del Comité Internacional de Física del Papel, ha patentado ahora un proceso que, bautizado "Vainillaflow", utiliza la inteligencia artificial para que la vainillina pueda utilizarse en baterías recargables.
"En 'VanillaFlow' estamos desarrollando enfoques radicalmente nuevos para el almacenamiento integrado de energía, que combinan la inteligencia artificial y el aprendizaje automático con la tecnología de las baterías de flujo para sustituir las materias primas actualmente utilizadas, insostenibles, por materiales renovables", explican los responsables del proyecto.
Según el comunicado, el Consejo Europeo de Innovación (CEI) aportará unos 4,6 millones de euros en los próximos tres años a este plan.
Almacenar energía de forma sostenible y respetuosa con el medioambiente es una de las claves para impulsar la transición energética hacia fuentes renovables con el fin de frenar el calentamiento del planeta.
EFE