Evidentemente los titulares sensacionalistas venden, y por eso no extraña que circule una noticia respecto de que la OMS habría reconocido que el COVID-19 se transmite por el aire.
No exactamente. Bastante lejos, de hecho. Veamos.
El problema surge cuando un medio prestigioso como el New York Times publica una nota en la que juega con los potenciales y condicionales y expresiones como "can", "may" y similares resultan traducidas de forma irregular. O bastante pobre de hecho.
La nota referida hace mención a espacios cerrados y hacinados, en los cuales es bastante obvio que el virus puede permanecer en el aire (si hay alguien contagiado, obvio) porque el aporte de todas las personas con su respiración se hace insalubre sin necesidad de pandemia alguna.
Lo que sí ocurrió es que la nota refiere a que " growing scientific and anecdotal evidence suggest this route may be important in spreading the virus" o sea que hay un condicional importante, y lo que realmente dice no es acerca de sí se transmite o no por el aire, sino que se acumula "evidencia científica y anecdótica", dos palabras que yuxtapuestas suenan a payada más que a soneto.
En concreto, la nota está llena de esas expresiones (a veces dobles) que imponen modalidad a la afirmación, lo que significa que, si a un condicional le apongo un potencial, lo que afirmo es virtualmente nada.
Cuidado, no quiere decir que no lo sea, pero lo concreto es que la OMS está lejos de haberlo afirmado...
En concreto lo que hay es que un grupo de científicos le elevó una carta a la OMS pidiendo (con información profesional, obviamente) que considerara que la transmisión aérea es un hecho y ésta (la OMS) la recibió con un "probablemente" respecto de la misma. Otra cosa cierta es que el manual de estilo del New York Times capaz está desactualizado, o usan la edición de Goebbels...
Una vez más, prudencia y hacer caso a las fuentes razonables, porque el sensacionalismo es más contagioso en la red que el SARS-COV2 en el aire.
Q.F. Bernardo Borkenztain