La inteligencia artificial (IA) generativa está cada vez más presente en nuestras vidas, pero la consideramos menos competente que los expertos humanos para dar consejos sobre retos sociales y personales, a pesar de que creamos que sus propuestas son útiles.
Investigadores austríacos y franceses encabezados por la Universidad de Viena publican en Communications Psychology un estudio de la percepción de las personas sobre la inteligencia artificial generativa, en este caso ChatGTP 3.5, y los consejos que puede ofrecer.
Los resultados indican que las personas “no son necesariamente reacias al consejo generado por la IA, sino más bien al hecho de que el asesor sea una inteligencia artificial”, escriben los autores.
Además, cuando una persona ha tenido ya una experiencia positiva con el asesoramiento de una inteligencia artificial, la prefiere frente a los expertos humanos.
Los autores probaron las actitudes de más de 3.300 participantes en varias pruebas. Una parte de ellos sabía, en algunos casos, si el consejo procedía de un humano o de una inteligencia artificial generativa.
Los temas sobre los que se buscaba consejo estaban divididos en dos bloques. El primero sobre grandes retos de la sociedad, como las noticias falsas, el calentamiento global, la capacidad de estar preparados ante una pandemia o los refugiados.
En el bloque dedicado a los asuntos personales, los participantes recibían consejo sobre asuntos como hacer ejercicio con más regularidad, comer más sano, reducir el uso del móvil o ahorrar dinero.
Cuando los participantes sabían que la recomendación había sido generada por una IA, la consideraron menos competente a la hora de dar consejos que los humanos, aunque estimaron que la recomendación era útil.
En conjunto, los autores indican que, “aunque la gente muestra aversión a la IA en cuanto a la competencia percibida del autor, esta aversión no se extiende a su evaluación de la calidad del contenido ni a sus intenciones de compartirlo”.
Es decir, a la gente “le gusta las recomendaciones para abordar retos sociales acuciantes generadas por la IA tanto como las generadas por expertos humanos, aunque devalúa claramente la competencia de los asesores de IA”.
Para su estudio, el equipo decidió dar protagonismo a la inteligencia artificial generativa, a la que dejó escribir el primer párrafo del artículo en el que recoge y explica los resultados, pero no lo revelan hasta más tarde, cuando preguntan al lector si habría evaluado de la misma forma lo escrito de haber sabido antes que era fruto de un humano.
La conclusión del equipo es que “las recomendaciones claras y fácilmente comprensibles de la IA generativa podrían resultar útiles a los responsables humanos de la toma de decisiones para abordar diversos retos sociales y personales”.
EFE