Por The New York Times | Natasha Singer

Este mes, asistí a un taller de ChatGPT para profesores del instituto de Walla Walla, a unos 435 kilómetros al sureste de Seattle. Como periodista especializado en tecnología educativa, he seguido de cerca cómo la inteligencia artificial generativa ha revolucionado la educación.

Ahora que empieza el primer año escolar completo de la era del chatbot de IA, quería preguntar a los administradores y educadores cómo había evolucionado su manera de pensar desde la primavera pasada. Walla Walla, un distrito que atiende a casi 5500 estudiantes, parecía un lugar oportuno para iniciar la conversación. Después de bloquear el acceso de los estudiantes a ChatGPT en febrero, los administradores de Walla Walla me dijeron que lo desbloquearon el mes pasado y que ahora están adoptando las herramientas de IA.

Así que aproveché la oportunidad para saber cómo planean los profesores utilizar los chatbots con sus alumnos este año escolar.

Mi colega Kevin Roose tiene algunas sugerencias geniales sobre cómo las escuelas pueden sobrevivir “y tal vez incluso prosperar” con herramientas de IA este otoño. Paso uno, dice Roose: “Asume que todos los estudiantes van a usar la tecnología”.

Hace poco, pedimos a educadores, profesores y estudiantes de secundaria y universidad que nos contaran sus experiencias con el uso de chatbots de IA para la enseñanza y el aprendizaje. Recibimos una respuesta masiva: más de 350 propuestas. A continuación, algunas de las más destacadas:

Enseñar con inteligencia artificial

Me encantan los chatbots de inteligencia artificial. Los utilizo para hacer variaciones en las preguntas de los cuestionarios. Les pido que comprueben la claridad de mis instrucciones. Hago que aporten ideas para actividades y tareas. He intentado utilizarlos para evaluar la redacción de los alumnos, pero no son muy buenos para eso.

Katy Pearce, profesora adjunta de la Universidad de Washington

Incluso antes de que utilicen ChatGPT, ayudo a los estudiantes a discernir lo que merece la pena saber, a averiguar cómo buscarlo y qué información o investigación merece la pena “delegar” a la IA. También les enseño a pensar de manera crítica sobre los datos recogidos por el chatbot: qué puede faltar, qué puede mejorarse y cómo pueden ampliar la “conversación” para obtener una respuesta más compleja.

Nicole Haddad, Universidad Metodista del Sur

Estudiar con herramientas de IA

Utilicé ChatGPT y un complemento de Matemáticas para prepararme en Geometría para el año que viene. Me resultó muy útil porque puedes hacerle un millón de preguntas y nunca se cansa. Era como mi tutor personalizado en Matemáticas.

Amedeo Bettauer, 13 años, estudiante de noveno grado en la Escuela Secundaria Brookline Los chatbots de IA pueden dar una salida a los estudiantes. No tienen que pensar profundamente sobre un texto o escribir sobre una conexión que tuvieron que encontrar, simplemente pueden pedirle a un robot que analice una cita y lo hará en cuestión de segundos. No sé qué efectos tendrá la inteligencia artificial en los estudiantes a largo plazo, pero no quiero que los haga perezosos, pues la alegría de aprender es ese momento “¡Eureka!” que surge cuando uno mismo descubre algo.

Emma Nazario, estudiante de primer año en Wheaton College

Desventajas

Industrializaron y automatizaron el plagio.

Travis Huckell, profesor adjunto en la Universidad MacEwan

Creo que a los mejores estudiantes les irá bien. En universidades con menos recursos que la mía, preveo una brecha cada vez mayor entre los privilegiados y todos los demás, entre los que saben cómo utilizar la IA como herramienta y los que no saben que hay algo que saber.

Ricardo Galliano Court, decano adjunto en materia de integridad académica e investigación universitaria en la Universidad del Noroeste

Un plan de clase para la era de la IA

Algunos lectores nos dijeron que les encantaría que el gobierno federal elaborara normas estrictas para los usos educativos de la IA con el fin de proteger la privacidad y la propiedad intelectual de los estudiantes. E instaron a sus universidades y distritos a proporcionar más directrices y recomendaciones para usos innovadores de las herramientas de IA.

Para los educadores que busquen inspiración, Ethan Mollick, profesor adjunto de la Escuela Wharton de la Universidad de Pensilvania que piensa mucho en la IA generativa en el aula, tiene algunas sugerencias estupendas. (También tiene un boletín sobre IA y ha dado cobertura al tema de cómo hacer de ChatGPT un tutor experto).

En el pódcast “Hard Fork” de Roose, Mollick habló de cómo profesores y alumnos podrían utilizar las herramientas en el próximo curso escolar. A continuación, algunos fragmentos de la conversación, condensados y editados.

P: ¿Las escuelas pueden hacer que los estudiantes dejen de hacer trampa con chatbots de IA?

R: La respuesta corta es no. La respuesta larga es que el uso de la IA es indetectable. No puedes pedirle a la IA que detecte la IA. Simplemente, te mentirá. Todos los instintos que tenemos sobre cómo detener el plagio no funcionan.

Puedes cambiar el método de enseñanza. Puedes hacer que la gente haga exámenes orales. Pero los viejos deberes están básicamente descifrados por la IA.

P: ¿Cómo pueden adaptarse los profesores?

R: Puede que tengas que responsabilizar a la gente con exámenes en clase, con tener el wifi apagado, tu computadora portátil o tableta en modo demo. Hay maneras de resolver ese problema a corto plazo.

Creo que el mayor problema a largo plazo es ¿qué significa todo esto? ¿Qué cambia esto en la educación?

P: ¿Cómo deben acercarse los estudiantes a la IA generativa?

R: Yo exigiría claridad. ¿Significa esto que puedo utilizar la IA para generar ideas? ¿Puede la IA venir con un esquema en el que yo trabaje? ¿Puedo pedir la opinión de la IA en mi trabajo? ¿Se me permite utilizar a la IA como compañera de equipo? ¿Puedo pedir consejo a la IA para algo? ¿Puedo pedir que me explique por qué he acertado o fallado en una pregunta?

Creo que, como estudiante, se te permite preguntar qué significa esto, siendo paciente con tus profesores, que tampoco lo han averiguado. Nadie sabe la respuesta. Con el comienzo del año escolar, la opinión de profesores y alumnos sobre la IA ha cambiado. (Sam Wood/The New York Times)