Tiendas de colores fluorescentes, material de alpinismo abandonado, bombonas de oxígeno vacías e incluso excrementos congelados acampan desde hace tiempo en las laderas de la montaña de 8.848 metros de altitud, lo que le ha valido el apodo de "el mayor vertedero del mundo".

Pero el primer estudio sobre los microplásticos en el Everest, realizado en 2019 por científicos en una expedición de la campaña Perpetual Planet de National Geographic y Rolex, muestra que este material se puede encontrar hasta a 8.840 metros, aunque con concentraciones superiores en el campo base situado a 5.364 metros.

Los resultados del estudio fueron publicado el viernes en la revista especializada en medioambiente One Earth.

"Las muestras indicaron cantidades significativas de fibras de poliéster, acrílico, nailon y polipropileno", escribe en un comunicado Imogen Napper, investigadora en la universidad británica de Plymouth y que forma parte de los exploradores becados por National Geographic.

"Realmente me sorprendió encontrar microplásticos en cada una de las muestras de nieve que analicé", continúa. "El monte Everest es un lugar que siempre consideré como remoto e intacto", añade.

"Saber que estamos contaminando cerca de la cima de la montaña más alta es realmente revelador", estima.

La ropa utilizada por los montañistas en el Everest está fabricada en su mayor parte con telas sintéticas. Las tiendas, las cuerdas de alpinismo y otros equipos también usan este material.

"Sospechamos fuertemente que este tipo de objetos constituyen una fuente importante de contaminación, en lugar de cosas como los recipientes de comida y de bebida", precisa la investigadora.

El estudio menciona igualmente la posibilidad de que los microplásticos lleguen hasta el Everest procedentes de otras partes empujados por los fuertes vientos del Himalaya.

También se hallaron microplásticos en arroyos en la montaña, pero con concentraciones inferiores a las encontrados en la nieve.

AFP