Noruega cerrará dentro de dos años su última mina de carbón, localizada en Svalbard, un archipiélago ártico que debe su auge a las actividades mineras, anunció el jueves su explotador, si bien una mina rusa continuará su actividad en el territorio.

La mina 7, la única que aún explotan los noruegos, cerrará en septiembre de 2023 tras la rescisión por las autoridades de Longyearbyen, la capital del archipiélago, de un contrato de suministro destinado a abastecer la central local, anunció su explotador, la empresa pública Store Norske.

"La razón de ser de la mina 7 es suministrar carbón a la central eléctrica de Longyearbyen. Ahora que el acuerdo de suministro de carbón ha sido rescindido, no hay razón para explotar la mina", indicó el director de Store Norske, Jan Morten Ertsaas, en un comunicado.

Longyearbyen debe su existencia al estadounidense John Munroe Longyear, que fundó el lugar en 1906 para explotar los recursos de carbón locales.

Sin embargo, el cierre de la mina 7 no significará el fin total de la explotación del carbón en Svalbard, ya que la empresa rusa Arktikugol sigue extrayendo carbón en la localidad de Barentsburgo, una comunidad minera que permite a Rusia mantener una presencia en este lugar estratégico del Ártico.

Si bien el Tratado de París de 1920 otorgó a Noruega la soberanía sobre el archipiélago, también establece que todos los Estados signatarios --incluida la entonces Unión Soviética-- pueden realizar actividades económicas en pie de igualdad.

Tras el fin del carbón, la central térmica de Longyearbyen se alimentará con diésel hasta que se establezca una solución basada en energías renovables.

Hasta entonces, Store Norske, que funciona con pérdidas y por lo tanto depende de los fondos públicos, aumentará su producción anual de 90.000 toneladas a más de 125.000 toneladas y exportará gran parte de ella para aprovechar los altos precios actuales.

AFP