La Amazonía brasileña registró 1.056 focos de incendio en enero, una disminución del 61,7 % frente a diciembre pasado cuando fueron reportados 2.756 puntos en llamas en la selva, informó este miércoles el Gobierno.
En relación con el mismo mes de 2021, las quemas en la parte brasileña de la más extensa selva tropical del planeta cayeron un 13 %, según los datos del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE, por su sigla en portugués).
En el primer mes de Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva los datos resultan alentadores tras la disparada de incendios que vivió la Amazonía brasileña en 2022 y los aumentos que se vieron especialmente en los últimos meses del año, cuando las llamas suelen disminuir.
El año pasado fueron registrados 115.033 focos de calor en el bioma, un 53 % más que en 2021 y la mayor cantidad reportada desde 2010.
Desde que fue elegido, el líder progresista se comprometió a defender el bioma en Brasil y solo en la primera semana de Gobierno revocó un decreto que permitía la explotación minera en tierras indígenas y reactivó el Fondo Amazonía, constituido con donaciones de Alemania y Noruega para contribuir con la protección de la selva y que había sido suspendido por decisión de Bolsonaro en 2019.
Aunque buena parte de los incendios en el bioma ocurren por causas naturales, especialmente hacia mediados del año cuando empieza la época de sequía, muchos son provocados por manos criminales, particularmente por la minería ilegal.
Expertos ambientalistas consultados por EFE ya habían alertado desde noviembre pasado un posible aumento de las llamas por parte de delincuentes que buscaban devastar la mayor área posible de selva antes de la llegada de Lula al poder.
Los ecologistas responsabilizan del aumento desenfrenado de la devastación de la selva a las políticas ambientales del expresidente brasileño, Jair Bolsonaro, por flexibilizar los controles ambientales, promover la explotación económica del bioma, incluso en reservas indígenas, y recortar el presupuesto de los órganos fiscalizadores.
Según un estudio de la iniciativa Mapbiomas, divulgado la víspera, el año pasado la Amazonía brasileña perdió 7,9 millones de hectáreas por los incendios.
La mayor parte de las quemas del bioma ocurrió en los meses de agosto, septiembre y octubre, pero fue en diciembre, cuando las llamas se dispararon un 50 % más que en 2021.
De los 27 estados brasileños, el que más ardió entre enero y diciembre de 2022 fue Mato Grosso, seguido de Pará y Tocantins, todos en la región amazónica.
EFE