Los especialistas explican que la existencia de un ambiente familiar alfabetizador se relaciona directamente con un aumento de la motivación por la lectura, una mayor frecuencia lectora y mejores habilidades tempranas a la hora de leer y escribir.
"La lectura es un proceso complejo que estimula conexiones neuronales propiciando no solo una mejora del desarrollo cognitivo de los niños como la amplitud de vocabulario, la expresión lingüística, la capacidad de atención, concentración y memoria, sino que también favorece el desarrollo de otros aspectos como la imaginación, la creatividad, la empatía o la comprensión de uno mismo y del entorno", detalla Rocío Juárez y Ruíz de Mier, psicóloga infantil del Hospital Vithas Xanit Internacional.
Según Marta García, pediatra de Vithas Xanit Internacional y Vithas Málaga, la mejor forma de estimular es a través de la lectura en voz alta desde que son muy pequeños. "La adquisición del lenguaje se produce entre los 10 y 30 primeros meses de vida, de ahí las ventajas de la lectura en edades tempranas, puesto que permite a los niños aprender las palabras con mayor rapidez, mejorar su comprensión y ejercitar su cerebro para conseguir que el vocabulario sea lo más rico posible", afirma.
Por su parte, Juárez matiza que "la implicación de la familia es esencial para trabajar actitudes y comportamientos positivos hacia la lectura". "Exponer al niño a un mayor número de experiencias que permitan el desarrollo de conocimientos y habilidades relacionadas con la lectura es decisivo para sus aprendizajes futuros. Por ello, no debemos limitar el ejercicio lector al entorno escolar", argumenta la especialista, quien añade que "el hogar es un ambiente decisivo en el desarrollo lectoescritor, permitiendo con ello que los niños potencien los recursos y hábitos lectores".
Además, ve importante que los niños elijan sus libros preferidos y tengan sus propios gustos. "La falta de interés por los temas que se les impongan puede generar apatía y rechazo ante la lectura, comenta García, quien añade que "el objetivo debe ser que el niño se divierta con la lectura". "Por eso, debemos tener cuenta su propio ritmo y tenemos que ayudarles en este proceso sin presionarlos en ningún momento", agrega.
En cuanto a la edad de inicio, la pediatra afirma que "alrededor de los 5 años el niño tiene las habilidades necesarias para iniciar la lectura de manera independiente, pero, cuanto antes se exponga a un niño a la lectura, mejor será su capacidad lingüística y sus habilidades oratorias". "Por supuesto, sin imposiciones, simplemente ofrecerlo, dando ejemplo y debemos estimular con la lectura en voz alta. La edad para que ellos por sí mismos empiecen a leer depende fundamentalmente de su grado de madurez y del método que sigan en su centro escolar", apostilla.
Interés por la lectura entre los más pequeños
Para que los más pequeños tomen interés por la lectura, la doctora Rocío Juárez explica que se debe "introducir en la rutina diaria un tiempo dedicado expresamente a la lectura". Antes de dormir puede ser un buen momento para leer un cuento", añade. Además, resalta que se debe "ofrecerles lecturas compartidas y hacerles preguntas sobre lo leído o realizar recreaciones del cuento en familia".
"Crear un clima de tranquilidad durante la lectura ayuda, al igual que es importante que vean a sus familiares leyendo libros, ojeando revistas, entre otros. Podemos asistir con ellos a bibliotecas o librerías y, en la medida de lo posible, podemos decorar las habitaciones con estanterías o espacios con libros y comics", finaliza la especialista.
Con información de Europa Press