Por qué la biodiversidad es más diversa y abundante cerca del ecuador y menos hacia los polos es una de las cuestiones que más ha intrigado a los científicos. Hoy, el mayor estudio de fósiles realizado hasta la fecha aporta información valiosa y crucial al respecto.
Los detalles del estudio se han publicado este miércoles en Nature, y sus conclusiones servirán para comprender cómo se genera la biodiversidad a largo plazo y cómo puede afectar el cambio climático a la riqueza global de especies.
Tanto en los sistemas marinos como en los terrestres, los animales, vegetales y seres unicelulares muestran un “gradiente latitudinal de diversidad”, es decir, su presencia es gradual con un máximo en el ecuador y un mínimo en los polos, pero, hasta ahora, la escasez de datos fósiles ha impedido estudiar a fondo cómo surgió.
Para averiguarlo, científicos de las Universidades de Oxford, Leeds y Bristol analizaron 434.100 fósiles de foraminíferos planctónicos (microfósiles marinos más pequeños que la cabeza de un alfiler) de los últimos 40 millones de años.
Estos microfósiles, surgidos en el Jurásico temprano (hace unos 170 millones de años), están en todos los océanos del mundo y, gracias a sus caparazones duros, pueden conservarse en grandes cantidades, por lo que son un excepcional registro fósil de los últimos 66 millones, perfectos para este estudio.
Su análisis ha permitido descubrir que el gradiente de diversidad actual comenzó hace unos 34 millones de años (cuando la Tierra pasó de un clima más cálido a otro más frío) y permaneció estable hasta hace unos 15-10 millones de años, cuando se acentuó considerablemente debido al enfriamiento global.
La máxima riqueza de foraminíferos planctónicos se alcanzó en latitudes más altas hace entre 40 y 20 millones de años, pero hace unos 18 millones de años, el pico de riqueza se desplazó a latitudes comprendidas entre 10° y 20°, lo que coincide con el patrón de diversidad actual.
El estudio reveló que hay una fuerte relación entre la riqueza de especies y las temperaturas de la superficie del mar, y también entre la existencia de especies y el gradiente de temperatura que hay entre las cálidas aguas de la superficie del océano y las frías de las profundidades.
Para el equipo, estos resultados indican que la distribución actual de la riqueza de especies de foraminíferos planctónicos podría deberse a los cambios del gradiente latitudinal de temperatura que comenzó hace 15 millones de años.
En ese momento, la diferencia de temperaturas de la superficie del mar entre las regiones de baja y alta latitud, y dentro de la columna de agua, sufrió un aumento significativo.
Así, las aguas más cálidas de los trópicos pudieron albergar una gama más amplia de hábitats con diferentes temperaturas y nichos ecológicos dentro de la columna de agua vertical, lo que favoreció la evolución de un mayor número de especies.
Esta hipótesis se ve corroborada por el hecho de que los trópicos actuales son más ricos que los trópicos de épocas más cálidas del pasado (como el Eoceno y el Mioceno), cuando apenas existía gradiente vertical de temperatura en los océanos.
Además, el enfriamiento de las temperaturas marinas en latitudes altas probablemente provocó la extinción de muchas poblaciones regionales de especies, contribuyendo al gradiente de diversidad moderno.
Para Alex Farnsworth, coautor e investigador de la Universidad de Bristol, “entender por qué en épocas antiguas las especies eran más diversas y abundantes cerca del ecuador y menos en los polos puede darnos una idea importante de cómo podrían responder en el futuro las especies marinas, como el plancton”, añade.
“Estos diminutos organismos unicelulares son un eslabón vital de la cadena trófica, por lo que estudiar sus reacciones a los cambios climáticos puede ayudarnos a predecir mejor cómo se verán afectados a medida que las temperaturas sigan subiendo con la creciente aparición del cambio climático y a fundamentar futuras medidas de protección de la vida marina y la biodiversidad”, concluye.
EFE