En noviembre de 1980, la dictadura militar que regía a Uruguay desde 1973 sometió a plebiscito una propuesta de reforma constitucional. Entre otras cosas, el texto propuesto legitimaba el gobierno dictatorial y concedía por derecho a las fuerzas armadas competencias directas en todos los ámbitos, algo que ya estaba sucediendo por las vías de hecho.
Pese a la abrumadora campaña mediática a favor y la imposibilidad
de polemizar al respecto —con
la excepción del debate televisado entre Néstor Bolentini y Enrique Viana (a
favor) con Eduardo Pons Etcheverry y Enrique Tarigo (en contra)—, el proyecto fue
rechazado en las urnas.
La derrota de la iniciativa fue un varapalo irreversible para la tiranía, y marcó el comienzo de una senda de apertura democrática. En 1982 hubo elecciones internas —aunque con proscriptos— y en 1984 unos comicios nacionales que permitieron que el 1º de marzo de 1985 Julio María Sanguinetti asumiera la presidencia.
En las últimas horas, el presidenciable Andrés Ojeda trazó un símil entre aquel plebiscito de hace más de cuarenta años y el que se llevará a cabo el mes próximo, cuyo cometido es una profunda reforma de la seguridad social.
“Imagínense haber dado libertad de acción en el plebiscito del 80. Una vez más nos jugamos el futuro del país y precisamos políticos que se la jueguen. No jugársela es un verdadero acto de cobardía”, escribió Ojeda en la red social X, sumándose al pedido que el presidente Lacalle Pou le hiciera al candidato opositor Yamandú Orsi.
La crítica de Ojeda fue objetada horas más tarde por el legislador comunista Óscar Andrade, quien recordó a Ojeda que en el plebiscito de 1980 su partido no presentó una postura inconsútil al respecto. Por el contrario, mientras algunos sectores rechazaban la constitución militarista, otros —en particular el pachequismo— militaban a favor de esta.
“Fue bastante peor que eso. Hubo sectores de tu partido que en 1980 militaron fervorosamente a favor de la reforma constitucional propuesta por la dictadura”, escribió Andrade.
En rigor, el senador del FA se sumó a una larga fila de internautas que se formaron para responderle a Ojeda en esos mismos términos. Además, y sin necesidad de remontarse al siglo pasado, también se le recordó que la libertad de acción había sido escogida por la dirigencia de su partido en épocas muy recientes.